“La librería” de Penélope Fitzgerald, mucho ruido y pocas nueces

Publicado el 17 marzo 2018 por Marianleemaslibros

“Su solidaridad tanto con los vendedores como con los libros que envejecían irremediablemente, la convertían en una compradora algo imprudente.
Además, los vendedores llegaban de tan lejos que ella no tenía más remedio que llevarles a la cocina y ofrecerles un té.
Allí, con la esperanza de que tardarían todavía un tiempo en regresar a ese agujero dejado de la mano de Dios, los vendedores se podían permitir el lujo de revolver el azúcar y relajarse un poco”Florence Green, una viuda solitaria apasionada por los libros y la literatura llega a una pequeña población costera de Inglaterra, Hardborogh, pretendiendo empezar de cero, rehacer su vida. Su sueño de siempre ha sido montar un negocio, en concreto una librería, porque ya de joven trabajó en una y siempre le quedó ese gusanillo en el cuerpo y la ilusión pendiente para un proyecto futuro.
Pero en Hardborogh, el típico pueblo de gente quisquillosa y de pocas aspiraciones culturales nadie quiere una librería, ni vecinos ni comerciantes.
A pesar de ello, y en contra de todo y de todos, consigue hacerse con una casa que lleva años abandonada y hasta según dicen está embrujada, “Old House”, y pide un préstamo para arreglarla un poco.
En Hardborough a los poltergeists se les llamaban “rappers”. Podían estar allí en el mismo sitio durante años, y de pronto desaparecer de un día para otro sin dejar rastro.
Una chiquilla de diez años, Christine Gipping, le ayudará en la empresa contra viento y marea.
¿Será capaz Florence Green de vencer todos los obstáculos interpuestos en su camino y conseguir hacer realidad su sueño o se verá obligada a desistir? Penelope Fitzgerald (Lincoln, 1916-Londres, 2000) es una escritora británica que publicó esta, su primera obra a los  sesenta y un años.
Aunque Penélope ya había despuntado con varios textos literarios en la Universidad de Oxford, donde conoció al que después se convirtió en su esposo el abogado Desmond Fitzgerald con el que tuvo tres hijos. Ambos compartían la pasión por los libros y fundaron una revista que alcanzó bastante éxito.
Pero después de la segunda Guerra Mundial, las circunstancias arrastraron a la familia a una serie  de penurias económicas, que les llevó a vivir incluso en una barcaza sobre el Támesis o en un albergue para indigentes.
Durante tres años vivió junto a su familia en la pequeña localidad costera de Southwold y allí trabajó en una librería intentando huir de la pobreza. Parece ser que esta vivencia fue la que le sirvió de inspiración para escribir el argumento de “La librería”
Me animé a leer esta novela cuando Isabel Coixet ganó varios premios Goya 2018 este pasado mes de febrero por su adaptación al cine, a la mejor Película, Dirección y Guión adaptado. La peli también obtuvo en la pasada Feria del Libro de Fráncfort el premio a la mejor adaptación literaria.
También me animó el hecho de que que casi todas las reseñas que he leído en los blogs que suelo frecuentar han sido muy positivas, bastante más de lo que va a ser hoy la mía. Y con esto no quiero que entendáis así a priori que no me ha gustado en absoluto, o que la he terminado abandonando, no, es solo que me ha decepcionado un poco, me esperaba más, bastante más. Voy a intentar explicaros lo que me ha pasado con “La librería”, a ver si soy capaz.
Esta pequeña obra (pequeña en cuanto a páginas me refiero) mitad autobiográfica, mitad ficción, está ambientada en la Inglaterra de 1959. Su protagonista, Florence Green es una mujer muy valiente que echándole un par decide abrir una librería a pesar de lo que opina todo el mundo. Aun así sigue adelante con su empeño, sin importarle para nada el qué dirán. En resumen el argumento es eso: la cabezonería de Florence por cumplir su sueño, frente a la maldad sin ton ni son de una comunidad de vecinos que se empeña en no permitírselo a toda costa.
Christine, una niña con un carácter de lo más curioso, decide echarle una mano en la tienda. Pasar tiempo juntas las convierte en casi amigas, y digo casi, porque realmente estas dos nunca llegan a intimar. Pero con todo el pueblo en su contra, parece complicado salir adelante, ¿verdad?.
Otro problema es que para que el negocio prospere, Florence se ve obligada a tener en su librería lo que la gente quiere leer y lo que a ella le apetece de verdad vender, parece que únicamente le va a traer problemas.
Un buen libro es la preciosa savia del alma de un maestro, embalsamada y atesorada intencionadamente para una vida más allá de la viday, como tal, no hay duda de que debe ser un artículo de primera necesidad.
Como le sucede con el  bestseller de Nabokov, “Lolita” que ya es un éxito en el resto del mundo. Incluso le pide consejo al Sr. Brundish, uno de sus habituales clientes con el que ya tiene algo de confianza para que le dé su opinión al respecto. Y llena el escaparate de “Lolitas” lo que provocará a partes iguales tanto la curiosidad como el escándalo de los más puritanos, aunque en el fondo todos estén deseando leerlo. La curiosa respuesta de Brundish:
Es un buen libro y, por lo tanto, debería intentar vendérselo a los habitantes de Hardborough. No lo entenderán, pero será mejor así. Entender las cosas hace que la mente se vuelva perezosa.

¿Qué me ha parecido? ¿Me ha gustado?
El libro no está mal, pero le ha faltado algo, un no sé qué.
Lo que más me ha gustado: que la obra trate sobre el mundo de los libros y me ha encantado la ambientación que Penélope consigue recrear, además de lo bien escrita que está (la autora escribe bien) y por otro lado la valentía y entusiasmo de la protagonista, sus ganas de superarse frente a  la adversidad, de salir adelante y su pasión por los libros y la buena literatura.
Lo que menos: los personajes incluso los a priori interesantes, como el de Florence, al final me han resultado poco profundos (también el de Christine, me hubiera gustado que la autora profundizara más en el personaje de la niña), un poco insulsos, vacuos. No han sabido transmitirme demasiada emoción, ni empatía. De hecho, la obra en sí no me ha conseguido emocionar (soy rara, lo sé)  y al final cuando he cerrado el libro, me he quedado pensando: y ¿esto era todo?
Respecto a la exitosa adaptación a la gran pantalla, os cuento que a mí Coixet me gusta mucho, casi nunca me defrauda. Yo todavía no he visto la peli, pero sí el trailer y solo con verlo tengo la sensación de que Coixet ha conseguido sobre todo una buena ambientación visual y hasta puede que le haya dotado de más fuerza al guión. He leído que Emily Mortimer está maravillosa en el papel de Florence y que los finales son distintos, y eso también me hace pensar que es muy probable que me encuentre frente a uno de esos casos tan raros en los que la versión cinematográfica gusta más que la versión escrita, al menos en mi caso. Ya veremos...
Resumiendo: aún yendo contra corriente y un poco en contra de la opinión general (me suele pasar), a mí “La librería” me ha parecido menos interesante de lo que me esperaba, sin demasiada sustancia, aunque eso sí, bien escrita, con una narrativa impecable sin duda. Porque la sensación que he tenido durante casi toda la lectura es que no pasaba nada, que esperaba y esperaba que pasara algo, pero no llegaba.
Igual yo no he sabido comprender o no he sido capaz de pillarle la esencia a la novela No sé, el caso es que ha sido de esos libros que ni te emocionan ni te disgustan.
“La derrota es mejor recibida cuando al menos uno está cansado”

Mi nota esta vez: