En Twitter se escribió luego del triunfo de Olimpo de Bahía Blanca ante Banfield por 3-0 que el aurinegro debía jugar en una categoría intermedia entre en la B Nacional y la A, ya que la segunda división le quedaba chica y la primera grande. Y algo de razón tiene. Porque luego de una muy mala campaña en la última temporada en primera (sacó 29 puntos, siendo el anteúltimo en una tabla que acumulase el Apertura y el Clausura, y descendió a cuatro fechas del final), está otra vez en los puestos de vanguardia en esta temporada.
Tuvo un comienzo irregular, sacando en las primeras tres jornadas dos puntos de nueve posibles. Sin embargo, de la mano de un muy inspirado Gustavo Bou, en los restantes ocho partidos ganó 6, empató 1 y perdió 1. Hoy, el equipo de Walter Perazzo se encuentra en el segundo lugar, a una unidad de Gimnasia La Plata.
Pero esa costumbre de brillar en la B Nacional y penar en Primera no es nueva. 11 años atrás había logrado su primer ascenso luego de llevarse el Torneo Apertura, quedando insólitamente sin jugar en el primer semestre de 2002 (era la primera y última vez que se usaría esta modalidad, que reemplazaba al torneo en zonas -Interior y Metropolitana-). Tras ello, se mantuvo durante cuatro años, descendiendo finalmente en 2006. El duelo fue rápido, ya que en la siguiente temporada, y de la mano de un encendidísimo Ismael Blanco, regresaron a la máxima categoría.
Pero así como llegó se terminó yendo, ya que, por culpa de los 42 puntos sumados en la 2007-2008, los aurinegros regresaron (otra vez) a la B, donde estuvieron dos años, hasta que de la mano de Omar De Felippe lograron otra vez el título de esta categoría. Pero, casi como sucedió entre el 2006 y el 2008, la estadía de los bahienses en la A duró lo mismo que aquella en la B: luego de salvarse en la última fecha del Clausura 2011, terminaron bajando un año después. El resto ya es historia conocida.
Viendo los rendimientos de Olimpo durante los últimos 10 años, vale preguntarse: ¿Qué división le siente mejor a ellos?