Parecía la temporada del nuevo big three de la liga, cuando en verano se juntaron LeBron James, Chris Bosh y Dwayne Wade para volver a hacer de Miami una franquicia temible. El anillo parecía dirigirse de forma irremediable a las costas de esta bonita ciudad estadounidense.
Hasta que llegaron los Dallas Mavericks de Mark Cuban, un joven multimillonario de 41 años, que compró al equipo tejano para hacer de él un conjunto campeón del anillo de la mejor liga de baloncesto del mundo.
11 años ha tardado Cuban en conseguir su objetivo. 4178 días para colocar a su franquicia en la cima del baloncesto y también para amortizar su inversión realizada, ya que por 285 millones de dólares compró la entidad y el valor de esta es ahora de 438, casi el doble.
Una de las decisiones más importantes tomadas por el máximo mandatario del conjunto campeón de la NBA, fue la de retener a Dirk Nowitzki con un contrato estratosférico de 80 millones de dólares que le convirtieron en jugador franquicia.
El teutón ha sido, sin lugar a dudas, el mejor jugador de la final, anotando en los momentos clave, cogiendo rebotes decisivos y facilitando asistencias al jugador más cercano a la canasta con el fin de jugar en equipo y anotar de la forma más sencilla posible. Este ha sido sin lugar a dudas el mayor acierto de los chicos de Rick Carlisle, el juego en conjunto ante las individualidades de los Heat.
Nowitzki ha destacado por encima de todos, pero los Terry, un auténtico francotirador, letal cuando le dan un metro, Chandler, un jugador que siempre aporta en la pintura, o Jason Kidd, ese base para mí diez que se merecía el anillo de campeón mucho antes, pero que al final lo ha logrado, han aportado su granito de arena.
También me gustaría mencionar la labor del técnico, Rick Carlisle. Él ha sido clave en el manejo de su equipo aportando claves como la de colocar a J.J Barea de base titular. También ha administrado a sus jugadores de manera notoria.
Por todo esto, los Mavericks merecen ser el orgullo de Texas, durante 1 año al menos. Enhorabuena al equipo campeón, un conjunto que juega en equipo, una de las claves de este deporte llamado baloncesto.