Este es el recorrido cronológico de una colección de arte a través de una gran familia de origen austriaco. La colección, compuesta por más de doscientas miniaturas japonesas de madera y marfil llamados netsuke, va siendo heredada por los miembros de la familia de forma sucesiva, recorriendo el mundo. Mientras, a través de prolijas semblanzas, se va presentando a los diferentes dueños de la colección, a la vez que se traza un viaje por la historia de la Europa de los siglos XIX y XX.
Edmund de Waal es ceramista profesional, sus obras se han expuesto en importantes galerías de arte y actualmente es profesor de cerámica en la Universidad de Westminster. Resulta difícil creer que éste sea su primer libro porque está escrito con una soltura y una elegancia más propias de alguien que llevase muchos años dedicando su tiempo a la literatura. La narración tiene una cadencia que, de alguna manera, podría decirse que recuerda al girar de un torno de alfarero: lo suficientemente rápido como para crear figuras geométricas y sólidas y, a la vez, lo bastante lento como para que el ceramista sea capaz de moldear minuciosamente la materia que surge y toma forma desde sus manos.
Siguiendo con el mismo símil, la narración posee también esa peculiaridad hipnótica que caracteriza al torno giratorio: aquel que, curioso, observara el proceso, quedaría al instante atrapado por el hechizo, la cadencia de la rueda y el brotar enigmático de las formas en el barro. Así pues, el lector que despliegue ante sí las páginas de este libro, quedará atrapado entre sus mágicas líneas y la estupenda edición (elegante y, como siempre, muy cuidada) de Acantilado.
El libro está basado en una historia absolutamente verídica y avanza en base a quién hereda en cada momento la colección de miniaturas, explicando tanto su vida y costumbres como el contexto histórico en que se enmarca. Para conocer los detalles de la biografía de cada uno de sus antepasados, Edmund de Waal ha pasado dos años investigando, buscando entre los recuerdos de sus familiares vivos y en las cartas y otros documentos que han permanecido a través del tiempo. El personaje más llamativo de todos ellos quizá sea la abuela de Edmund, Elisabeth de Waal (Viena, 1899 – Monmouth, 1991), quien de joven tuvo la gran fortuna de cartearse con el poeta Rainer María Rilke (Praga, 1875 – Val-Mont, 1926). En este pasaje se explica que la correspondencia fue fruto de la profunda admiración que sentía Elisabeth por la literatura del poeta, quien además se mostraba muy prolijo en sus cartas, rellenando para cada una de ellas varias hojas de papel, añadiendo textos inéditos y manteniendo a su amiga al tanto de sus nuevos proyectos.
Cuando abrimos el libro, una de las primeras cosas que encontramos es un árbol genealógico de la familia que lo protagoniza, de apellido Ephrussi. Así, a través de esta presentación esquemática, es muy sencillo visualizar a qué altura del árbol nos situamos a medida que va avanzando el libro. París, Viena, Tokio, Londres... nada puede salir mal. La colección de netsuke sirve de guía en este viaje. Que ustedes lo disfruten.