Estoy releyendo Shadowpact y no me puedo creer que la hiciese. Menudo tostownazo. El Willingham aborda la cole como si el 2007 fuese 1987. Aunque quizás el verdadero problema es T. Derenick, el dibujante. Malo; y encima con un estilo sólo adecuado para las historias de Acción descerebrada a lo Liefeld, sin sentido, sin raccord, sin vergüenza. No perdáis el tiempo con esta serie. Yo me la estoy releyendo porque es mi forma de decir adiós muy buenas a las cosas de las que me voy a deshacer. Pero me ha hecho gracia la escena que les muestro por su inesperada actualidad. En el 2007 no sabía que existía el triaje, aunque, como es algo de sentido común, sospechaba que algo así habría. La Vida siempre está condicionada por los recursos de los que dispone.
No voy a traducir los 3 1ºs bocadillos porque explican el triaje (si bien no mencionan tal designación). Así que pasó directamente a Superman: -No, somos la Liga de la Justicia. Salvamos a todo el mundo.-Superman tiene razón. Debemos salvar a todo el mundo.Esto es una tontería idealista que incluso en los Superhéroes no debería decirse. Es evidente que en esa historia la Liga es capaz de llevar a todo el mundo a los hospitales, pero también que estos harían el triaje. Vamos, que al final no todo el mundo se salvó (en la tradu tendría que haber usado rescatar en vez de salvar, pero entonces me quedaba sin post). Está bien que Superman no decida porque no es quien debe decidir eso, pero el triaje se produce siempre que no hay recursos suficientes (en la historia un supervillano se carga parte de Chicago), que es siempre que ocurra algo muy extraordinario/para el que nadiestá preparado. La ficción nunca debe idealizar o edulcorar la realidad salvo que sea pura fantasía. Si Homero ha perdurado durante más de 2500!!! años es porque no ocultó que la guerra es terrible y que incluso los buenos comen mierda y al final mueren (y los griegos además sabían que sus padres e hijos eran asesinados y su esposa esclavizada). Y parecida cosa tienen los cuentos tradicionales incluso en las versiones edulcoradas actuales. Por eso cuentos del siglo XVII todavía se pueden contar a un mundo enganchao a Interné. La vida es chunga. La fantasía blanca vanaliza y así destruye la potencia de la ficción, o quizás sólo su capacidad de no caer en la irrelevancia al poco de nacer. En todo caso perjudica.