La "linea en la arena" de Putin: No habrá cambio de régimen en Siria

Publicado el 18 septiembre 2015 por Antonio Fernández Reyes @tonyfdezryes
"Los funcionarios del gobierno de Obama, que han estado negociando con Turquía durante meses, dijeron el jueves que habían llegado a un acuerdo para que los aviones de guerra estadounidenses tripulados y no tripulados llevaran a cabo ataques aéreos contra posiciones de ISIS desde las bases aéreas en Incirlik y Diyarbakir. El acuerdo fue descrito por un alto funcionario del gobierno como un "cambio de juego".  New York Times,  23 de julio 2015.
La guerra siria se puede dividir en dos partes: El período pre-Incirlik y el período post-Incirlik. El período pre-Incirlik es aproximadamente el tramo de los cuatro años durante el cual las milicias islámicas apoyadas por Estados Unidos y los grupos vinculados a Al Qaeda han luchado contra el ejército sirio, con la intención de eliminar al presidente Bashar al Assad del poder. Esta primera fase de la guerra terminó en un empate.
El período post-Incirlik parece que podría producir un resultado totalmente diferente debido al hecho de que los EE.UU. van a ser capaces de desplegar sus aviones no tripulados y aviones de guerra desde una base aérea turca (Incirlik) que está a sólo 15 minutos de tiempo de vuelo de Siria. Eso hará aumentar el número de salidas que la USAF pueda llevar a cabo al tiempo que aumenta la eficacia de sus fuerzas yihadistas en el terreno que llevará a cabo sus operaciones bajo la protección de la cobertura aérea de Estados Unidos. Esto mejorará en gran medida sus posibilidades de éxito.
El  New York Times  llama al tratado de Incirlik un "cambio de juego", el cuál es un eufemismo. Al permitir que los F-16 estadounidenses patrullen los cielos de Siria, Washington impondrá de facto, una zona de exclusión aérea en el país que limitará severamente la capacidad de Assad para combatir a las milicias respaldadas por Estados Unidos que ya se han incautado grandes franjas terreno y ahora están descendiendo hacia Damasco. Y mientras que la guerra no se pueda ganar, el poder aéreo por sí solo, inclina el campo de juego a favor de los yihadistas. En otras palabras, el acuerdo de Incirlik lo cambia todo.
El gobierno de Obama ahora cree que el cambio de régimen se encuentra dentro de su alcance. Sí, ellos saben que requerirá un poco de respaldo de las Fuerzas Especiales y tropas de combate turcas, pero todo es factible. Es por esto que Obama ha restado importancia al plan de Rusia para la formación de una coalición para derrotar a ISIS. Los EE.UU. no tienen que renunciar a estas cuestiones porque, después de todo, tiene una base aérea ubicada estratégicamente, desde la que se puede proteger a su “ejército y controlar los cielos de Siria. Todo lo que tiene Obama que hacer es intensificar el esfuerzo de guerra, poner un poco más de presión sobre Assad, y esperar a que el régimen se derrumbe. Es por esto que debemos esperar una dramática escalada a medida que comencemos la fase 2 del conflicto.
El presidente ruso, Vladimir Putin lo sabe, y por eso él está enviando más armas, equipos y asesores a Siria. Él está señalando a Washington que él sabe lo que están haciendo y que él va a responder si llevan las cosas demasiado lejos. En una entrevista con la cadena rusa estatal Canal 1, Putin dijo: "Tenemos nuestras ideas acerca de lo que vamos a hacer y cómo lo vamos a hacer en caso de que la situación se desarrolle hacia el uso de la fuerza o de otra forma. Tenemos nuestros planes".
La administración está muy nerviosa acerca de los planes de Putin, que es por lo que siguen sondeando para ver si pueden averiguar lo que tiene bajo la manga. Hace apenas unos días, el secretario de Estado John Kerry llamó por teléfono a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, para expresar su preocupación por "una inminente mayor escalada militar rusa" en Siria. La convocatoria fue un torpe intento de engañar a Lavrov para que diera información que podría arrojar luz sobre lo que Moscú tiene la intención de hacer si Washington sigue adelante con su estrategia de cambio de régimen. Pero el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia no mordió el anzuelo. Se mantuvo fiel a su guion y no le dijo a Kerry nada que no supiera ya.
Pero el hecho es que Putin no va a permitir que Assad sea retirado por la fuerza. Es así de simple. Obama y sus asesores sospechan esto, pero no están seguros al 100 por cien, por lo que siguen buscando la confirmación de un modo u otro. Pero Putin no va a proporcionar una respuesta clara porque él no quiere parecer que inclina su mano o busca una confrontación. En efecto, Putin ha trazado una línea en la arena y le ha “dicho” a los EE.UU. que si cruzan esa línea, habrá problemas.
Se puede o bien buscar una solución pacífica a lo largo de las líneas que Moscú ha recomendado o presionar por un cambio de régimen y el riesgo de una confrontación con Rusia. Esas son las dos opciones.
Hay que tener en cuenta, que el plan imperial sobre Siria es más sutil que muchas personas puedan llegar a darse cuenta. Como Michael E. O’Hanlon del Instituto Brookings afirma en su artículo titulado "Desmontando a Siria: Una nueva estrategia para la guerra más desesperada de América":
"El plan ... no buscaría explícitamente derrocarlo (Assad), sino negarle el control del territorio que aún puede aspirar a gobernar de nuevo. Las zonas autónomas serían liberadas con el claro entendimiento de que no iban a ser gobernadas por Assad o un sucesor. En cualquier caso, Assad no sería un objetivo militar bajo este concepto, pero las zonas que controla actualmente ... si. Y si Assad retrasara demasiado tiempo la aceptación de un acuerdo para el exilio, podría enfrentarse inevitablemente a peligros directos a su gobierno e incluso a su persona "(" Desmontando a Siria. Una nueva estrategia para la guerra más desesperada de Estados Unidos ", Michael E. O'Hanlon, Brookings Institute)
Este es el plan básico: Apoderarse de las grandes ciudades y de grandes zonas de terreno, interrumpir el suministro a las líneas y destruir las infraestructuras civiles vitales; socavar progresivamente la capacidad de Assad para gobernar el país. El objetivo final es romper el estado en un millón de enclaves desconectados gobernados por mercenarios armados, afiliados de Al Qaeda  y señores de la guerra locales. Este es el plan diabólico de Washington para Siria. Es muy similar al plan sionista para "efectuar la división de toda la zona en pequeños estados por la disolución de todos los estados árabes existentes." ("El plan sionista para Oriente Medio", Israel Shahak) De hecho, son prácticamente idénticos.
Está claro que Obama está envalentonado por el acuerdo de Incirlik, y cree que, con la ayuda de Turquía (importantes las elecciones de noviembre en este país), puede alcanzar las ambiciones imperiales de Estados Unidos en Siria. Pero eso no va a suceder. Rusia, Irán y Hezbollah están preparados para defender a su aliado, Assad y detener a Washington. Obama habrá logrado destruir otra nación soberana y esparcido sus personas en todo el Oriente Medio y Europa. Pero la misión de Estados Unidos no alcanzará sus objetivos originales. No habrá cambio de régimen en Siria. Putin, Nasrallah y Jamenei se asegurará de ello.
Por Mike Whiteny, Counterpunch.org