Pero, pese a las expectativas tan halagüeñas que la revista levantó, su vida fue efímera y no llegaron a editarse más que unos pocos números, y aun estos con escasa difusión y alcance limitado. Su desaparición está ligada, al parecer, a la caída en desgracia del mecenas de la iniciativa, el gobernador general de Filipinas, marqués de Peña Plata, a quien los sectores más conservadores acusaron de ser demasiado transigente con los independentistas tagalos.
Pues bien, el artículo en cuestión incluye lo que parece ser copia facsímil de un relato, escrito por un presunto superviviente, sobre las peripecias de dicha nave. En una breve pero bien argumentada introducción, la doctora Pau no se atreve a calificar al documento de verídico por miedo, confiesa, a que pierda credibilidad, pues todo lo que se anuncia como tal está, por el mero hecho de ser anunciado, bajo sospecha de no serlo. Se limita a destacar su carácter extraordinario e indicar que obedece al espécimen de manuscrito hallado, si bien, tal vez por omisión involuntaria, no menciona su procedencia.
Y si hubo alguna posibilidad de subsanar tal laguna, los acontecimientos de aquel agitado momento de la historia se encargaron de impedirlo, pues muy poco después de editado el número a que nos referimos sobrevino el desastre del 98 y el subsiguiente cambio en la administración de las Filipinas, a raíz del cual se perdió todo registro documental de la doctora Pau y cualquier otra iniciativa editorial que pudiera haber emprendido.
El contenido del relato se ofrece íntegro a continuación, tal y como aparece publicado en la revista.