Ha llegado otro domingo literario. Y no saben como cura de la locura de la política,
Ya saben que se trata de adivinar una obra y un autor, de donde se ha sacado un fragmento como pista. Seguro que su sapiencia quedará demostrada una vez más.
La última vez, acertaron al alirón Adanero y Piniella. Y se trataba de la obra de Álvaro Pombo: El cielo raso.
Y nada más, sólo queda que acierten, así es que sin más demora les dejo con el texto escogido hoy:
…qué casualidad que de pronto aparenten olvidar una cosa tan sabida como es lo ñengo de estas tierras cansadas, deslavadas, y lo malo del cielo a causa de tanto cerro pelón tan desaforadamente rapados de árboles, para venir de la noche a la mañana queriendo criminar al que precisísimamente se propone mejorar el suelo y hasta el cielo. Tan se lo propone, que allí está su dinero regado en tantas obras hechas en un santiamén; allí están pilas de dinero comprometido en ayudar a muchos otros a los que ha hecho confianza para que siembren o para que le alquilen terrenos que hace mucho no se cultivan por inservibles. Basta reflexionar un poquito para saber de dónde viene la pedrada traidora. No hay que dejarse arrastrar así no más por chismes embozados.
Así es que está todo dicho. Ustedes tienen la palabra. ¡A jugar!
Salud y República