Tenía ganas de leer esta novela después de que saliera la película y viera reseñas por toda la blogosfera. Sabía que era una historia sobre la II Guerra Mundial, pero apenas sabía nada más del argumento, así que me ha sorprendido bastante.
Todo comienza en París cuando unos policías franceses llaman a la puerta de la familia Starzinsky y les piden que les acompañen. El padre de familia llevaba un tiempo escondiéndose en el sótano, así que en ese momento no le encuentran; además, la niña consigue esconder a su hermanito pequeño Michel, de cuatro años, en un armario disimulado en la pared antes de que los policías le encuentren, así que son la madre y la niña las que abandonan el piso. Pronto se les une su padre, que sale de su escondite para no separarse de su familia, pero Michel se queda en el armario en espera de que su hermana vuelva a sacarle, tal y como le ha prometido.
Es el 16 de julio de 1942; el día en el que miles de judíos como esta familia fueron encerrados en el Velódromo de Invierno de París durante unos pocos días, sin ofrecerles agua ni comida hasta que las autoridades cedieron a las súplicas de la Cruz Roja, para luego trasladarles a campos de prisioneros de las afueras de la capital. De allí viajarían en trenes de ganado directos a las cámaras de gas de Auschwitz; primero los adultos, dejando a los niños solos bajo la vigilancia de la policía francesa durante días, y luego a los niños que sobrevivieron.
Sesenta años después, Julia, una periodista norteamericana casada y afincada en París, se encarga de hacer un reportaje sobre aquel suceso con motivo de la conmemoración del aniversario. Lo primero que se encuentra son dificultades para investigar sobre ello porque, al parecer, es algo que no toda la gente conoce, ya que de alguna manera se intentó tapar o darle poca importancia al ser los propios franceses los que lo llevaron a cabo: la policía francesa apresó, encerró y trasladó a los campos a todas aquellas personas sin que nadie hiciera nada por ellos. Muchos de ellos fueron delatados por sus propios vecinos (lo pongo en cursiva, porque no es la palabra adecuada para esa gente que no hizo nada por lo que ser delatado).
Son capítulos muy cortos y se alternan los de Julia, obteniendo datos sobre la masacre, y los de la niña judía. Veremos cómo mucha gente decide suicidarse durante el encierro ante la aterradora perspectiva que los espera, cómo les tratan como animales -o menos que eso- mientras les traslada y cómo dejan a los niños a su suerte cuando les separan de los adultos; incluso a niños pequeños que aún no sabían hablar. Lo más triste de todo es que todo aquello sucedió de verdad.
Y Julia se ve totalmente involucrada en su investigación, hasta tal punto que la historia de esa niña judía, que descubre por casualidad, se convierte en una obsesión y quiere saber con detalle qué fue de ella. Además su matrimonio no disfruta de su mejor época y se siente incomprendida tanto por su marido como por su familia política.
Llega un momento en el que se pierde la pista de la niña judía y terminan los capítulos dedicados a ella, centrándose ya solo en Julia; así que tendremos que confiar en que la periodista consiga descubrir todo lo que pasó.
Es un libro emotivo, tanto por la parte de Julia como la de Sarah, la niña; es evidente que los problemas y las circunstancias de Sarah no tienen comparación, pero a Julia tampoco le van bien las cosas y conecta así con el lector. Parece que su marido ha dejado de quererla y que no le importan las cosas que son relevantes para ella; tendrán distintos puntos de vista sobre cuestiones muy importantes y al final tendremos a Julia como un buen ejemplo de fortaleza y determinación. Un libro muy recomendable.
Dejo constancia de que es el último libro que me quedaba para terminar el Reto 2011 (aunque ya había puesto algunos libros extras). De la película hablaré en breve.
Título: La llave de Sarah Autor: Tatiana de Rosnay Editorial: Punto de lectura Encuadernación: Bolsillo ISBN: 978-84-663-2484-7 Páginas: 400Precio: 8,99 € Propósito personal: No lo cumple RETO 2011: Recomedación