La lluvia

Por Gonzalo


La lluvia (del lat. pluvĭa) es un fenómeno atmosférico de tipo acuático que se inicia con la condensación del vapor de agua contenido en las nubes.

Según la definición oficial de la Organización Meteorológica Mundial, la lluvia es la precipitación de partículas líquidas de agua, de diámetro mayor de 0,5 mm o de gotas menores, pero muy dispersas. Si no alcanza la superficie terrestre, no sería lluvia sino virga y si el diámetro es menor sería llovizna.[1]La lluvia se mide en milímetros al año, menos de 200 son insuficientes, entre 200 y 500 son escasas, entre 500 y 1.000 son suficientes, entre 1.000 y 2.000 son abundantes y más de 2.000 son excesivas.

La lluvia depende de tres factores: la presión, la temperatura y, especialmente, la radiación solar

lluvia y vida

El agua puede volver a la tierra, además, en forma de nieve o de granizo. Dependiendo de la superficie contra la que choque, el sonido que producirá será diferente.

Las gotas no tienen forma de lágrima (redondas por abajo y puntiagudas por arriba), como se suele pensar. Las gotas pequeñas son casi esféricas, mientras que las mayores están achatadas. Su tamaño oscila entre los 0,5 y los 6,35 mm, mientras que su velocidad de caída varía entre los 8 y los 32 km/h, dependiendo de su intensidad y volumen.

Gotas de lluvia

La lluvia, en su caída, se distribuye de forma irregular: una parte será aprovechada para las plantas, otra parte hará que los caudales de los ríos se incrementen por medio de los barrancos y escorrentías que, a su vez, aumentarán las reservas de pantanos y de embalses y otra parte se infiltrará a través del suelo.

Y discurriendo por zonas de texturas más o menos porosas formará corrientes subterráneas que irán a parar o bien a depósitos naturales con paredes y fondos arcillosos y que constituirán los llamados yacimientos o pozos naturales (algunas veces formando depósitos o acuíferos fósiles, cuando se trata de agua acumulada durante períodos geológicos con un clima más lluvioso), o acabarán desembocando en el mar. La última parte se evaporará antes de llegar a la superficie por acción del calor.

Las dimensiones de una cuenca hidrográfica son muy variadas, especialmente cuando se trata de estudios que abarcan una área importante, es frecuente que en la misma se sitúen varias estaciones pluviométricas. Para determinar la precipitación en la cuenca en un período determinado se utilizan algunos de los procedimientos siguientes: método aritmético, polígonos de Thiessen u otras interpolaciones y el método de las isoyetas.

Embalse de la cuenca hidrográfica del río Ebro

Por dondequiera que la lluvia corre, abre su propio sistema de desagüe y la estructura de los arroyos y cauces que deja tras de sí es siempre la misma. Los canales más pequeños desaguan en los mayores, en un conjunto de ramificaciones semejantes a un árbol, hasta que toda esa agua desemboca en un tronco principal.

En pequeña escala, podemos ver este sistema en las zanjas que drenan una parcela. En gran escala, la misma estructura se aplica a los afluentes que desaguan en un gran río. Es así como el Misisipi y su red de afluentes desaguan una región de 3.237.500 km cuadrados, vertiendo al año 20,500 millones de metros cúbicos de agua en el golfo de México.

Faro en la desembocadura del Mississippi

Aunque la estructura sea constante, el número de canales de desagüe en tal o cual región dependerá de la precipitación pluvial y de la naturaleza del suelo. En una hondonada de Nuevo México, 43 pequeños riachuelos y canales desaguan un a hectárea; en las vertientes de los montes Apalaches, 43 canales son suficientes para drenar 1,700 hectáreas.

La uniformidad estructural se debe a que el sistema de canales o afluentes es el más eficaz: cualquier otro exigiría mucha mayor extensión de canales (es decir, la extensión combinada de todas las ramificación es) para desaguar la misma área. Así pues, el agua trabaja siguiendo la ley del menor esfuerzo.

La lluvia puede originarse en diferentes tipos de nubes, generalmente nimbostratus y cumulonimbus, así como en diferentes sistemas organizados de células convectivas: la persistencia de una lluvia abundante requiere que las capas de nubes se renueven continuamente por un movimiento de ascenso de las más inferiores que las sitúe en condiciones propicias para que se produzca la lluvia.

Nube Nimbostratus

Únicamente así se explica que algunas estaciones meteorológicas, como las de Baguio (en la isla de Luzón, en las Filipinas), haya podido recibir 2.239 mm, de lluvia en cuatro días sucesivos. Todo volumen de aire que se eleva se dilata y, por consiguiente, se enfría. La ascensión de las masas de aire puede estar ligada a diversas causas, que dan lugar a diversos tipos de lluvia:

Clasificación de precipitaciones acuosas:

  • Lluvia: es un término general para referirse a la mayoría de precipitaciones acuosas. Puede tener cualquier intensidad, aunque lo más frecuente es que sea entre débil y moderada.

Chubasco

  • Llovizna: lluvia muy débil en la que a menudo las gotas son muy finas e incluso pulverizadas en el aire. En una llovizna la pluviosidad o acumulación es casi inapreciable. Popularmente se le llama garúa, orvallo, sirimiri, o calabobos.
  • Chubasco: es una lluvia de corta duración, generalmente de intensidad moderada o fuerte. Pueden estar acompañados de viento.
  • Tormenta eléctrica: es una lluvia acompañada por actividad eléctrica y habitualmente por viento moderado o fuerte, e incluso con granizo. Las tormentas pueden tener intensidades desde muy débil a torrenciales, e incluso a veces son prácticamente secas. Oficialmente se clasifica como día de tormenta aquél día en el que al menos un observador oye un trueno.
  • Aguacero: es una lluvia torrencial, generalmente de corta duración
  • Monzón: lluvia muy intensa y constante propia de determinadas zonas del planeta con clima estacional muy húmedo, especialmente en el océano Índico y el sur de Asia
  • Manga de agua o tromba: es un fenómeno meteorológico de pequeñas dimensiones pero muy intenso, que mezcla viento y lluvia en forma de remolino o vórtices
  • Rocío: no es propiamente una lluvia, pero sí una precipitación acuosa. Se forma en las noches frías y despejadas, por condensación de la humedad del ambiente.

Tormenta eléctrica

Es curioso señalar que a las lluvias de fuerte intensidad se les suelen dar diferentes nombres en diversos países, por ejemplo: tempestad, (Argentina), temporal (Argentina, Chile y Cuba), chaparrón (Argentina, Perú, México y España), Elver (Honduras), zamanzo de agua (algunas zonas de Andalucía) palo de agua (Venezuela, Panamá, Colombia y Canarias). No obstante, el término más común es aguacero.

Medición de la lluvia:

La precipitación se mide en milímetros de agua, o litros caídos por unidad de superficie (), es decir, la altura de la lámina de agua recogida en una superficie plana es medida en mm o l/m². Nótese que un milímetro de agua de lluvia equivale a 1 L de agua por m².

La cantidad de lluvia que cae en un lugar se mide por los pluviómetros. La medición se expresa en milímetros de agua y equivale al agua que se acumularía en una superficie horizontal e impermeable de 1 metro cuadrado durante el tiempo que dure la precipitación.

Pluviómetro Totalizador

  • Pluviómetro manual: es un indicador simple de la lluvia caída, consiste en un recipiente especial cilíndrico, por lo general de plástico, con una escala graduada. La altura del agua que llena la jarra es equivalente a la precipitación y se mide en mm.
  • Pluviómetros totalizadores’: se componen de un embudo, que mejora la precisión y recoge el agua en un recipiente graduado, el instrumento se coloca a una determinada altura del suelo y un operador registra cada 12 horas el agua caída. Con este tipo de instrumento no se pueden definir las horas aproximadas en que llovió.

Pluviómetro de Sifón

  • Pluviógrafo de sifón: consta de un tambor giratorio que rota con velocidad constante, este tambor arrastra un papel graduado, en la abscisa se tiene el tiempo y en la ordenada la altura de la precipitación pluvial, que se registra por una pluma que se mueve verticalmente, accionada por un flotador, marcando en el papel la altura de la lluvia.
  • Pluviógrafo de doble cubeta basculante: el embudo conduce el agua colectada a una pequeña cubeta triangular doble, de metal o plástico, con una bisagra en su punto medio. Es un sistema cuyo equilibrio varía en función de la cantidad de agua en las cubetas. La inversión se produce generalmente a 0,2 mm de precipitación, así que cada vez que caen 0,2 mm de lluvia la báscula oscila, vaciando la cubeta llena, mientras comienza a llenarse la otra.

fuente: es.wikipedia.org/wiki/Lluvia y   es.wikipedia.org/wiki/Pluviómetro