La lluvia en tu habitación de Paola Predicatori es un libro que agarré al tun tun entre los que tenía pendientes, de una forma totalmente random y...me llevé una grata sorpresa. No es un libro super feliz ni nada similar, de hecho es bastante triste. La protagonista ha perdido a su madre hace poco tiempo y es la transición que sufre hasta "superarlo" (si es que la muerte de alguien querido se supera en algún momento).
Alessandra (la protagonista) me parece un personaje muy puro, y que decide encerrarse en su mundo y escapar de las cosas más banales. Ella se cruza con un chico que también está encerrado en su propio mundo y ambos se van a ir conociendo poco a poco.
En este libro no sólo se ven cosas como la muerte del familiar, sino que en un momento hay casi un abuso y muchas otras cosas más. Creo que es un libro muy fuerte, pero al mismo tiempo conmovedor. Las escenas son muy poéticas, y hubo algunas que me encantaron, especialmente la que le da el título al libro.
Es un libro que agarré sin tantas esperanzas (de hecho, a diferencia de muchas personas, la portada no es algo que me compre) pero que me llevé una linda experiencia de la misma. Eso si, no recomiendo agarrarlo cuando están depresivos, la vida de Alessandra no es tan sencilla.
Algo que me gustó es que el libro parece un diario casi, ya que vamos conociendo día a día lo que va sucediendo, en pequeños capítulos. Esto ayuda a que la lectura sea mucho más fluída y no taan densa. No conocemos tooooodo de la historia, si no que vamos viendo pequeñas escenas para formar la trama.
Sé que la autora tiene otro libro (aunque creo que es una short-story de 30 páginas) que se publicó el año pasado en Italia, así que espero que pronto llegue porque me gustó mucho su pluma y tengo ganas de leerlo.
Gracias Edhasa Argentina por el ejemplar.
A sus diecisiete años, Alessandra ha vivido una de las experiencias más dolorosas: el cáncer se ha llevado a su madre y ahora se encuentra entre la aceptación de una pérdida insoportable y un agudo sentimiento de abandono. Al reincorporarse a la escuela, en un impulso se sienta en el último pupitre junto a Gabriele, ese chico al que todos los alumnos llaman Cero: cero palabras, cero estilo, cero notas. Un tipo silencioso, solitario e ignorado por todos, el gran perdedor de la clase, aunque él no parece darse por aludido. Alessandra se convierte así en la nueva habitante de Cerolandia, el país de la nada, de las sombras, del olvido. Cero acoge a Alessandra con una indiferencia que ella agradece, aunque, poco a poco, esa indiferencia va suscitando en ella una curiosidad tan irresistible como insidiosa, pues interfiere en su dolor y llama a la puerta de su obstinada soledad.