La locura del Fast Fashion

Por Cooliflower

El 24 de abril de 2013 al menos 1.130 personas fallecieron, y más de 2.000 resultaron heridas en el colapso de un edificio en estado ruinoso en Bangladés. Todas ellas eran trabajadoras textiles hacinados en un espacio diminuto, dejándose la vida por sueldos precarios. Fabricaban prendas para compañías occidentales reconocidas como Primark, El Corte Inglés, Bon Marché o Benetton.

The Shirt On Your Back (The Guardian) recuerda el lado oculto tras la moda en un magnífico documental; nos traslada a los extrarradios de Daca, la capital de Bangladés, un lugar en el que “el ritmo de la vida se determina por los ritmos de producción”. La velocidad de trabajo, la pauta en los comportamientos de supervivencia se marca desde el extranjero: es la moda de rápido consumo que requiere  bajo coste y mano de obra barata. Las “cuatro estaciones” de la moda se han sustituido por un calendario aberrante que incita al consumidor a cambiar sus prendas por nuevas colecciones una vez por semana… ¡Más de cuarenta temporadas distintas al año! La Fast Fashion se alimenta de precariedad, la misma que nutre el PIB de Bangladés, creciendo como la espuma bajo el aliento de la miseria. Las fábricas se multiplican gracias al precio de su mano de obra, la más barata del planeta. La tragedia de 2013 -llamativa por número de fallecidos, desgraciadamente, no la única- llegó tras añadir tres plantas suplementarias a un edificio que no estaba preparado para soportar el excesivo peso. Las grietas en la estructura se advirtieron un día antes del desplome, pese a ello, los empleados textiles fueron obligados a continuar en su puesto de trabajo. Esperaban su propia muerte por orden de arriba, con la connivencia de las autoridades.

En The Shirt On Your Back, podrás conocer una realidad distinta que se encuentra muy cerca de ti, dentro de tu armario. Trágicas realidades como la de Mahmuda, una trabajadora que cosía 120 piezas de ropa por minuto, diez horas al día, seis días a la semana por 78 euros al mes. Te impactarán otras vidas… que ya no lo son, perdidas en el derrumbamiento.