Y esto hace que me pare en la carrera del mediocampista francés. Destacó en el Rennes hasta el punto de ser fichado por el Milan, donde no jugó nada mal pero no tuvo continuidad, sí que la encontró en el Girondins (donde se ha visto su mejor versión hasta ahora) y ahora parece ‘haber dado un paso atrás’ para quienes, ávidos de encontrar nuevos ídolos, le bautizaron como ‘el nuevo Zidane’.
Seguro que su intermitente rendimiento se debe más a encontrar esa ubicación sobre el campo que él mismo ha reconocido alguna vez, que le permite explotar sus virtudes, pero no puedo dejar de pensar en cuántas veces el hecho de que te señalen como heredero de un jugador de relevancia máxima de una época cohíbe a los propios jugadores.