La lotería del mercado laboral

Publicado el 07 agosto 2010 por Cambiosocialya

En un entorno laboral como el que les está tocando lidiar a los españoles, en no pocas ocasiones, la obtención del ansiado puesto de trabajo se está convirtiendo poco menos que en una lotería. En mi opinión es por un conjunto de motivos, todos ellos en cierto sentido conectados entre ellos, y analizarlos de una manera mínimamente empírica y objetiva, desbordaría los objetivos de un post como este. Sin embargo, no me resisto al menos a comentar aquí algunas ideas sobre este tema que últimamente me rondan bastante por la cabeza.

Creo que no se ha reflexionado lo suficiente sobre la relación existente entre fenómenos como la precariedad laboral, la alta rotación en los puestos o la alta temporalidad de algunos grupos de trabajadores y la propia naturaleza del sistema productivo, o más concretamente la velocidad a la que se suceden tanto las innovaciones tecnológicas como las organizativas. Es bastante obvio que el ritmo al que avanza la tecnología no se adapta a una evolución lineal, si no más bien exponencial; o dicho de otra manera: los adelantos técnicos se suceden cada vez con más rapidez. En un contexto como este, la probabilidad de que un puesto de trabajo desaparezca como consecuencia de una innovación tecnológica es creciente. Muchos replican que la tecnología también crea puestos de trabajo, pero yo insisto: sinceramente creo que el saldo en ese sentido es negativo, y que se destruyen más trabajos de los que se crean. Esta situación de incertidumbre, creo que también dificulta la adaptación de los trabajadores a las nuevas circunstancias. Si aceptamos como correcta la hipótesis de que el ritmo de cambio se encuentra en permanente aceleración, esta situación no puede más que ir agravándose con el tiempo.

En el aspecto puramente práctico, este escenario tiene importantes consecuencias. Por ejemplo, no paro de percibir en mi entorno que poco a poco van desapareciendo o al menos menguando ese conjunto de profesiones que te aseguraban un futuro laboral. Tal vez porque es ese “futuro” el que cada vez es más difícil de retratar sin que salga movido en la foto. Como decía, cada vez hay más probabilidades de que los trabajos de esas “profesiones con futuro asegurado” desaparezcan fulminados consecuencia de la aplicación de una nueva tecnología, o que sean descentralizados hacia un país “emergente” en el que los trabajadores cobran una décima parte de lo que necesita un empleado para sobrevivir mes a mes en el mundo civilizado. Es curioso que las normas de comercio internacional prohiban en “dumping”, es decir, el desembarco de una avalancha de productos en un mercado a un precio anormalmente bajo con la intención de conquistar un mercado, pero que se admita que una “descentralización” acabe con miles de empleos en un país para medio esclavizar por un sueldo de miseria a otros miles de trabajadores unos cuantos miles de kilómetros más lejos. Cosas del libre mercado, supongo.