Tenía un jefe al que no le gustaban mis finales. "¡Si quieres escribir poesía escribe un libro!" me gritaba "¡aquí los reportajes terminan con un dato!". Y así durante un tiempo todos mis reportajes tenían que terminar con una cifra, una fecha, un proyecto, un próximo pase a disposición judicial... Eso está bien, pero no siempre me gustaba.
FINALES CON MI EX-JEFE1. Al terminar el proyecto el barrio tendrá 42 graffitis decorando sus fachadas. 2. Las 5 lágrimas de la Macarena pasearon 14 horas por las calles de Sevilla.3. Cada vez más libros se promocionan en Internet con trailers.
En su momento me jodía bastante... Ahora, con el tiempo, empiezo a valorar todo lo que aprendí de él, que no fue poco, empezando por pelear con uñas, dientes y trampas todo aquello en lo que creía.
No consiguió que cambiara mi forma de pensar, pero sí me enseñó a defender lo que pensaba... y se lo estaré eternamente agradecido.
FINALES SIN MI EX-JEFE 1. No es que les faltara arte en el barrio... es que le sobraba blanco en las paredes.2. Con solo 5 lágrimas, Sevilla se puede pasar la noche llorando.
3. Si Cervantes levantara la cabeza... cuántos tendrían que agacharla.
Yo creo en los datos, en la información... por supuesto, si no hay nada que contar, no hay principio ni final... pero no creo en la obligación suprema de reservar los datos para la última frase del vídeo.