Además, me he comprado —hay que ayudar al incansable Chema Cumbreño— Nada y menos (Ediciones Liliputienses, 2015), que contiene cinco libros publicados por Méndez Rubio entre 2002 y 2008, y completa la anterior recopilación que fue Todo en el aire. Poesía (1995-2005) publicada por la Editora Regional de una Extremadura en la que, felizmente, están recalando todos sus ciclos poéticos. No pude estar en todo porque tenía que trabajar. Sin embargo, saludé en la conferencia de Siles a X, del personal de biblioteca, que debería estar trabajando en esos momentos; y no pude saludar a los que poco interesa lo que se cueza en un congreso sobre Celan que se celebre en su Facultad. Me reencontré también con Rafael Morales Barba, cansado del viaje pero exultante, resacoso, diría yo, por venir de la Feria Nacional del Vino (FENAVIN) de Ciudad Real, en la que coordinó mesas con profesores y poetas. Me regaló el número especial de Fragmenta, la revista de poesía que dirige, y que ha patrocinado FENAVIN, así que todo el mundo sabrá a qué saben sus doscientas páginas antológicas. Y estuve con Eduardo Moga, que habla ya hoy viernes, sobre la soledad del suicida Celan. Un placer. La lupa en C.
Además, me he comprado —hay que ayudar al incansable Chema Cumbreño— Nada y menos (Ediciones Liliputienses, 2015), que contiene cinco libros publicados por Méndez Rubio entre 2002 y 2008, y completa la anterior recopilación que fue Todo en el aire. Poesía (1995-2005) publicada por la Editora Regional de una Extremadura en la que, felizmente, están recalando todos sus ciclos poéticos. No pude estar en todo porque tenía que trabajar. Sin embargo, saludé en la conferencia de Siles a X, del personal de biblioteca, que debería estar trabajando en esos momentos; y no pude saludar a los que poco interesa lo que se cueza en un congreso sobre Celan que se celebre en su Facultad. Me reencontré también con Rafael Morales Barba, cansado del viaje pero exultante, resacoso, diría yo, por venir de la Feria Nacional del Vino (FENAVIN) de Ciudad Real, en la que coordinó mesas con profesores y poetas. Me regaló el número especial de Fragmenta, la revista de poesía que dirige, y que ha patrocinado FENAVIN, así que todo el mundo sabrá a qué saben sus doscientas páginas antológicas. Y estuve con Eduardo Moga, que habla ya hoy viernes, sobre la soledad del suicida Celan. Un placer. La lupa en C.