No fue, hasta que me fui de allí, cuando empecé a reflexionar como no quiero ser; según lo que veo del mundo que me rodea.
Empecé pensando sobre el bien y el mal, que, hoy en día, la línea está muy difusa; al menos para mí. Lo que a ti te puede parecer que está bien a mi no, y viceversa.
Últimamente he visto personas que huyen de si mismas; y por no querer enfrentarse con los problemas de su vida, te arrojan a ti al abismo en el camino. Personas que te aíslan, que te envidian y se van haciéndote creer que eres tú, quien lo mal para sentirse mejor. Personas que luego te dicen que te quieren, pero nunca han pensado en ti, o como te puedas sentir; solo en ellas mismas.
Entonces, me pongo a pensar ¿Qué es “lo correcto”? ¿Lo correcto, no sería pensar en los demás sin olvidarte a ti mismo? ¿No sería, que a veces te enfrentes a tus demonios y a tus problemas para que no arrojen a nadie por la borda? ¿Qué sería, más que, a veces dejar de huir y regalar un poco de felicidad, paz y tranquilidad?
Por todo esto, que me afecta de alguna manera dentro de mí, decidí ir a la playa hoy; para ver por donde podía empezar a dejar todo esto atrás, perdonar y agradecer todo lo ocurrido hasta ahora. A veces se me hace difícil, sobre todo cuando lo veo todo muy negro, por eso también fui a encontrar un rayo de luz.
Primero fue reconfortante ver esas olas amando tanto a ese agua azul tan bonita y cristalina como estaba; aún con el sol, que se acabó dejando entrever a través de las nubes.
Después me puse a pensar en lo que estaba haciendo mal, pero al encontrarme con aquel perro me sorprendí; en aquellos ojos azules, que me enamoraron; al acercarse a mí y verlo tan feliz de conocerme, me di cuenta de que aquella luz que buscaba estaba dentro de mí. Estoy segura de que todo ese azul fue tranquilizador para mi alma.
Supe, de alguna manera que estaba siendo cuidada y guiada; que no me tenía que preocupar de lo que perdía, lo que dejaba ir o cualquier otra cosa. Ya que lo que busco, está dentro de mi. Ya no me importaba cuantos días, meses o año tardase en encontrarme.
Me sentía con tanta fuerza, que sabía de alguna manera, que nada podría conmigo, solo yo misma. Sabía que si era como yo quería ser, todo lo demás ya no importaba tanto; ya no quemaba tanto, que todo, viniera lo que viniera, iba a estar bien.
Suelta, ama, abraza, respira.