Punto de Lectura · 550 · 9788466327084Goodreads · BookDepositoryElla no permitirá que borren su pasado.Para Valli Querol, hija de unos humildes masoveros de Morella, la Guerra Civil se prolongó en una batalla clandestina y en un largo exilio. Pero Valli nunca perdió la esperanza de recuperar aquella sociedad igualitaria con la que soñaba. Tras la llegada de la dmocracia, regresó a Morella y volvió a ejercer de maestra.
Décadas más tarde, en medio de la burbuja
OPINIÓN
Me aventuré a ciegas entre las páginas de esta novela. No había leído reseñas, ninguna recomendación u opinión. Y la verdad es que no me arrepiento. Es una novela que he disfrutado, aunque algunas partes se me han hecho más pesadas, en general me ha gustado la historia y lo que hay escondido entre sus páginas.
Vallivana es una anciana que vive en Morella, un pueblecito de la costa valenciana. Tiene un pasado oscuro, lleno de huidas, atentados, un pasado marcado por el miedo de los ciudadanos de España. Se dedicó a la enseñanza y aprendió de personajes importantes en nuestra historia: Buñuel, Casona... Ahora esta mujer quiere parar el descontrol que está sufriendo su pueblo. Se han disparado las inversiones, pero cada vez están más endeudados. Además, Valli tiene una cuenta pendiente con el alcalde y hará todo lo posible porque el proyecto de convertir una escuela de Morella en casino o edificios, no se lleve a cabo.
Valli lucha por la igualdad, la educación pública y tiene las ideas muy claras. Para comprar ella misma la escuela debe reunir cinco millones de euros, ¿cómo lo conseguirá?En esta novela encontramos más personajes como Charles, un británico que llega a Morella con idea de comprar esa escuela para tener un lugar educativo para sus jóvenes elitistas de Eton. Como veréis, Valli no está de acuerdo en que la escuela pase a ser privada y en manos de unos jóvenes adinerados sin casi preocupaciones. Pero entabla una extraña amistad con Charles que realmente me ha sorprendido al final del libro. Hay un momento en que las lágrimas salen solas al leer sobre el pasado de Valli, unas páginas llenas de sentimiento.
Encontramos al alcalde, su mujer y dos hijos. El alcalde nunca ha sabido ejercer su cargo y además nunca proporcionó una dulce vida a sus hijos. Los crió con maltratos, obligaciones...aunque veremos que finalmente sus actos tendrán consecuencias. En especial quiero destacar a Isabel, la hija del alcalde. Es una mujer de mediana edad, bajita y algo rechoncha. No se preocupa por su aspecto y vive de manera sumisa. Hace todo lo que su padre desea. Pero todo cambiará a medida que conozca más la historia de Valli y se acerque más a Charles, con el que entablará una bonita amistad.El estilo de Elena Moya me ha agradado. Aunque hay demasiadas descripciones y he echado algo en falta más diálogo. Como bien he dicho hay algunas partes algo lentas que no me hacían meterme de lleno en la historia. Quizá la falta de acción me ha hecho no disfrutar la novela totalmente.
Las descripciones de Morella son bastante buenas, tanto que sientes que estás paseando por esas calles, esas plazas...Aún así el argumento es muy interesante y hay referencias a España que realmente me hacen reflexionar. La educación española (que necesita muuuuchos cambios), la orientación sexual, el vinculo entre el pasado y el presente español, etc.
En definitiva, una buena novela para reflexionar y entretenerse. Pero recomiendo leerla con otras lecturas ligeras intercaladas. Tiene un sentido más profundo del que vemos a simple vista y un buen mensaje final. Os sorprenderá en alguna ocasión, ya que la autora da un giro inesperado que me ha encantado.
No es una novela brillante, al menos para mí, por lo que ya he comentado, pero la disfrutaréis.Este lugar nos dio sobre todo seguridad -dijo-. Aquí nos sentíamos protegidas, respetadas. El ambiente nos proporcionaba dinamismo y nos exigía dar lo mejor de nosotras mismas, pero sin leyes, normas ni castigos. Pensábamos que nos íbamos a comer el mundo, pero para dejarlo mejor. María de Maeztu -continuó- nos conocía a todas personalmente y, al menos una vez al año, cenábamos con ella, en grupos de seis o siete, y allí nos preguntaba cómo estábamos, si necesitábamos alguna cosa o si teníamos algún problema. La verdad es que pocas se atrevían a hablar, pero cuando mencionaban algún asunto, María corría a solucionarlo, lo que nos daba mucha protección. Esto no era ni un convento ni un college, sino una nueva institución concebida como motor de cambio de una sociedad pobre y atrasada. Era una auténtica revolución sana, pacífica, social e intelectual en la que todas nos sentíamos involucradas -concluyó.