Título original: This Raging Light
Páginas: 256
Editorial: Puck / Ediciones Urano México
Hay cargas demasiado pesadas para una chica de diecisiete años. Hay situaciones que ninguna adolescente debería vivir.
Hasta hace poco, Lucille era una chica como tú, con un luminoso futuro por delante. Ahora, de la noche a la mañana, el futuro se ha desmoronado: su padre está internado en un hospital mental, su madre lleva semanas sin dar señales de vida y Lucille, de repente, se encuentra haciéndose cargo no solo de sí misma sino también de la casa y de su hermana pequeña.
¿Cómo seguir adelante cuando tus padres te han dejado sola y las facturas se acumulan?
¿Cómo reconstruir un mundo que se desploma?
¿Cómo enamorarse cuando estás al borde del precipicio?
¿Es posible ser feliz en el peor de los tiempos?
Todo está bien hasta el momento en el que el padre de Lu se derrumba con un ataque nervioso y termina dejando a su familia. Pero si pensaba que las cosas no podían empeorar, a su madre se le ocurre salir de la ciudad de vacaciones... y no volvió. Dejando a Lu a cargo de su hermana pequeña, de las deudas y de la casa.
Ya desde ahí comenzaba a temer que el libro sería demasiado drama para mi gusto. Lu consigue trabajo en un restaurante de comida Mexicana cuatro días a la semana para pagar las deudas, pero aún así las cosas no parecen mejorar. Teme contarle a las demás personas o pedir ayuda por miedo de que la separen de su hermanita ahora que más se necesitan, así que tuvo que contar mentira tras mentira para sobrevivir.
Y pues hasta ahí todo bien, es entretenido. Pero ahora viene lo que simplemente no me cabe en la cabeza. La niña está en medio de la peor crisis de su existencia y en lo único que piensa es en el guapísimo hermano de su mejor amiga, el cual tiene novia. Si mis padres me hubieran abandonado a los 17 años creo no tendría cabeza para nada más, pero bueno, por lo visto para la autora que una niña babee por un muchacho es NECESARIO sin importar la situación.
Luego también está el hecho de que la historia va de drama a un drama aún peor. Además de que la amistad y relación entre Lu y Digby (el chico... sí, juro que ese era su nombre) se me hizo muy mal planteada. Como que de pasar de ser la fantasía imposible de Lu, se convierten en inseparables ¿eh?
Y así le encontré mil cosas más que simplemente hacían a mi cabeza explotar. Como el final. Es un final total y completamente abierto. No le da cierre a ninguna de las historias. Así como comienza termina. Y... me dieron ganas de azotar el libro contra la pared, porque la autora no se tomó ni la molestia de acabar el libro o no supo cómo hacerlo ¡Puagh!
Pero bueno, ¿por qué le dí dos estrellas? Porque leer la historia no es tan malo, tiene dos que tres cosas buenas, además de muy buenos diálogos entre los personajes, y una que otra situación que realmente me encogieron el corazón, y esas cosas lograron salvar al libro para mí.