Cada año por estas fechas tengo en mis manos un completo reportaje fotográfico de mis hijos. Se lo hacen en el colegio y la verdad es que lo hacen de maravilla. Luego nos entregan a las madres un sobre con diferentes copias, imanes, un calendario, unas postales de Navidad... A mi me viene de fábula para regalar a las abuelas. Este año, sin embargo, la foto la hacían un viernes que yo estaba en Madrid en la feria de puericultura. No pude llevar a los peques y hablando con mi amiga Sara Palacios salió el nombre de Violeta. Violeta Rodríguez es una fotógrafa excelente y majísima que vive en Madrid. Yo conocía su obra porque la he visto en algunos blogs y con ella he coincidido en algún evento en mis viajes a la capital. Sara nos puso en contacto y de ahí surgió este reportaje fotográfico que os muestro hoy aquí y que me encanta. Violeta lo llama la magia del instante y realmente que haya hecho estas fotos es pura magia porque aquel día los niños no estaban movidos no, estaban terremotos. Aún no me creo que tenga este resultado entre mis manos. Seguid leyendo para verlo y os cuento nuestra historia.
Habíamos ido los niños y yo a un evento en Madrid y aproveché al día siguiente para quedar con Violeta. Se nos puso a llover y no pudimos ir a la localización que ella había propuesto, así que decidimos hacer las fotos en el hotel en el que estábamos. Era el Silken Puerta de América, un lugar singular. Tiene 12 plantas diferentes, 12 maneras de entender el arte y el diseño. En cada planta ha trabajado un estudio de arquitectura diferente, los mejores del mundo, así como diseñadores de trece nacionalidades distintas. Subidos en su ascensor, que cuelga de la fachada, fuimos descubriendo Jorge, Valentina y yo cada una de las estancias. Todas juegan con diversos materiales, colores y formas, para crear espacios únicos que reúnen lo mejor del diseño y la arquitectura de vanguardia. Cuando llegó Violeta, Jorge (7 años) hizo de anfitrión y la llevó de arriba a abajo en el ascensor. Menos mal que no tenía claustrofobia la pobre porque para hacer el shooting bajamos y subimos unas 10 veces mínimo.
Imaginad los niños súper excitados y Violeta disparando con la cámara lo que podía y cómo podía. Os juro que tenía claro que de este reportaje no saldría ni una foto buena. Bajamos al parque que hay al lado del Silken para que los peques corretearan y se relajaran, a ver si allí hacíamos alguna foto más decente, pero no pararon quietos ni un minuto. Violeta, colmada de paciencia y buen humor me decía: "Es normal mujer, son niños", y yo en mis adentros pensaba que mis hijos nunca se habían portado tan mal.
Bueno, el resultado es este que veis aquí. A mi las instantáneas me han parecido no solo mágicas sino increíbles. Traspasan la pantalla, nos hacen vivir la intensidad de la infancia, del amor, del cariño, de los sentimientos, de la complicidad. Veo a mis hijos tal y como son: felices, juguetones, risueños, moviditos... También me veo yo cansada por tanto trajín. No puedo negarlo.
El trabajo de Violeta Rodríguez me ha parecido excelente, inmaculado, perfecto. Ella es una experta en sesiones naturales de familia. Sabe como captar la esencia del momento sin renunciar a la espontaneidad. En su photoblog ha publicado más fotos de este shooting. Podéis verlo aquí. He escogido estas fotos porque en el pack de familia llamado 'La Magia del Instante', Violeta te envía las instantáneas por mail y tenéis diferentes opciones. Escogéis un número determinado en digital y papel o solo en digital. Tras diez días recibiréis las fotos en el formato indicado (en digital de alta resolución para descarga online instantánea) o en copias de papel fotográfico de alta calidad.
Violeta me ha ayudado incluso con la postal de Navidad de las abuelas que como os decía al principio pensaba que este año se quedaban sin ella. Además, les enmarcaré alguna de estas imágenes porque me encantan y sé que a ellas también les gustarán. Lo que más aprecio de trabajar con Violeta Rodríguez no fue solo su paciencia sino el cuidado y cariño en todos los detalles. A los peques, al final de la sesión, para premiarlos, les dio unas camaritas pequeñitas y a mi unos caramelos violetas buenísimos. Esto solo es una anécdota de lo mucho que ella hace. No me equivoqué escuchando a mi amiga Sara Palacios. Si vivís en Madrid o vais de viaje a la capital tenéis que quedar con Violeta Rodríguez para una sesión. Y luego me contáis en los comentarios.
Periodista multidisciplinar de vocación y corazón. Más de 17 años en activo en medios de comunicación. Especializada en social media y contenidos desde 2005. Bloguera y emprendedora. Mamá de dos. La mejor profesión.