Cierto día estaba pensando, de manera concienzuda, sobre las razones por las que América Latina está en total subdesarrollo. Obviamente son muchas las causas; sin embargo, hay una que parece ser la que origina todas las demás y esta es la partidocracia. Entiéndase partidocracia como un sistema político en el cual los partidos políticos poseen un poder absoluto en las tomas de decisiones políticas, económicas y sociales en una nación. En la mayoría de pueblos de Iberoamérica, se podría considerar que determinados partidos políticos llegan al poder de manera democrática, celebrando elecciones libres y con observadores nacionales e internacionales, utilizando lo último en tecnología para hacerlo todo más confiable. Hasta aquí todo está bien, el problema inicia y se desarrolla, cuando estos grupos políticos acceden al poder, tomándose, prácticamente, todos las instituciones del Estado y ejerciendo un control total, excluyendo a la población en sus decisiones, es una traición a la gente que los eligió. Ellos “le dan la espalda” al pueblo que los seleccionó para conducir el futuro de la nación y esto se evidencia cuando implementan decisiones que perjudican , enormemente, a toda la población como: el aumento de impuestos; privatizaciones de empresas de servicios básicos; congelamiento de salarios mínimos; aplicación de modelos económicos neo liberales o centralizados, aplicación de medidas del FMI (Fondo Monetario Internacional). Estos medidas no son tomadas, muchas veces, por el consenso con el resto de los partidos políticos , mayoritarios o minoritarios; mucho menos con el resto de la población, si no, más bien, lo que el partido les mande. Esta partidocracia “enfermiza” tiene consecuencias muy graves para la población humilde que , diariamente, debe de trabajar duro para lograr salarios que no llegan ni a $10 diarios. Prácticamente, el poder económico se va concentrando en las pocas manos de los partidos políticos ganadores, hasta convertirlos en los nuevos millonarios de las naciones. En esta clase política parásita ,es común que ocurran casos d e corrupción donde algún presidente o funcionario público, que fue llevado al poder, por determinado instituto político, robe millones de dolares y sea enjuiciado y condenado, pero al poco tiempo sale libre; los casos no son pocos en América Latina.
La partidocracia origina un nuevo estamento o clase social, muy leal entre ellos y que , jamás, sacrificarían sus intereses de clase política por los de la población. Aparentemente, trabajan por el pueblo, pero, si así fuera, la pobreza y subdesarrollo en América Latina hace muchísimo tiempo hubiera acabado, porque todos los partidos políticos se hubieran unido , como uno sólo, para solucionar las graves crisis en nuestras sociedades. A través de una polarización, constante, con las demás fuerzas sociales, olvidan que deben trabajar por los más pobres y necesitados y no por los miembros de sus partidos. Es que atrás de toda esta partidocracia enfermiza, está lo más importante para ellos: lograr riqueza por medio de más poder, sin importar , a toda costa, como se conseguirá; el poder está íntimamente ligado con la riqueza, en pocas palabras; a más poder mayor riqueza. Esta clase política latinoamericana que ha logrado más tiqueza a través del poder, se ha posicionado en un status opulento que nos hace recordar a la Monarquía de la Francia del siglo XVIIL, donde ésta, había logrado tal riqueza y poder que construían grandes palacios y la población muriendo de hambre, sólo que en América Latina, esa riqueza y ese poder, no lo da el ser de la monarquía, si no , más bien, pertenecer a un partido político que aplique a la perfección la partidocracia. En Latinoamérica , donde la partidocracia es un problema real que impide a su población necesitada salir adelante, la impotencia , en dicha población, por acabar con esto,es enorme; cuando se observa que los funcionarios de la clase política ganan salarios que son 500 veces mayores que los sueldos mínimos existentes del resto de personas. Asimismo, la enorme polarización entre estos pseudos partidos políticos, sin moral y amantes de la riqueza,impide que se acaben con problemas sociales urgentes de solucionar como la delincuencia, las pandillas, el costo de la vida, salarios “paupérrimos”,etc. En conclusión, si no se trata de acabar con la partidocracia en América Latina, a través de poner primero los intereses de la población necesitada de bajos recursos, esta parte del continente americano se avecina a una mayor convulsión social que podría degenerar en golpes de Estado o conflictos armados, estaríamos en un franco proceso de retroceso.