A estas tragedias conduce el sistema depredador que no da oportunidad a los africanos para elegir entre la miseria y los métodos miserables que se les aplican. Ser indiferentes es ser cómplices, en primer lugar los consumistas y guerreros que emplean ese petróleo.
Pero, pareciera que los africanos son los únicos responsables de sus tragedias, que irán en aumento y nadie desea recordar lo que debe la "civilización occidental" al África.