Viendo lo que le ha pasado a Sandra Bullock, “The Blind” (La Ciega) como ya se le dice en Hollywood, se está labrando otra leyenda: la de la maldición de los Oscar. En los últimos años, más de media docena de actrices premiadas se han separado de sus maridos o novios, a quienes curiosamente, agradecieron al recibir el premio. Paradojas de la vida…
En el 2002 fue el turno a Halle Berry, ganadora por El Pasado los Condena. Acudió a la ceremonia con su esposo, el músico Eric Bénet. Meses después, sin celebrar su tercer aniversario, anunciaban la ruptura tras rumores de crisis. Hoy es feliz junto al modelo Gabriel Aubry, con quien tiene una hija, Nahla. Premiada en el 2003 por Monster, Charlize Theron también rompió su relación de años con Stuart Townsend, al parecer porque se dio cuenta de que su relación se había vuelto algo monótona y veía a su ex más como a su "hermano" que como pareja.
Casi al mismo tiempo de la noticia de la Bullock, Kate Winslet sufrió los efectos negativos del Oscar, porque anunció que se separaba de su esposo, el director Sam Mendes, también después de 7 años y un hijo en común. El año pasado se llevó la estatuilla por The Reader y lo celebró efusivamente con su ahora ex. Y van ocho…
¿Esto pasa porque el triunfo se les sube a la cabeza a estas mujeres que se convierten en divas insoportables, o es porque ellos son del tipo de macho que no aceptan estar en segundo plano? Las largas ausencias y las tentaciones adicionales de hombres y mujeres atractivos en los rodajes tienen mucho que ver, pero nos queda la pregunta ¿Hay una maldición en el Oscar?