También recurriendo a relaciones y lecciones aprendidas este verano me reafirmo en algo que ya sabía pero no había expresado nunca: el sonido proporciona la libertad creativa total. No dependes de la imagen para generar sentimientos, emociones, o transmitir atmósferas. Y todo eso es lo que espero encontrar en este viaje. Así que, sin periodicidad establecida y con toda la ilusión del mundo aquí va mi primera postal sonora. ¡Que la disfrutéis!
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