Ayer y de manera agresiva una manifestación multitudinaria recorrió Bilbao en favor de los presos de ETA. Con las excusas de la cancelación de la doctrina Parot o del acercamiento de los presos pero fundamentalmente en defensa de los presos de ETA.En los últimos comunicados, de cierre y liquidación, la banda terrorista pone el acento en el colectivo más duro y más renuente a la paz: los presos. Los que dieron parte de su vida fanática por un ideal que ahora y por mor de la fuerza de la policía y la justicia democrática han debido abandonar por una salida, favorecida, puente de plata, en la política.Sin embargo la historia no es posible reescribirla, como parece que quiere hacer la izquierda abertzale y parte de la sociedad vasca, sino aceptarla y superarla. Pareciera que se quiere poner en la misma altura moral y de sufrimiento a quienes eligieron infligir el dolor y convertirse en secuestradores, asesinos, extorsionadores que los secuestrados, asesinados y extorsionados. Este revisionismo infame y sevicioso oculto busca el mismo fin que quienes empuñaron la pistola y sostuvieron la bomba a costa de la democracia y la libertad de los ciudadanos. Intentando hacer victoria de lo que es una carrera de muerte y presión finalizada por la fuerza de la democracia y la justicia y la policía. Aún colean.Los que enarbolan esas pancartas, arengan en esos discursos, causan ruidos con esos murmullos son los mismos que callaron ante la violencia, justificaron su existencia, ampararon y dieron categoría de héroes a los inmundos de la serpiente y el hacha. No son separables ambas actitudes y conceptos como no lo son el revisionismo de la figura de los asesinos, el acoso a las víctimas como reaccionarios impenitentes ni de los políticos de la izquierda abertzale que buscan figuras a las que añadir a su lista de favorables con el fin de hacer lo impresentable, presentable, lo inmoral, aceptable, lo agresivo, cómodo, lo vergonzante, válido. No cuenten conmigo.Recuerdos del día de mañana con las víctimas, no los victimarios.Despierte el alma dormida, avive el seso e despierte.
A fin de cuenta sino pensamos y vivimos para que queremos estar.
Los pensamientos de hoy son recuerdos del mañana que tenemos hoy.