La maniobra de la tortuga. Benito Olmo

Por Mientrasleo @MientrasleoS

     "Todo empezó con la muerte de una chica."
     A veces uno se tropieza con un título de forma recurrente hasta que tiene claro que lo va a acabar leyendo, u odiando quién sabe. En este caso ha sido la primera opción, así que antes de que nadie me terminara por relatar la historia, hoy traigo a mi estantería virtual, La maniobra de la tortuga.
     Conocemos a Manuel Bianquietti, un inspector de policía trasladado a la comisaría de Cádiz tras un incidente que traspasó de lo personal a o laboral. Manuel lleva un tiempo a su aire en la comisaría, sin interferir en nada y también sin que nadie le diga nada a él, sin embargo, la muerte de una joven de forma violenta, parece que lo hace reaccionar y meter la nariz en el caso para encontrar al culpable. Quién sabe, quizás le ayude a reaccionar también en la faceta personal.
     Benito Olmo juega a seguir la estela de la novela negra clásica. No escatima para ellos en adjetivos para su protagonista, ya sea rudo, fumador o marcado por su pasado en el que él tuvo parte activa, está claro desde las primeras páginas que Bianquetti nos resulta familiar: no ha buscado ser original. Sin embargo, tal vez eso no sea una falta sino un mérito en este caso, ya que tampoco ha cargado las tintas con él, ni ha necesitado llevarlo a ver prostitutas o consumir drogas escondidas en un cajón de la comisaría. Su Bianquetti es mucho más de "andar por casa" y prefiere acodarse cerveza en mano  y no torturarse más allá de lo necesario para conseguir las simpatías del lector. No lo necesita.
     Lo conocemos desterrado en un Cádiz que nada tiene que ver con las fotos turísticas que aparecen en los folletos de esta época del año. es una ciudad más, pequeña comparada con otras, en la que hay ricos y pobres, callejones oscuros y polígonos industriales. Y sí, también hay contenedores en los que aparecen jóvenes asesinadas. Y partir de aquí Benito Olmo abre una historia en dos hilos que se unen en un encuentro fortuito, en los que vemos, como viene siendo habitual en las novelas negras, un poso de crítica social a las influencias, los privilegios, el maltrato o el trato por parte de unos sectores a los inmigrantes.
     Estos son los ingredientes, que incluirán una mujer que se acerca a la vida de Bianquetti, también marcada por su pasado, y unos compañeros en la comisaría entre los que no tardamos en descubrir filias y fobias, que usará el autor para su novela. Una historia marcada por la brevedad de frases y capítulos que aceleran la lectura de una trama que no busca ser trepidante, por mucho que el adjetivo parezca estar de moda, sino interesante para el lector o más aún, entretenida. El lector avanza a medida que lo hace su protagonista, sufriendo los mismos resbalones que él ) aunque afortunadamente no los mismos reveses,) mientras se fortalece la simpatía que profesamos por el rudo inspector que, aunque aparentemente no haya nada que lo indique, bien podría haber desembarcado para quedarse a juzgar por el tono de la historia. Un final, por cierto, impecable, por si pensáis que lo he dicho porque el autor decide dejar abierto el caso: no es así.
     La maniobra de la tortuga ha resultado una novela entretenida que me ha durado apenas un rato en las manos, de esas que empujan a seguir leyendo un rato más hasta que, sin apenas notarlo, hemos llegado al final de la historia. Estaré pendiente de los títulos de Benito Olmo.
     De un tiempo a esta parte es innegable el protagonismo de la novela negra en nuestro país y vamos descubriendo títulos y autores en las mesas de las librerías que antes nos eran desconocidos y que se enfrentan al entusiasmo de unos y el escepticismo de quienes consideran que el género está, simplemente, de moda. Y vosotros, ¿creéis que está de moda la novela negra?
     Gracias.