Artista: La máquina de hacer pájaros
Álbum: La máquina de hacer pájaros
Año: 1976
Género: Progresivo sinfónico
Nacionalidad: Argentinos
Duración: 38 minutos
Corría el año 1976, el rock progresivo y sinfónico era un género masivo y reconocido en el ámbito mundial, y también en el cono sur de América. Argentina desarrollaría bandas de culto como Invisible, Crucis, Alas, Espíritu, y una de gran sofisticación y sinfonismo que fue La Máquina de Hacer Pájaros. Creo que está demás decir que fue una de las bandas argentinas más trabajadas en cuanto a su sonido, ya que contó con el genio intacto de Charly y sus ganas de experimentar, aunque en su momento el grupo no fue bien recibido por la crítica y el público, ya que su sonido se adelantó varios años en el tiempo, en su momento tenían un extraño record, la primera edición de este primer disco fue el más caro de la historia en Argentina, salía más del doble que un disco común.
Strauss_14Antes que nada, hay que dar a conocer los miembros que componen este disco. En voz y teclados, está el famoso y reconocido Charly García, mientras que el otro tecladista es mi admirado Cutaia en su época de auge (que había grabado Pescado 2 con Pescado Rabioso). En guitarra tenemos a Gustavo Bazterrica, en baterías a Moro y en el bajo, al místico maestro José Luis Fernandez (ex Crucis).
El disco homónimo de La máquina es de un rock progresivo con arreglos sutiles, envolventes atmósferas, gran presencia en los teclados y virtuosismo por todas partes. Pero tampoco se crean que lo único que van a escuchar es esto: hay fusiones como el dulce pop de Como mata el viento norte, la funkie Boletos, pases y abonos, el relajante Rock y el country Por probar el vino y el agua salada.
Ya Bubulina nos hace llorar. Unos grandiosos teclados abren el tema acompañando una misteriosa melodía. La apasionada guitarra de Bazterrica es simplemente maravillosa, y el estribillo es una de las cosas más alegres que escuche. Bubulina era una prostituta en la película Zorba el griego. Lo de “navidad en el cielo” se debe, supone mucha gente, a la escena de esta película en la cual este habla con ella. El resto de la lírica de la canción es un miesterio para la mayoría: lo único que se sabe (y de lo que no se está muy seguro) es que cuando Charly nombra a un “nuevo ser” es porque tenía proyectos de ser padre.
Como mata el viento norte empieza más o menos igual a su antecesor. Las melodías de este tema son hermosísimas: son el espécimen de pop más puro del disco. ¿Oyeron la inmensa felicidad que trasmite el estribillo de esta canción? Un highlight definitivo. La letra habla sobre un mendigo que en realidad es rico (porque tiene joyas), pero como los habitantes del lugar en que vive son todos ciegos no saben apreciar su riqueza. Una buena metáfora para expresar el desperdicio de potenciales que hay en la sociedad.
Boletos, pases y abonos es un tema bastante funk cuando de voz hablamos. El estilo general de la instrumentación es un blues movido con remates de hammonds. Esta canción cuenta nuevamente con un estribillo genial, un intermedio lento y atmosférico con hermosas improvisaciones de guitarra y una hermosa parte instrumental luego de la segunda repetición del estribillo. Pero lo mejor de este rock es el pegadizo riff que se presenta al final, con un teclado soleando impresionantemente, y una guitarra maravillosamente ejecutada. La letra es una proclamación de disconformidad por parte de Charly hacia su público, en la cual él dice que los artistas son objetos de uso de la sociedad, mientras que ellos hacen felices a los miembros de esta.
No puedo verme más se presenta con una guitarra frenética y unos rockeros y alocados coros. Nuevamente la instrumentación con la que cuenta este tema es genial, cosa que la hace merecedora de estar marcada en rojo. La lírica del tema habla sobre la falta de personalidad en la sociedad, y dice que este comportamiento social está para ocultar verdades interiores.
Rock es la canción más relajante del disco, y cuenta con una maravillosa parte vocal y unos distintivos pianos. Pero eso no es todo: luego se presenta un riff rockero que rompe con todo y conlleva a una progresiva parte instrumental. La letra proclama la despreocupación y el disfrute de la vida, tal como lo hacían los hippies.
Por probar el vino y el agua salada es un hermoso country que cuenta con una de las mejores melodías del disco, y es la canción menos instrumental del disco. Tal vez lo peor de esta canción sea el artificial y horripilante sonido del violín eléctrico que suena al principio. ¿Qué les costaba amplificar vía aire un violín clásico y ya? Pero las magníficas melodías de Charly contrarrestan eso. La lírica trata la tristeza que deben soportar las autoridades a la hora de ejercer su cargo.
Ah, te ví entre las luces es, para mí, junto con Hipercandombe uno de los mejores performances instrumentales de La máquina. Además es el único número puramente progresivo del disco. El estribillo no hace otra cosa que ponerme la piel de gallina y los ojos llorosos, y la instrumentación es simplemente fantástica: cuenta con perfectas partes de teclado y guitarra. Algo que hay que resaltar por sobre todo en esta canción es la gigante emotividad de la primera parte. El final cuenta con uno de los mejores riffs de bajo jamás creados en la historia del rock progresivo nacional, y con el mejor solo de guitarra del disco. La repetición de la línea “Ahh te ví entre las luces” nos vuelve a sumir ante la inmensa pasión trasmitida por su melodía, y el solo de piano que viene luego nos para el corazón. La letra es rara, y leí por ahí que habla de los recitales como ícono del sentimiento juvenil argentino.
Muchos lo critican por la falta de volumen y presencia que tiene la voz de Charly en todo el LP, y eso es algo que no puedo negar, pero sin embargo no me molesta, ya que la parte vocal no es el único fuerte de este grupo. Además Nito Mestre había impuesto una moda en la cual llegar bien a los agudos era fundamental (cosa que el cantante de este grupo logra a duras penas), y esto hace que el líder de Sui Generis tenga miedo a ser rechazado por su público. Por eso es que García decide bajar el volumen de su voz en las grabaciones.
El disco homónimo de La máquina de hacer pájaros es una obra en la cual el rock progresivo reina, pero casi nunca en su estado puro. Los músicos son excelentes todos, pero el mejor es sin dudas José Luis Fernandez, el bajista: uno de los mejores bajistas de rock argentino. Lo peor es que luego de grabar unos pocos discos en su país natal, viaja a Estados Unidos y sigue trabajando allí ¿Cómo permitimos que tamaño instrumentista se vaya del país? Moro, para variar, es nuevamente un baterista excepcional, y Bazterrica (por más que tenga menos presencia que, por ejemplo, los teclados) se luce cuando le toca hacerlo. A Cutaia y Charly les toca lucirse: no hay tema que no tenga por lo menos un solo de teclado aquí.
Charly nunca fue de revolucionar la música argentina (para eso estaba Spinetta): el sólo se adaptaba a las corrientes de una manera excelente. Pero, sin embargo, este disco es una excepción: Es el primer grupo de rock nacional que tiene dos teclados (Luis Alberto incorporaría esta idea en Jade pero en los 80).
El progresivo argentino, aunque con poco reconocimiento comercial o mediático tiene mucha tela para cortar. En este caso la banda es una de las pocas con renombre y algo de reconocimiento. Ese reconocimiento a La máquina de hacer pájaros es claro porque, obvio, fue una de las bandas de Charly García. Además de tener a Charly en su mejor momento, la banda contaba con uno de los mejores bateros que han habido en el país como Oscar Moro, un segundo pianista ex-Pescado Rabioso comoCarlos Cutaia, un ex miembro de la primera etapa de crucis en el bajo como Jose Luis Fernandez, que es un bajista excepcional y un guitarrista con feeling rockero e incluso feeling blusero como Gustavo Bazterrica.
El sonido de la banda es inspirado por las grandes bandas setenteras de música progresiva, más bien las progresivas sinfónicas. Hay mucho de Yes, Génesis, y más acá Crucis. Además como suelo decir en las bandas que tienen esta característica, la posibilidad de tener 2 tecladistas da una variabilidad de sonidos muy importante, sumados al gran equipo que forman Moro y Fernandez, 2 monstruos en batería y bajo, y Bazterrica siendo un guitarrista con mucha técnica y el talento compositivo de Charly en esa época forman realmente una obra maestra, no solo del progresivo nacional, sino del progresivo en general.
"Bubulina" empieza excelentemente el disco, un sonido dramático, oscuro y profundo como nunca sonó en el "rock nacional", excepcional, sinfonismo con guitarra blusera por momentos, rockera por otros. Es tan dramático y profundo que emociona, es triste, pero por momentos tiene levantadas en las que hay luz y más energía.
"Como mata el viento norte" al igual que "Por probar el vino y el agua salada" son canciones fogoneras con guitarras acústicas y con bastante de sinfonismo, buenos trabajos de voces y de los 2 teclados. Prestar atención a los aportes del bajo, ¡por favor!
"Boletos, pases y abonos" entra directo al oido, es más rockera, tiene mucho ritmo además. Hay mucho de Yes en los teclados que destacan, y voces en las que si no buscas la letra no entendés un joraca que dicen. la batería de Moro destaca, y el bajo tiene muy buenas lineas.
Nadie sonó tan cerca a Crucis como los primeros segundos de "No puedo verme más". Pasados esos segundos es un tema que sigue la idea de "Boletos, pases y abonos" con muchísimo protagonismo de Moro, en unos patrones rítmicos desquiciados e impresionantes.
"Rock and roll", donde el piano de Charly brilla al principio, tiene un sonido un poco más cercano a lo que después será Serú girán, es un rock and roll justamente, muy pero muy entretenido, pero aún con sinfonismo.
"Ah, te ví entre las luces" la "magnum opus" del disco. Es de las mejores canciones del progresivo nacional, profunda, muy sinfónica. Con un intermedio instrumental donde el bajo destaca, y ambos tecladistas se lucen en solos de distinto tipo. Las melodías vocales estan totalmente bañadas de dramatismo y tristeza, casi desolación diría. Los 11 minutos no tienen desperdicio, el principio en subida de energía, el intermedio con ese gran desarrollo instrumental y el final sinfónico. EXCEPCIONAL.
Luego del recital del Luna, como se comentó en anteriores post, Charly entra en una confusión absoluta debido a la separación de Sui Generis. El futuro es un poco incierto y Charly, de hecho entra en algunas crisis debido a su "soledad grupal'. Según algunos datos, él comienza a consultar psicólogos que le ayuden con esa depresión. Pasar de la gloria a la soledad absoluta quizá no sea fácil, y Charly tenía que sortear con eso. Además, la responsabilidad que acarreaba el hecho de armar una nueva banda que colmara las expectativas del público, y que sobre todo eliminara el fantasma de Sui Generis eran quizá los motivos más fuertes que Charly tenía para concebir ese estado de desesperación. Que hacer entonces?CaIra430
Algunas frases acordes a la época:
«En este grupo hacía lo que me gustaba» Charly
«Eramos el Yes del subdesarrollo» Charly
«Yo me separé de La Máquina después de un show. Terminó y me fui a un hotel, en donde estaba Zoca - ya por entonces su mujer - y nos dimos manija para ir al Brasil. Yo había empezado a escuchar a Milton Nascimento y su música me dio vuelta la cabeza» (Chirom, pág 30)
"Cuando terminé con Sui Generis, empecé a ir a la oficina de Oscar López. Había un Farfisa, nada del otro mundo, pero yo me llevaba los grabadores, me armé como un miniestudio. Ahí compuse “!Ah!, te vi entre las luces”. El socio de Oscar López tenía discos de Genesis, que entonces no era muy escuchado acá: Trespass, Nursery Crime… Yo hice varias canciones como minióperas… Cambié. Tenía los instrumentos en el momento correcto, salió toda la parte clásica que llevaba adentro y me sentí como pez en el agua. Al primero que llamé fue a Moro. Escuchamos un lp de Herbie Hancock, Headhunters, un tema que se llamaba “Camaleón” y le dije: “Esto es lo que quiero hacer”. Después lo llamé a José Luis Fernández, que tocaba el bajo en Crucis. Era de otro palo, pero nos fuimos conociendo…Y después estaba Bazterrica…(...)El último en entrar fue Cutaia, que lo había visto en Pescado Rabioso; él tocaba muy bien el Hammond y yo quería tener el Hammond, no para tocarlo yo, sino para que hubiera uno en el grupo. Nos gustaba mucho ensayar; agarrábamos un pasaje y lo gastábamos hasta que saliera perfecto. Cutaia tenía una forma cerebral de tocar: más cerebro que oído. El podía tocar completamente desafinado, pero si tocaba las notas correctas, no se daba cuenta. Cuando entró Cutaia, la primera reunión que hicimos fue para ir al psicólogo juntos; habíamos leído que Les Luthiers hacían eso y nos gustó. Cutaia fue el primero que se anotó. Imagináte: Cutaia, copado; Moro: qué carajo estamos haciendo acá (risas)... Cutaia y yo éramos los que más o menos disfrutábamos la experiencia. El tipo le preguntaba a Moro y Moro le hablaba del rock, del blues…, y me acuerdo que José Luis tardó en llegar, y a la media hora estábamos todos hablando mal de José Luis (se ríe)… Y en eso entró José Luis y dijo: “¿Hablaban de mí?”. Nos cagamos de risa y nos fuimos a la Costanera a comer un asado. Ya era Charly García, todo el mundo estaba esperando que grabara un disco; no había disuelto Sui Generis para no hacer nada. Era un momento genial para pelar otra cosa(...) (Charly talk, 2004, Rolling Stone)
SOBRE EL NOMBRE: Sí, era un tipo que se llamaba García, que tenía una máquina de hacer pájaros. Fue un nombre muy bueno para lo que yo quería hacer: una cosa sinfoniosa, con vuelo. Los muchachos querían sacar el “García” del nombre, y lo consiguieron cuando yo me fui (risas)… Una noche tenía que tocar con La Máquina en un club de mierda, en un primer piso en Laferrère de la poronga, una mierda. Y estábamos en un conflicto: los muchachos querían componer dos temas cada uno y eso no me gustó nada. Y estaban rayados porque en los carteles ponían “La Máquina de Hacer Pájaros y Charly García”, o “Charly García y La Máquina de Hacer Pájaros”, no sé. Entonces esa noche me hinché las pelotas. Había veinte personas. Le dije al sonidista que diera vuelta las cajas y tocamos tres horas sin parar, para nosotros. Fue bárbaro. Me robé una botella de whisky del bolichón y en la vuelta, en la combi, les dije: “Muchachos, is all yours, es La Máquina de Hacer Pájaros sin Charly García. Yo me bajo en la esquina”, y me fui al hotel donde estaba Zoca, con el whisky… (Charly Talk, 2004, Rolling Stone)
"Reconozco que a un cierto nivel me molesta que cierta gente se me acerque. Creo que no todos entienden lo que yo hago, y hay muchos que se manejan con pautas muy pueriles. Muchos se me acercan no por o que soy como músico, sino porque se identifican con que yo sea una especie de "triunfador", o porque creen que yo gano mucha plata haciendo esto. Eso me pasó en el interior, donde todos me miraban y trataban como si fuera un fenómeno de circo. Yo soy algo más que un Luna Park, o un "loquito", y quiero cortar toda esa historia de García y sus músicos. Yo soy consciente de que a mis espaldas tengo el fantasma de Sui Generis, un mito que se reaviva y que es muy difícil de superar. Pero yo ya soy otra cosa(...)A mí no me interesa que den de mi una imagen lavada, pero tampoco soy un tipo "raro" o un "loquito"; yo laburo y tengo las mismas vivencias y angustias cotidianas que cualquier tipo. Lamentablemente esas falsas imágenes las forman publicaciones que son consumidas por tipos que viven de esa manera. En definitiva, yo quiero en lo posible dar una imagen, más real de lo que soy" ("No soy un loquito", Charly García, Pelo 1977)
Que mas decir de los inicios de la Máquina? Agregar que la máquina obedece al nombre de la historieta de Crist, publicada precisamente como tapa del primer LP. Los primeros recitales de la máquina eran una especie de zapadas informales con coros hechos por Hector Denguis y Ana Quatraro, Moro en la percusión (a quien lo contactó luego de haber participado en Instituciones) y Bazterrica en guitarras, quien para ese entonces no se sabía si formaría parte definitiva de la banda o no. Jose Luis Fernandez era bajista de Crucis y Cutaia aún no había sido convocado. Esos recitales se dieron en un lugar llamado "La bola Loca", y con los meses, cada uno de los integrantes bien conocidos por todos se irían acoplando.
Aunque las palabras actuales contradigan el pensamiento inicial del grupo, en el cual Charly quería que la banda se llamara: LA MAQUINA DE HACER PAJAROS a secas, sin el inicial GARCIA Y ..., lo que si es cierto es que el proposito de Charly con este proyecto era lograr una comunión entre todos los músicos y la música misma. Que las composiciones, o al menos los arreglos, fueran aporte de todos, con eso la banda se vería complementada y compacta en su performance. La tapa del disco fue diseñada por Juan Orestes Gatti, tomando una fotografía a blanco y negro (para ver la foto haga click acá) y retocándola encima con ilustraciones, dando una sensación por un lado psicodélica, por otro lado medio hippie. Lo que vale destacar de la tapa reside tanto en el título de la banda, con logosímbolo hecho mas o menos con cierta intención estética, así como la foto en la que no se le quiere dar protagonismo a nadie. De hecho, da la sensación de que a cada rostro se le quiere borrar un poco de protagonismo, mediante el juego del alto contraste entre blanco y negro, así como los colores. Siempre me llamó la atención la pose de Cutaia, da una sensación de seriedad y sabiduría impresionante, como de viejo sabio, comparada con la de un García casi aislado de la situación de la foto. El negro de los bordes, además, ayuda a resaltar el centro de la foto, dándole equilibrio y armonía a la composición. Fue para la época (y quizá aun lo sea) el disco más costoso en la historia de la música argentina. Costaba el doble de lo que un disco normal.
Otro detalle que vale la pena anotar es el cambio del "nick" de Charlie a Charly. Es una simpleza quizá con el objetivo de hacer más "suramericano" el apodo. A ciencia cierta es díficil determinar cual era el objeto de ese cambio.
Pero sin duda, lo que si marca a La Máquina, por encima de todo, es el rotundo cambio musical que tuvo Charly a nivel compositivo, después de su experiencia con Sui Generis. La Máquina es, como su nombre lo indica quizá, una máquina en todo el sentido de la palabra. Es una banda compleja, con arreglos, diferentes partes incluidas en las canciones, y además con una forma distinta de encarar las canciones. En 1976 llega el golpe militar de marzo, y por ende las cosas iban a cambiar, y mucho. Ya Sui generis había enfrentado la censura en carne propia, pero ahora lo que podía ser antes censura, podría convertirse incluso en un asunto de salvar la vida. Muchos artistas durante ese período tendrían que exiliarse, o de lo contrario correrían con una suerte parecida a la de miles de estudiantes, intelectuales, artístas, poetas y músicos que murieron o desaparecieron sin razón alguna. Todo lo que fuera contra el estado, contra las "Instituciones" era motivo de persecución. Y Charly estaba jugando con fuego. Había de ver la forma de cómo no salir quemado. Y quizá la encontró.
El disco consta de 7 canciones. No dura más de 40 minutos. Esto demuestra que un disco no tiene que durar horas para ser bueno. La calidad de los discos no se demuestra por su longitud, sino por la calidad de las composiciones. Y este lo demuestra lejos.
1) BUBULINA: La canción va dedicada a Maria Rosa Yorio. Como se mencionó en el Post sobre el Adios Sui Generis, Bubulina era un personaje de la película Zorba el Griego de 1963, dirigida por Michael Cacoyannis, si no estoy mal una prostituta. Hay una escena, dentro de lo que recuerdo de la película en que es Navidad y Zorba habla con su querida Bubulina... Quizá ahi tenga relación lo de la navidad en el cielo. La navidad en el cielo también puede asociarse con nieve. Metáforas como "máscara de luna" son aun un misterio impresionante. Sin embargo a partir de la segunda parte de la canción, la letra nos empieza a dar más pistas. Da una sensación de explicación y advertencia. Esa puerta no debiste abrir, pero ya que la abriste y es tan real... busquemola. Por eso dejame la llave antes de ir, con eso yo voy contigo. No se si al hablar de "Un nuevo ser" se referirá a él mismo, o a algún proyecto que tenía desde ese entonces de tener un hijo. Nosotros nos quedamos con la primera. Lo asociamos más con la idea de Charly de renacer, de ser capaz de nacer mil veces sin crecer. De la incertidumbre de ver cuatro notas separadas y no saber que hacer con ellas. De arrancar de cero. De que al final, hay una puerta abierta, tan real, que muestra el horizonte que quizá pueda estar bien.
2) COMO MATA EL VIENTO NORTE: Uno de los temas más dicientes del disco. Es muy asociable con lo que muchos años después se vería en Clics Modernos. El ego de las personas, el no ver alrededor, el encierro mental. Si un mendigo muestra joyas a los ciegos de la esquina... de que sirve? es la contradicción de un tipo que aparentemente no tiene nada que ofrecer, pero en realidad tiene todo un tesoro, "joyas" para dar. Pero resulta que los habitantes del lugar son ciegos, y no se dan cuenta de ello. El cachorro del señor que alucina pueden ser las promesas falsas de los gobiernos. No hay necesidad de que hable el señor, es simplemente que hable la mascota, y con eso se alucina a los pueblos. "No quiero saber nada, con la miseria del mundo hoy". Mientras el mundo sigue girando, y mientras la naturaleza sigue su curso universal, la Argentina seguía sumida en su muerte lenta: "Marte no cede al poder del sol, venus nos enamora, la luna sabe de su atracción. Mientras nosotros, morimos aquí, con los ojos cerrados, no vemos más que nuestra nariz". Bancate ese defecto? Los coros de Nito y de Maria Rosa nos devuelven un poco el aire de Sui Generis, y la canción de por sí carga un aire Folk en sí misma, que contrasta con lo diciente y fuerte de la letra.
3) BOLETOS, PASES Y ABONOS: En alguna crítica sobre Música del Alma, decía que esta era una de las peores composiciones de García con la Máquina. La verdad no lo entendemos. Mucho Funk, mucho rock, canción agresiva, pesada, contestataria. La parte instrumental compuesta por Pino Marrone (Crucis) es alucinante. Y la letra de por sí dice mucho sobre la ida de Charly de Sui y su relación en sí con el público. La idolatría. La frase más compleja quizá de la composición es la de "El que escupe los ojos sin resistencia del que trajo el vino dulce para podernos ver". Podría interpretarse como el que es capaz de burlarse de las costumbres de la burguesía, como el vino dulce... No sabemos con certeza. Requerímos más pistas en este tema. El resto del tema es como una proclamación hacia el público: "Van a escuchar el llanto del Adios, del Adios (Sui Generis)" Quien era amigo de tus hijos? A la vez es el hijo de todas, y el amante también. Es la prostituta del pueblo. La imágen del artista como objeto de uso y desuso de la sociedad: "Pronto en esta ciudad me van a nombrar ciudadano legal, como vos". Quizá por ser famoso me nombren ciudadano legal. Soy el que le cantó a su Rey señora, quizá sin darse cuenta. Soy el mismo que estuvo ahí y que por poquito dinero te supo hacer feliz.
4) NO PUEDO VERME MAS: Es uno de nuestros temas preferidos, sin duda. Una canción impresionante, con una letra impresionante y una melodía impresionante. Se puede definir como una canción "Vampiresca". En alguna crónica decía que Charly cuando presentó la canción en el Astral dijo algo así como: "Vamos a tocar una canción que habla sobre la incapacidad de reconocerse". Básicamente es eso. Salir a la calle y requerir disfraces, porque todos son ajenos a nosotros mismos. La situación daba para el maquillaje, el ocultar cosas. El ocultar realidades o bien para salvar la propia vida, o bien para "caretear". "Cara de miedo le dijo a disfraz "Necesito verme asustado"". La cara real y cotidiana es la del miedo. Pero hay que taparla con algo. Sin embargo el taparla no oculta realmente todo el drama interno: "No hay maquillaje para quien no ve su reflejo por ningun lado". No hay maquillaje para quien no puede reconocer su imágen. Y termina con esa majestuosa "Cuantos espejos en este lugar se destrozan continuamente". El tipo que quiere ser diferente (Negro) y el hecho de que desee ser diferente es motivo para que sea llevado al doctor, y que su madre llore. Esos son los espejos que se destrozan continuamente: Por un lado la incapacidad de reconocimiento, por otro lado la no-aceptación del cambio y la insistencia en la misma imágen siempre. La del miedo. Musicalmente hablando, el tema pone a pleno la capacidad del grupo, en guitarra de Bazterrica, la infernal batería de Moro y los teclados de García y Cutaia que le brindan a la canción un clima oscuro y en ocasiones aterrador. Una radiografía del momento, sin duda.
5. ROCK: Una canción que las primeras veces que la oía, me daba la sensación de estar oyendo la letra y música más extrañas de mi vida. Tiene partes de piano muy Jerry Lee Lewis. La letra es rarísima. "Con el patín deshecho está mirando a sus temores hechos gente". Da la sensación de contar una historia propia, del sueño del Hippie de irse al Bolsón. A que nadie lo moleste. Corre, no mires alrededor, y tu, con tu cara tonta, deja de molestarme, no pretendas comprender mi mundo. Caso similar al de los hippies de los sesenta, y por que no, al del mismo García cuando decidió renunciar a su papel de músico clásico e irse por las vías del rock and roll. Yo me borro, me voy. Vamos al campo, a disfrutar los placeres de la vida, y "desoxidarnos para poder crecer". Ese es el rock.
6) POR PROBAR EL VINO Y EL AGUA SALADA: Una de las canciones más líricas y bellas del disco. Es verdaderamente hermosa. Un clima muy folk - country. Es de los pocos temas del repertorio García en donde, según testimonio de Freddy Berro, Charly toca el bajo. Es una paradója la temática del tema: está dividida en dos partes casi: Julia y el Rey. "Para olvidarse de ser Rey y ser feliz" Me recuerda a "El Rey Lloró" de Los Gatos, y también a "Tribulaciones" de Sui Generis. El que es Rey no es feliz. Spinetta ese año curiosamente daría a entender lo mismo con "El anillo del Capitan Beto". Y Por otro lado está Julia, quien probó los placeres de la vida, cayó en Pecado, "Le regaló sus piernas al mal". Cual es la relación entre Julia y el rey? Bueno, quizá sea que los papeles se inviertan, y los "pecaminosos sean reyes" ya sea por matar al rey, o por que el rey deja su trono para olvidarse de ser rey y ser feliz. Eso pasa por probar el vino (el placer) y el agua salada (el dolor).
7) AH! TE VI ENTRE LAS LUCES: Da la idea de un recital. Es directamente en lo que se puede pensar. El recital como refugio del miedo. El recital como el ícono de un sentimiento de la juventud argentina. Más que ir a oir música, el significado del recital adquirió un valor semiótico enorme. "estas lista para viajar, estas lista para venir, esta bien" . Luego al final de la canción hay como una conexión entre esta canción y "No puedo verme". "Esperando que marquen tres, esperando verme otra vez". Quizá la única forma de verse a sí mismo era a través de recitales...
Lo último que queda por decir. El disco no obtiene en el público la respuesta esperada. La gente pide más Sui Generis. El fantasma sigue ahí. Pero el grupo sigue, no se detiene. Charly sigue y no renuncia a sus creencias. Es el riesgo de ser honesto consigo mismo, con sus convencimientos. Aunque se nota un poco la ausencia de la calidez en la voz de Nito, los desgarradores coros de Charly lucen acordes con la temática y propuesta de la música. Agregar además que Celeste Carballo participa en coros, quizá no figure en los creditos por cuestiones de edad...(Gracias Freddy por el dato). Así se abría paso esa Máquina, por ese trecho difícil y peligroso que representaba
La palabra experimento sugiere poner en práctica ideas o conceptos que no hayan sido utilizados en el pasado de la misma manera que se los está intentando usar. Y un final incierto. Sin embargo, muchas veces la creatividad y la intrepidez se dan la mano para que, si todas las partes se combinan misteriosa y armoniosamente, el resultado sea un destello novedoso de genialidad. La música, una vez más, es el escenario perfecto para demostrarlo.
Después de llenar el Luna Park dos veces en una noche con Adiós Sui Generis a fines de 1975, Charly García comenzaba el nuevo año en busca de otro proyecto musical. Junto al ex baterista de Los Gatos y Color Humano, Oscar Moro, y el bajista de lo que después se llamaría Crucis, José Luis Fernández, se embarcaron en este proyecto de rock progresivo. Se unieron al trío, tiempo más tarde, Gustavo Bazterrica en guitarra y Carlos Cutaia, ex Pescado Rabioso, a cargo del otro piano-teclado constituyendo así la formación definitiva de un grupo dispuesto a profundizar en una forma de hacer música poco habitual entonces en el extremo sur de América.
Originalmente llamada "García y la máquina de hacer pájaros" – inspirados en una historieta que en aquellos días se publicaba semanalmente con el mismo nombre –, la experiencia cuenta con sólo dos discos de estudio (el primero, homónimo, el segundo llamado Películas) y dos grabaciones de presentaciones en vivo.
La naturaleza de la banda fue experimental desde su concepción y reafirmada con su estilo que, en líneas generales, se mece entre lo sinfónico y los rastros de folk que recuerdan al anterior grupo de García. Melodías armónicas ("No te dejes desanimar"), guitarras acústicas y atmósferas apacibles ("Cómo mata el viento norte" y "Por probar el vino y el agua salada") cambios y cortes en la rítmica ("Hipercandombe" y "En las calles de Costa Rica"), el comienzo de esa crítica social vestida de poesía que Charly llevaría a su mayor expresión en Serú Girán ("¿Qué se puede hacer salvo ver películas?", "El vendedor de las muñecas de plástico"), solos de guitarras eléctricas que estallan ("Ah, te vi entre luces", "No puedo verme más"), contrapuntos entre los dos teclados del grupo, arreglos originalísimos para la época y sintetizadores análogos que se cuelan oportunamente son algunas de las características que hacen de La Máquina de Hacer Pájaros, a mi parecer, un interesantísimo experimento de composición y virtuosismo de ejecución en el rock argentino de mediados de los ’70.
En las tratativas para las composiciones del tercer disco, tensiones en el grupo y discusiones acerca de la dinámica que regiría su futuro, desembocaron en su disolución. García viaja entonces a Brasil para comenzar a componer junto a un guitarrista y cantante que había participado, entre otras bandas, de Color Humano y Pescado Rabioso. Pero esa es otra historia.
No es para que rompan nada, claro. Pero pueden recostarse en la silla, tomar un trago de lo que tengan a mano y, si gustan, acompañar a La Máquina en un vuelo más.
Lista de Temas:
1. Bubulina (5:35)
2. Como mata el viento norte (2:44)
3. Boletos, pases y abonos (6:30)
4. No puedo verme más (4:15)
5. Rock and roll (4:06)
6. Por probar el vino y el agua salada (3:22)
7. Ah, te ví entre las luces (11:09) Alineación:Oscar Moro / drums, percussion
Jose Luis Fernandez / bass, double bass, acoustic guitar, vocals
Gustavo Bazterrica / electric & acoustic guitar, vocals
Carlos Cutaia / organ, Mellotron, piano, keyboards
Charly Garcia / piano, synthesizer, Fender piano, keyboards, acoustic guitar, lead vocals