Bajo el privilegiado telón de fondo del mar Mediterráneo y el océano Atlántico, sus luminosas costas brindan la oportunidad de practicar deportes ligados al viento, buceo y submarinismo, fotografía, pesca deportiva y toda suerte de navegación a vela o motor.
Si a todo ello unimos un paisaje único, una amabilidad pregonada por todo el sur peninsular y una gastronomía deliciosa, nuestro viaje será un éxito.
La mar de Cádiz, como cariñosamente la conocen los gaditanos, ha escrito algunas de las páginas más memorables de la historia. El Mediterráneo y el Atlántico, el principio y el fin de la navegación, el non plus ultra de la vieja cultura y las rutas del Nuevo Mundo, configuran una provincia abierta a la mar y marcada profundamente por ella.
La provincia de Cádiz vive volcada al mar. Su agua salada ofrece a Cádiz lo mejor de sí misma, y los gaditanos han sabido aprovechar este regalo llenando su cultura, su historia y su gastronomía con lo que éste le ha dado.
El mar -la mar-, además de ser fuente de alimentos, riqueza e inspiración de poetas, se ha convertido en un importante centro de ocio del que disfrutan tanto los gaditanos como los visitantes.
Desde la desembocadura del Guadalquivir al noroeste, hasta la frontera con la provincia de Málaga por el Campo de Gibraltar, las posibilidades que ofrecen las costas gaditanas son ilimitadas y para todos los gustos. (El Mundo)