Hablamos de una pareja de cine digna de Casablanca en el mundo publicitario. Música y publicidad mantienen una relación que ha superado sus bodas de platino con sus más y sus menos, pero que se mantiene fiel y cariñosa como el primer día.
Juntos transmiten emociones, refuerzan valores, crecen dentro y fuera de la red, se reproducen en nuestro smartphone, Youtube, Spotify... y en algunos casos, aunque parezca trágico, mueren al cabo de semanas o meses para dar paso a un nuevo vínculo. Durante todo ese tiempo, música y anuncio han hecho que inconscientemente tarareemos su melodía, que la compartamos boca a boca y hasta que la bailemos.
Hay marcas que han obtenido grandes beneficios de esta lucrativa relación. Entre los casos más recientes se encuentran marcas de cerveza como Estrella Damm o San Miguel que han instaurado desde hace unos años hasta acá sus campañas musicales del verano; o Coca Cola que durante algunos veranos también nos mal acostumbró con irrepetibles anuncios como Chihuahua, Pita del o Despedido. Pero no sólo las marcas ganan, los artistas también obtienen sus réditos en esta relación, ambos consiguen llegar a un gran público, fijarse en su mente y, sin olvidarnos de lo esencial, vender más.
El desaparecido programa de TVE Los anuncios de tu vida rindió homenaje a la música en los anuncios. Durante una hora rescató grandes campañas de nuestra infancia que aún podemos recordar gracias a sus pegadizas y memorables canciones.
Entrada publicada originalmente en Haz el blog y no la guerra.