Autor: Daniel Silva
Edición: Grijalbo, Barcelona 1998
«Podría haber sucedido en la realidad: un avión de pasajeros resulta abatido después de su despegue del aeropuerto de Nueva York. En principio, todo apunta a que el responsable del salvaje atentado sea un grupo terrorista palestino. Pero Michael Osbourne, el agente de la CIA encargado del caso tiene sus dudas, especialmente a partir de la aparición del cadáver del presunto autor del atentado, asesinado de forma muy peculiar: tres disparos en pleno rostro. Es la marca del asesino, un espectral e implacable ejecutor del que no se conocen ni el nombre ni facciones y que tiempo atrás había acabado con la vida de la mujer de quien Osbourne estaba enamorado. Y precisamente cuando el agente comienza la cacería del escurridizo asesino se verá envuelto en una trama cuyos hilos controlan en la sombra los instigadores de una ambiciosa conspiración» (de la contraportada).
Después de leer algunas de las novelas protagonizadas por Gabriel Allon, me animé a buscar los primeros libros de Silva. Esta es su segunda novela, primera protagonizada por el agente de la CIA Michael Osbourne. La novela tiene muchos de los elementos típicos del género: mucha acción, entretiene y te atrapa, un super espía, una sociedad secreta de poderosos conspiradores, demasiado sexo gratuito, etc. Me parece que el libro no termina de funcionar, se demora en el arranque y se precipita al final. El final es descaradamente abierto, seguramente para que leas su siguiente novela, Octubre.