Todos tenemos derecho a expresarnos en libertad (mentira, por ello algunos son visitantes asiduos en programas televisivos y otros apenas se expresan en silencio el día que hay votaciones).
En todas las sociedades son mayoría los dirigidos y ellos son conducidos por una minoría dirigente. La opción del que se siente libre de elegir es precisamente optar por quién lo va a representar o dirigir; en educación, salud, comercio, política, etc.
La primera regla para vivir en democracia es respetar la voluntad de las mayorías. Cualquier acción contraria a ello es el comienzo del autoritarismo y optar por este camino es indudablemente renegar de todas las libertades individuales como sociales, sinónimo de retroceso en la civilización.
El 23-10-2011 los adultos argentinos ejercimos la libertad de elegir a quien nos conduzca en política por cuatro años más. Los sectores más poblados y por lo tanto con mayor porcentaje de masa popular, que además arrastran costumbres pre independentistas (antes de 1810), fueron coincidentemente los más reacios a votar a Cristina Kirchner (franja horizontal que comprende a Mendoza, Córdoba, Santa Fe y Capital Federal). En el resto del país la entonces candidata ganó ampliamente por más del 55% de los votos.
En números generales, los cuatro distritos electorales reacios rondan los 7 millones de habitantes, contra 40 millones que suma todo el país, y es absolutamente previsible que el 8 de noviembre en estas urbes se aglutine importante masa de descontentos, pues ya disentían el día de las elecciones a presidente de la Nación. Esto indica que, aunque en la sumatoria logren reunir a un millón de manifestantes, volverán a ser minoría frente al resto de los argentinos y sin cambios porcentuales a un año de las últimas elecciones.
Pero hay más, mucho más en la movilización que están organizando: marcharán los convocados sólo si hay convocantes, y volvemos al punto entre dirigidos y dirigentes.
El que trabaja por su cuenta (desde el kiosquero hasta el empresario, desde el albañil hasta el electricista independiente, desde el que presta servicios de reparaciones hasta quien coloca inyecciones a domicilio) no concurre a marchas populares, sean a favor como en contra del gobierno que fuere, simplemente porque no tiene otro patrón que sus propias decisiones diarias.
Los días de votaciones concurrimos todos; seamos empleados, patrones, trabajadores independientes, desocupados o jubilados. A las marchas populares sólo concurren los que tienen tiempo y son convocados por otros.
Lo hasta aquí expresado es absolutamente obvio, pero deduce qué relevancia puede tener la próxima marcha, igual que las anteriores: que no representan el sentir general de la sociedad porque hay sectores numéricamente importantes que no participan. Primera advertencia.
El otro aspecto a analizar es el momento en que comenzó a alimentarse el descontento, es decir a los pocos meses de las elecciones donde el país en su conjunto avaló de buen grado la conducción política para que continúe por cuatro años más. No caben dudas que las minorías que perdieron en esa votación se resintieron y están avanzando contra la decisión mayoritaria, precisamente desde los sectores que votaron en disidencia en 2011. Esas minorías no toleraron la derrota y ahora pretenden avasallar por la fuerza la voluntad democrática de todo el pueblo argentino. Es obvio que después del 8N organizarán otra marcha y otra más y así sucesivamente bajo la obsesión de anular el voto mayoritario y derrocar a este gobierno. Los números dicen que quienes organizan estos levantamientos no son afines con los derechos que reclama cualquier sistema democrático, pero para aglutinar gente no pueden confesar sus intenciones, entonces usan palabras-gancho: dicen que van contra el autoritarismo (ellos son los autoritarios que atentan contra el voto mayoritario; además el pueblo se expresó soberano por medio del voto no calificado, pues votaron los empleados, los patrones, los independientes, los desocupados y los jubilados) y reclaman libertad de expresión (bien que se expresan desde los 240 medios que agrupa el multimedios más los asociados que sólo comunican lo que puede perjudicar al gobierno), o sea que reniegan del ejercicio democrático y de cualquier posición alterna. Segunda advertencia.
Los convocantes, a medida que pasan los días van engrosando el listado de razones convocantes. En un comienzo se quejaban porque Cristina “habla mucho”; se dieron cuenta del papelón y ahora ya no lo mencionan. Ahora dicen “basta de instalar el odio”, pero son ellos los que agravian la imagen presidencial (ya lo hicieron con De la Rúa) y en la convocatoria, cuando citan el próximo encuentro en Lomas del Mirador, a la calle Eva Perón la escriben con minúsculas, a diferencia de los otros nombres propios, en notable desprecio a la máxima referente femenina e histórica del peronismo y del pueblo trabajador. Sin dudas que los convocantes siguen con el odio que más de medio siglo atrás les hizo escribir “Viva el Cáncer”. Además, cuando convocan en la ciudad de Corrientes, indican el lugar donde está la cámara de TN, por lo tanto ya prevén qué medio televisivo les va a dar cobertura por ser afín políticamente con el levantamiento anti-peronista que están montando.
La violencia verbal la han ido construyendo desde antes de las últimas elecciones y los más desbocados fueron los entonces candidatos Duhalde y Carrió, que por esa violencia verbal fueron rechazados por el electorado. Duhalde parece ser que luego pasó a dirigir desde bambalinas y Carrió sigue siendo la estrella acusadora desde la prensa anti-gobierno. A todas luces, el trío (Duhalde, Carrió, prensa opositora) reniega de la voluntad mayoritaria, del voto soberano y del respeto a los derechos civiles, por ello diariamente riegan el odio para que se difunda por la “Cadena del Miedo y el Desánimo”, con máximo exponente en el difamador Jorge Lanata, ex anti-Clarín. Tercera advertencia.
En los reclamos actualizados han agregado “basta de falta de medicamentos” y “basta de trabas a las importaciones y exportaciones”. Ambos reclamos están enlazados porque los portuarios quieren que se importe de todo sin interesarles la industria nacional. En el caso de la salud ya hay dos ejemplos testigos: En Chubut, el último gobierno radical construyó instalaciones (Comodoro Rivadavia) para fabricar medicamentos que, asumido el gobernador Das Neves anuló bajo el argumento de que “no dan las medidas edilicias” para fabricar medicamentos. El argumento fue idiota, pero hizo que sigamos dependiendo de la farmacopea extranjera. En estos días también el jefe del gobierno porteño se opuso a fabricar medicamentos. Ocurre que el negocio de las droguerías es muy lucrativo, hasta el punto que cualquier remedio se multiplica diez y hasta cien veces su valor real, manejos que a los monopolios extranjeros no les conviene perder en lo más mínimo y por ello sus representantes dentro del país se oponen. En la misma tesitura está buena parte de los productos que históricamente hemos debido importar por desguace de la industria nacional. Bajo este reclamo, pretenden reubicar al país en tiempos de la “canasta del mundo”, es decir, producir alimentos para las potencias del mundo y comprarles todo el resto, haciéndonos dependientes de la tecnología, en donde el valor agregado por cada producto es mucho mayor que la ganancia obtenida por cada tonelada de alimento en bruto. Nos quieren atrasar un siglo en el comercio internacional. Cuarta advertencia.
La lista de los reclamos sigue con otros argumentos bastante reales (corrupción, inseguridad, manipulación de la justicia, impunidad, etc.) y lamentablemente tradicionales en la sociedad argentina, o sea que ocurrieron durante los gobiernos anteriores inclusive durante el Proceso de Reorganización Nacional (las botas en el gobierno). En cuanto a inseguridad, quienes vivimos los años militarizados debemos recordar que caminábamos mirando de reojo y hablábamos en voz baja y sólo dentro de nuestro hogar porque todos estábamos sospechados de tener “ideas peligrosas”.
Aquí es donde se entronca el autoritarismo unitario (dos siglos en el poder desde bambalinas) y el placer por la represión militarizada, que no debe confundirse con odio a los militares. Yo mismo he tenido y tengo amigos en el Ejército, la Fuerza Aérea y Gendarmería, pero todos ellos eran adolescentes en tiempos del Proceso y no mezclo uniformados al servicio de la Patria con uniformados represores.
En notas anteriores mencioné los pasados Golpes de Estado gestados precisamente en estos cantones antidemocráticos dirigidos por autoritarios (obvio) que reniegan de los derechos democráticos (sine qua nun). Era cuestión de tiempo para que confesaran su afinidad con la represión y su enlace con los monopolios mercantilistas extranjeros.
Ahora el cuadro está completo: promocionar una moneda extranjera, presionar para que ingrese todo tipo de objetos importados destrozando la industria nacional (se evita así la competencia), estimular la inseguridad con bombardeo diario para inculcar pandemia de miedo, aglutinar a los miedosos y desconformes para mandarlos como carne de cañón en turba contra el gobierno mayoritario, negarle espacio a la clase media independiente y realzar a los que pueden manipular a su favor, confundir a la audiencia con intenciones contrarias a sus objetivos (libertad de expresión, democracia, comercio libre, educación) y simular que el resto del país también está irritado contra el gobierno, como si el 54% que votó a Cristina Kirchner no hubiera existido o se hubiera diluido por arte de magia.
Los productores independientes son muy reacios a avalar movimientos políticos, especialmente cuando no terminan de descubrir las intenciones ocultas que los motorizan, y en el interior del país, por experiencia y tradición se desconfía mucho de las maniobras con origen en Capital Federal, de allí que la función estelar pautada para el 8 de noviembre sumará más gente ahí donde los mercantilistas manejan mejor a las masas, empezando por la cuna del unitarismo y el golpismo.
¿Alguien puede creer que Eduardo Duhalde esté ocupado en su inmobiliaria? ¿Ninguno de los irritables cuestiona los 107 vetos del gobierno porteño, es decir de Mauricio Macri, quien así desprecia las resoluciones democráticas de los legisladores?
Sin importar la ciudad o país que se considere, las masas sólo entienden la bipolaridad. En nuestro país fabricaron la partición en dos para manejar precisamente a la masa: los K y los anti-K. “Divide y reinarás”, es un mensaje ya más que milenario, de los que sacan buenos dividendos ambos bandos. Los que se criaron acatando órdenes sólo pueden optar entre A y B. Entonces, el 8 de noviembre van a amontonar mucha gente, que se van a sentir los grandes salvadores del país, ignorantes absolutos sobre quién manda la tropa, y al día siguiente las cosas seguirán idénticas que el día anterior.
El 8 de noviembre habrá grandes desplazamientos como en las marchas sindicales pero con una diferencia: el capitalismo no paga medios de transporte y los “usables” deberán pagar su propia movilidad. Se llenará el Sambódromo sin costo alguno. Negocio por donde se lo vea y más presión para voltear a este gobierno y devaluar, o sea bajar los salarios a la mitad o menos de lo que cobran hoy; para ello tienen que seguir inflando el dólar marginal. De esto no dirán ni una palabra, pero en la Historia de la Humanidad las luchas siempre fueron económicas; en las actuales expresiones anti-gobierno ni se cita la cuestión salarial, pero es el foco al que apuntan los mercantilistas autoritarios, y la experiencia más reciente apenas está cumpliendo diez años que, para desdibujar a los ejecutores, le siguen echando la culpa a Domingo Cavallo, cuando cronológicamente el golpe lo dio Duhalde, el “desaparecido”, quien tampoco asomaba en los medios cuando se aceleraba la caída de De la Rúa.
Está todo tan claro que sólo un adicto al autoritarismo y con poca “entendedora” puede ignorar hacia dónde lo están arreando y las graves consecuencias que podríamos sufrir todos por culpa de un montón de inocentes.
Tras las primeras quejas contra nuestra presidenta y que ellos son el 46%, algunos se dieron cuenta que sólo estaban confesando el odio encubierto a que el resto del país estuviera feliz y viviendo mejor que antes. Entonces, a falta de conflictos salariales, debieron fabricar otros tipos de quejas, que en definitiva se sustentan en el odio por haber perdido en las últimas votaciones. Eso es lo que no toleran y están aplicando la resolución ultra derechista chilena: “Por la razón o por la fuerza”. Como no tienen razón, pues aplican la fuerza, y si las botas represoras no los atienden, pues calientan a las masas para hacer presión en las calles. Ninguna novedad.
Una de las notas en las que llaman a la movilización del 8N la cierran con esta frase: “Queremos un país seguro, democrático, transparente, próspero, tolerante y en paz”. Debemos estar de acuerdo con esta petición, pero para ello deberían empezar respetando el resultado de los últimos comicios; deberían ser tolerantes y evitar avales a los medios que provocan el choque entre argentinos.
Sé que algunos lectores se han sentido dolidos por mis expresiones y de alguna manera han cerrado el diálogo conmigo (represión) luego de contubernio epistolar. Sé que integran el grupo que reclama a viva voz la libertad necesaria para expresarse. Sé que uno de los dos axiomas es falso. Sé que están en conflicto intelectual. Lo siento por ellos porque cada día me convenzo más de que el 8N va a ser un circo populachero donde la pobre gente (que no es gente pobre) saldrá a gritar a favor de intereses que desconoce y dará letra para que Lanata y sus compañeros de ruta elogien durante semanas la “trascendental” demostración de fuerza popular, que en los hechos no tendrá utilidad alguna más allá de entretener a los marchistas y a los televidentes. “Pan y Circo” fue la alta política del Imperio Romano. Hoy del pan se encarga el gobierno con la prosperidad económica; del circo los adictos al Grupo Clarín. Ninguna novedad. ¡No se olviden del papel picado!. Ya lo decía León Gieco: “Desde aquí te alentaremos por la televisión”.
En la vida no se puede agradar a todos, y hay enemigos/opositores que nos enaltecen. Que un represor nos odie es un privilegio. Que un anti-demócrata se irrite con esta nota y las anteriores es un elogio. Si los incapaces de dejar una herencia honorable y útil para los demás se amontonan para criticar y destruir sin aportar solución alguna, pues sólo es una manera gratuita de contabilizar cuántos traban las ruedas del progreso nacional, ¡encima no hay que pagarle a los censistas!
Para los que gozan transcribiendo pensamientos de europeos y norteamericanos, dijo el naturalista William Henry Hudson: “…enfermo, pobre y sin amigos, yo podía sentir que era infinitamente mejor ‘ser, que no ser’”.
“Cuando una persona necesita adherirse al pensamiento de la muchedumbre para sentirse segura, demuestra que carece de autonomía, criterio y madurez, aún en sus días finales de existencia”. Lo dijo el burundés Ottabmoloc.
Luis Colombatto