Evidentemente ni se dieron cuenta que los trataron como vacas a las que picanearon para que entraran mugiendo al corral.
Armaron una larga lista de reclamos para acertar con alguno de los argumentos en cada potencial “cliente”. Esta “ensalada” puso a las claras que dudaban seriamente en la capacidad convocante que tenían. Si hubieran citado a la población sólo con la consigna contra la política del gobierno, probablemente hubieran fracasado.
Sin dudas los organizadores temieron fracaso en la movilización y en las últimas horas aplicaron medidas extremas: les cortaron la energía eléctrica y como consecuencia en los edificios se quedaron también sin agua potable; les sumaron pilas de basura por paro en la recolección de residuos; les agregaron corte en un ramal de trenes y encima el clima les jugó en contra con alta temperatura. Así los adobaron para que los porteños estuvieran muy irritables y marcharan a protestar. Pobre gente.
Esta estafa pública me recuerda a otra ocurrida allá por 1976, cuando concluido el mega proyecto hidroeléctrico Chocón-Cerros Colorados se planificó el tendido de alta tensión hacia Buenos Aires. El proyecto contemplaba una escala en Bahía Blanca para montar un complejo petroquímico y puerto internacional. Llamativamente la usina bahiense comenzó a sufrir “desperfectos” y la sociedad una y otra vez se quedó sin energía eléctrica, hasta que finalmente se compraron nuevos y poderosos motores modernizando la usina. La consecuencia fue que el tendido de alta tensión se rediseñó y orientó directamente hacia Buenos Aires haciendo que la potencial competencia bahiense se demorara dos décadas. Sin dudas, el boicot fue organizado por los mandantes porteños-portuarios-unitarios. Ahora, los extraños cortes eléctricos en Buenos Aires merecen igual grado de sospecha como boicot contra el gobierno nacional haciendo sufrir a la población.
Calentaron a la masa a fuego lento y el último día le pegaron un “golpecito de horno” cortándoles la electricidad (1.500 semáforos sin funcionar durante la tarde-noche anterior), dejándolos sin agua corriente, sin recolección de basura y con algunos cortes en la prestación de servicio público. Lindo coctel para asegurarse público callejero. Encima, al día siguiente llovió y se inundaron barrios igual que dos semanas antes.
Uno de los convocantes declarados fue Mauricio Macri, contra el que debieron marchar por el corte de servicios públicos y los malos desagües, pero obviamente los organizadores no lo permitieron y la pobre gente hizo catarsis contra el gobierno nacional por culpa de la mala vida que llevan dentro de la geografía que administra el jefe del gobierno porteño (para tapar sus culpas se adhirió a la protesta sin participar). Si en cada municipio el responsable fuera el gobierno nacional, ¿para qué estamos eligiendo intendentes? Fue como si te estuvieran tirando piedras desde un departamento y te abalanzaras contra los vecinos de al lado.
Lo notable fue que de la larga lista de reclamos convocantes, sólo manifestaron la mitad de ellos contradiciendo lo que habían impulsado durante meses desde los medios de prensa, es decir el bautizado “cepo al dólar”. Eso no lo volcaron en las pancartas, como tampoco el pedido de ampliar las importaciones. Estos argumentos habían trascendido en el extranjero y ahora no los citaron; qué papelón.
Pidieron libertad y se manifestaron en completa libertad. No hubo muertos ni heridos como es moneda corriente (heridos y presos) en las manifestaciones en EE. UU. (país “modelo” para ellos), Chile, Colombia, México, etc. Pusieron en alerta a los manifestantes de que seguramente se iban a infiltrar kirchneristas para desestabilizarlos, pero se quedaron con las ganas pues nadie los molestó.
Que en una manifestación de cientos de miles de personas no haya habido inconvenientes es realmente notable en cualquier parte del mundo, al margen del joven que agredió al periodista de C5N “luego de haber sido golpeado de espaldas por un integrante del equipo de ese canal”, porque en la filmación completa se ve esa acción.
Al margen del caso puntual, esto de la libertad de expresión por la prensa (y por ende en contra del que definirán como cepo-mediático en cualquier momento) también es una contradicción. Controlar los medios de difusión es un objetivo que cumplió ya más de un siglo (Maquiavelo y Montesquieu, más los reales o falsos Protocolos de los Sabios de Sión) para inculcar en las masas las ideas que les convienen a los grupos de poder, estén estos en el gobierno o no. Si en nuestro país un multimedios difunde su ideología a través de 240 bocas de expendio más los sitios web asociados, claramente es un grupo de poder paralelo al gobierno que fuere. Con este poder infernal puede engañar a la masa como le plazca pues la persona que escuche cualquier mentira una y otra vez en el día por distintas radios y canales de televisión, al terminar la jornada la considerará totalmente verdadera (”Miente, miente, miente, que algo quedará”).
Ya quedó para la historia aquella frase de la presidenta cuando dijo que sus ministros debían tenerle un poquito de miedo, y que el grupo mediático modificó por el miedo que el pueblo debía tenerle a ella. Miente, miente y así lleva agua para su molino. ¿Y los que creyeron la mentira? Pues, son sapos con poca cabeza y boca grande, grande, para tragar lo que les digan.
Aceptemos como obvio que, cuando cambie el gobierno nacional por otro de distinta ideología, el Grupo Clarín seguirá actuando igual que las antiguas monarquías hereditarias, y esto, pues contradice cualquier deseo de vivir en democracia. Igualmente, en medio de la manifestación “espontánea” navegaron los aires de la 9 de Julio gigantescos globos con la leyenda “Prensa Libre”. ¿Los habrán pagado los ahorristas?
Entonces, la multitudinaria marcha pacífica demostró que el reclamo por libertad de expresión sin cuestionar el autoritarismo del multimedios fue tan ridículo como si alguien reclamara agua en medio del río. Segundo papelón “for export”.
Inseguridad: en realidad los estuvieron provocando durante semanas para que fueran a la marcha con bronca contra el gobierno, de ahí que a los cronistas del canal oficial les resultó difícil entrevistar a los manifestantes hasta que se sintieron inseguros y levantaron campamento.
En la práctica fue muy palpable la inseguridad en todos los manifestantes y muy especialmente por los que les robaron la memoria cuando se quejaban de dictadura, pues cualquiera con 50 años o más -de los que abundaron en la marcha- debieron recordar la inseguridad que hubo durante la dictadura militar. De esa inseguridad y dictadura no se observó una sola pancarta. No existe dictadura cuando más de cien mil personas se manifiestan tranquilas por el centro de una ciudad sin sufrir represión. Tercer papelón.
Pidieron respetar la Constitución, y ellos se oponen a la decisión soberana de las últimas elecciones. Llevaron banderas argentinas, pero la bandera representa a los 40 millones de habitantes, que votaron a la actual presidenta, que ellos detestan y contra ella se manifestaron, por lo tanto usar la bandera argentina para negar la voluntad de la mayoría de los argentinos es una contradicción, igual que cantar el Himno Nacional que también representa a la totalidad de los ciudadanos de este país y no solamente a los que votaron en contra de Cristina hace un año atrás y se manifestaron ahora en minoría en el centro porteño.
Sí, en minoría, porque fueron 150.000 manifestantes según informe de la Policía Federal. El Grupo Clarín le metió levadura hasta llegar a los 700 mil, aún lejos del millón planificado, si bien reconoció que “la gente se movilizaba constantemente”, o sea que parte de los contabilizados en un sitio luego estaban en otro y por lo tanto eran los mismos; encima para movilizarse se necesita más espacio que estando quieto, o sea que los marchistas ocuparon más superficie que si se hubieran quedado en un mismo sitio (levadura para las cámaras). Además, todos los canales porteños (inclusive los simpatizantes con el gobierno nacional) transmitieron durante más de dos horas; de ese tiempo TN y Canal 13 le dedicaron tal vez menos de 10 minutos totales a las manifestaciones ocurridas en Rosario, Córdoba capital, Mendoza capital y Tucumán capital. El tiempo dice que incentivaron al resto del país con imágenes victoriosas en la avenida 9 de Julio (Sambódromo porteño). El espacio dice que reflejaron la reacción de una geografía muy acotada y asociada a la influencia del Grupo Clarín (diario Los Andes de Mendoza, etc.). Tiempo y espacio reducidos que solamente reflejaron igual paisaje que el ocurrido el día de elecciones de un año atrás, por lo tanto la oposición no ha logrado captar (capturar) más seguidores en un año a pesar de la constante campaña crítica contra el gobierno. Papelón acorde con el dramatismo monocorde de Elisa Carrió y con las punciones semanales del periodista bilingüe Jorge Lanata (habla español y guarangol). El fracaso en recaudar (como si fuera dinero) más gente opositora al gobierno también debe considerarse un papelón.
“Marcha contra el autoritarismo y la re-re elección”.
Ajá. ¿Y por qué los de allá me prohíben decidir sobre estos temas? ¿Eso no es autoritarismo?
Aclaremos un punto: si el Congreso Nacional habilitara la re-re elección de Cristina Fernández viuda de Kirchner, eso no significa que la señora logre su tercer mandato. Antes tiene que contar con el voto favorable de los argentinos, sean porteños, jujeños o fueguinos.
¿Qué es esto de que un grupito de comunicadores porteños mande gente a la calle para bloquear mi libertad de decidir? ¿Eso no es autoritarismo? Parecen hijos dilectos de la Gata Flora porque se quejan de lo que les gusta hacer.
Que los autoritarios proclamen la defensa de nuestra Constitución, paseen la bandera argentina y canten el Himno Nacional se parece a nombrar a un gato para proteger aves.
La derrota en la poca gente que lograron convocar fue reconocida por el epígrafe que TN mantuvo en el aire durante toda la transmisión: “Fuerte marcha nacional”, que no fue “Masiva marcha nacional”. También el diario La Nación bajó la catalogación y el titular del día siguiente era: “Fue multitudinario en todo el país el cacerolazo contra el Gobierno”. Multitudinario no es masivo. Al día siguiente comprendieron el error y cambiaron “Fuerte” por “Masivo”.
Desde que existe el peronismo, siempre fue minoría en la Capital Federal, pues allí el pueblo trabajador no llega a ser mayoría, desorden que también ocurre y ocurrió históricamente en todas las capitales de provincia. Son datos que conoce cualquier investigador y que van empalmados con la residencia de los especuladores, influyentes, formadores de precios, formadores de opinión, etc., razón por la cual las transmisiones alentando las marchas contemplaron sólo capitales. Entonces, la clase media productiva (el motor de cualquier sociedad) a todas luces siguió en su rutina diaria pues para manifestarse hay que tener tiempo, y al que lucha por progresar no le queda tiempo para tontear en la calle reclamando libertad en plena libertad, o contra una extraña dictadura que les habilita todas las calles que quieran para marchar. Los que llevan su vida con objetivos propios no se prestan a un papelón así.
¿Y sobre la inseguridad cotidiana? Ahí sí que tienen razón, pero hay que entender un poco de qué se trata para luego opinar. Esto se parece a la actual venta de agua envasada, que no existía hace 30-40 años atrás. El tema de fondo no es ese comercio sino la contaminación del agua en redes urbanas (radioactiva en la zona de Ezeiza, etc.). En el caso de la polución delictiva que crece en los centros urbanos, en lugar de atacar las consecuencias habría que combatir las causas, y las causas están exactamente en el punto opuesto, que en jurisprudencia reciben el rótulo de “apología del delito”, o promoción del delito. Esta catalogación apunta directamente y sin peros a los medios de difusión que, aplicando sintonía fina, identifica la constante promoción de violencia por medio de Cablevisión y ciertos programas autóctonos.
El conflicto escapa al control del gobierno argentino pues operan desde Hollywood y hasta lo confiesan en un film sobre cierto traficante de armas quien dice: “En el mundo hay un arma cada 12 personas. Ese no es el problema sino cómo hacer para armar a las otras 11″.
El incremento de la violencia está ocurriendo en todo el mundo, es un negocio que deja tantos dividendos como el narcotráfico y la pornografía, y los tres rubros están controlados desde EE. UU. Al presente no hay gobierno que se anime a combatirlos eficazmente.
¿Entonces?
Pues quedan dos opciones: se prohíbe la difusión de violencia (Cablevisión/Grupo Clarín no lo va a permitir) o se organizan marchas de protesta en Washington y otras ciudades norteamericanas, a riesgo de ser apaleados e ir presos los manifestantes y que en las cárceles les aten los tobillos con cadenas, como es habitual según la legislación de ese país, “la primera democracia del mundo”. Podríamos organizar un plebiscito para ver qué prefieren los manifestantes del 8N. Supongo que ante esta realidad, algunos sufrirían un colapso neurológico por tener que optar entre guate-mala y guate-peor.
Dentro de la suma de reclamos genéricos también se acordaron de la justicia, a la que reclaman independiente. Una respuesta objetiva encontré en el sitio web elesquiu.com según nota de Mempo Giardinelli: “Es indudable que se han cometido yerros y metidas de pata. Pero si se pueden cuestionar casos de corrupción, por ejemplo, debe tenerse en cuenta que este mismo gobierno propuso una Corte Suprema insospechada como jamás habíamos tenido. Y fue el que acabó con el negociado de las AFJP. Y el que les cerró el negocio de la deuda a muchos economistas del establishment. Y el que ahora destapó el negociado de las cúpulas de Gendarmería y Prefectura”.
“Debieran recordar también que es este gobierno el que desmontó la impunidad que instalaron las leyes de obediencia debida y punto final, y el que impulsó los juicios a los genocidas y la búsqueda de hijos y nietos apropiados. Por todo eso se ganaron los tremendos enemigos que tienen. Y es por eso que a la Presidenta le tiran con adjetivos y puteadas. Pero porque no tienen otra cosa. Que yo sepa, no le han probado corrupción alguna. Y más allá de que su fortuna personal a mí tampoco me gusta, no parece mal habida porque si no ya la habrían querellado. Y además la tiene declarada, y año por año”.
En la práctica más objetiva hay que hacer un reclamo fuerte y firme contra los allegados a la presidenta. Se trata de esos idiotas que subidos al carro del triunfalismo post elecciones elaboraron y propagaron aquellos cartelones donde Cristina estaba junto al Padre de la Patria y al general Perón, y luego usaron la palabra genia para definir su conducción política. Esos idiotas provocaron la reacción virulenta que hoy se exhibe en el Sambódromo porteño. Estos también son tan culpables como los porteños-portuarios-unitarios.
Otro fuerte reclamo es el nivel educativo en nuestro país. Claro que viene de arrastre, pero si un grupo de poder mediático puede manipular a tanta gente con trivialidades, contradicciones y mentiras, esto demuestra que la capacitación en la República Argentina ha sido notablemente deficitaria, y sin dudas se ha incrementado en estos años. El mundo mayoritariamente está en llamas y una de las manifestantes se quejaba de que en el extranjero se vive mejor. Esto puede decirlo sólo quien ni siquiera tenga un televisor o no hable con sus semejantes. Algunos testimonios fueron muy lamentables y deberían ser estudiados por psicopedagogos y psicólogos sociales para en un futuro educar/informar mejor a las masas.
En resumidas cuentas, los marchistas no aportaron una sola propuesta y se quejaron de lo que no existe o no quieren. También demostraron que ningún partido político puede canalizar sus reclamos por lo variopintos, entonces parece ser cierto que los organizadores montaron presión pública para anular la aplicación de la justicia en la Ley de Medios Audiovisuales. Los usaron como a las vacas para entrar en el corral propiedad del Grupo Clarín. Hicieron catarsis y hoy están igual que antes del circo 8N porque sus problemas los debe resolver el gobierno comunal que ellos votaron y el multimedios no les permite cuestionar. Salieron a la calle para mostrar su adicción a la prensa monocorde repitiendo sus mensajes.
Se mostraron como los pastos: útiles mientras sirvan para alimentar a seres superiores. Pobre gente.
Luis Colombatto