Me puse con un estudio sobre La marina ilustrada: sueño y ambición en la España del XVIII. La curiosidad es lo único que me mantiene joven. Ya sabe el lector que siento debilidad por el XVIII español ese siglo tan maltratado por la historiografía. Ahí van algunas notas de inicio, tomadas a vuelapluma. Durante la segunda mitad de siglo, especialmente en los astilleros de Ferrol Cádiz y Cartagena, agotaron de tal modo los recursos madereros que importantes masas forestales desaparecieron y resulta preciso importar madera de otros países. Hay que señalar que un navío de 74 cañones precisaba de unos 4.000 troncos de árboles de buen porte. Por ello, se consumieron alrededor de 3 millones de árboles en el curso del siglo XVIII lo que supuso la desaparición de algunas de las mejores masas forestales de Castilla y Andalucía.
Así, a finales de siglo el esfuerzo naval había hecho desaparecer el Roble albar andaluz y los astilleros de Cádiz tuvieron que comenzar a comprar madera en Italia importar cedros de Cuba; los de Cartagena ya usaban la madera de roble albar catalán y en Ferrol también empezó ver problemas con la escasez de madera....