La Masacre de Broniki, un crimen de guerra soviético 03/07/1941

Por Lupulox

Camaradas,
La terrible brutalidad del régimen soviético se ha puesto de manifiesto desde el primer momento de la Operación Barbarroja, pero hoy al fin podemos exponerle al mundo una ejemplo detallado de lo que viene siendo habitual en el Imperio Comunista de Stalin.  En este caso, una desdichada compañía de infantería alemana ha caido vilmente masacrada por los soviéticos en Ucrania luego de ser tomada prisionera, contraviniendo las más básicas reglas de los derechos humanos y el derecho internacional.
Un prisionero de guerra alemán masacrado con las manos atadas a la espalda.
Los combates.
El 29 de junio a las 15:00 horas la 25ª Divisón de Infantería Motorizada relevó a la 13ª División Panzer en el importante nudo carretero de Rovno, asegurando hacia el sur, este y nordeste. El enemigo que retrocedía desde Klevan en dirección sudeste rompió a través de la ruta Dubno–Rovno por lo que la división se vio bajo una seria amenaza desde el noroeste.
El avance de la 25ª División de Infantería Motorizada sobre Rovno como parte del Grupo de Ejércitos Sur.
El 30 de junio, la 25ª División de Infantería Motorizada recibió del Cuerpo de Ejército la orden de reforzar la seguridad en su flanco este, tarea para la cual designó al 119º Regimiento de Infantería Motorizada. Al mismo tiempo se impartió la orden de destacar un batallón reforzado al noroeste para apoderarse de Klevan. La tarea recayó en el 2º Batallón del 35º Regimiento de Infantería Motorizada al mando del Hauptmann Dr. Keller.
El 1 de julio, por la mañana (a las 06:00 horas) el batallón del Dr. Keller atacó sobre la ruta entre Klevan y Broniki. Pese a una muy fuerte resistencia y bajo intenso fuego de artillería hostil el ataque siguió adelante. Pero alrededor de las 09:00 horas, el Dr.Keller ordenó replegarse sobre las alturas ubicadas al noroeste de Broniki y establecer allí una posición defensiva. Mientras se ejecutaba el movimiento, los rusos atacaron frontalmente desde la zona boscosa al noroeste de Orzew, con efectivos de dos batallones y apoyados por 15 blindados contra el flanco derecho cubierto por la 7ª Compañía.
Movimientos tácticos alrededor de Rovno durante el día 1 de julio.
En este ataque, parte del Batallón (entre ellos la 7ª Compañía), quedó cercado y tras agotar su munición, se rindió. Fueron tomados prisioneros unos 180 soldados alemanes, la mayor parte de ellos pertenecientes al 2º Batallón del 35º Regimiento (mayormente de la 7ª Compañía pero también algunos de la 6ª y la 5ª). Sin embargo, al amanecer de ayer, día 2 de julio, el 35º Regimiento de Infantería reforzado contraatacó exitosamente y logró recuperar en su totalidad el terreno perdido.
La masacre.
Allí fueron hallados los cadáveres de 153 soldados. El testimonio de uno de primeros los soldados, el Schutze Kurt Meyer, que descubrió la matanza, resulta escalofriante:
Sin pérdida de tiempo pasamos a través del bosque rumbo a Klevan. La localidad fue tomada y proseguimos el avance sobre Rovno.

Los movimientos de tropas que han llevado al hallazgo del crimen.
La carretera recta como un hilo nos conducía hacia el sudeste. A partir de Klevan esta desciende después de algunos kilómetros y comienza a ascender lentamente hacia Broniki. En el horizonte unas nubes de humo se levantan verticalmente hacia el cielo. Me encontraba avanzando con la sección cabeza y vigilaba el terreno circundante mediante los prismáticos. Alcancé a discernir un camión abandonado sobre la pendiente más allá unas manchas claras sobre el suelo. Ahora se ve un obús ligero de campaña en posición de tiro, por primera vez vemos un arma alemana abandonada sobre el campo de batalla y nos causó una impresión deprimente. Al pasar el cañón vemos una ambulancia con sus puertas abiertas y manchadas de sangre. Contemplamos en silencio la devastación. No detectamos ni soldados vivos ni muertos. Ascendemos lentamente la cuesta. Las manchas claras que había detectado se volvieron más nítidas. Bajo mis prismáticos, me froto los ojos y vuelvo a subir los prismáticos. Dios mío, esto no puede ser posible. Lo que acabo de ver no puede ser verdad.
Franqueamos rápidamente los últimos cientos de metros que restan y la fracción que va al frente echa pie a tierra y se dirige hacia las manchas claras.  Nos quitamos los cascos y los sostenemos en nuestras manos como si rezáramos.  Ni una palabra profana el ambiente. Delante nuestro los cuerpos desnudos de una compañía alemana masacrada bestialmente. Las manos atadas a la espalda con hilo de alambre; los ojos bien abiertos nos miran fijamente. Los oficiales de esta compañía han tenido seguramente un fin horrible, ellos se encuentran a unos metros de distancia de sus camaradas. Nadie ha dicho una palabra, aquí se extiende la majestad de la muerte. Desfilamos en silencio delante de nuestros camaradas muertos.
Soldados alemanes descubren a sus camaradas ejecutados.
En seguida se han presentado en el lugar el Auditor de la 25ª División de Infantería Motorizada, el Juez Dr. Heinrich y el Leutnant (Teniente) Franz Kröning, quien ha ayudado a identificar los cuerpos. Una búsqueda posterior ha dado como resultado el hallazgo de otros 12 cadáveres que se encontraban separados unos 200 metros del resto (los oficiales de las compañías).
Testimonio de los supervivientes.
Tras las averiguaciones pertinentes se han encontrado siete supervivientes de la masacre lque salvaron sus vidas huyendo del lugar o tomados por muertos. Uno de ellos el Schütze (soldado) Michael Beer ha relatado de esta manera su vivencia:
Junto a otros 150 ó 200 camaradas que no habíamos sido heridos o a lo sumo tenían heridas leves estábamos reunidos en una hondonada a unos 20 metros de la ruta. De pronto se acercaron los rusos y comenzaron a dispararnos. Al sonar los primeros tiros salimos huyendo. Perseguidos por el fuego de ametralladoras y pistolas ametralladoras nos refugiamos en las zanjas a los costados de la ruta y yo me las arreglé para escapar.
Michael Beer regresó ayer al lugar de los hechos y ayudó con la identificación de sus compañeros. “Junto a un pequeño grupo y con la ayuda de los ingenieros dimos sepultura a los caídos en la iglesia de Broniki.”
Un crimen soviético que, lo sabemos, el mundo Aliado silenciará y no condenará.
Otro testimonio fue brindado por el Gefreiter (Cabo) Karl Jäger, quien ha descrito los hechos de la siguiente manera:
Luego de ser capturado junto a otros camaradas el 1 de julio, nos obligaron a quitarnos las botas, las medias y el pantalón. También nos obligaron a vaciar el contenido de los bolsillos y nos retiraron los objetos de valor. Yo he visto como algunos eran acuchillados con la bayoneta cuando no obedecían lo suficientemente rápido. El Obergefreiter (Cabo Primero) Kurz, que tenía una herida leve en una mano y por ello no podía desatarse con rapidez sus cordones fue apuñalado con una bayoneta en su garganta desde atrás y la punta salió por delante. Un herido grave que aún mostraba signos vitales fue pisoteado y su cráneo destrozado a culatazos. Yo fui reunido con un grupo de 12 a 15 camaradas al norte de la ruta. Detrás de nosotros los rusos empezaron con la matanza mientras nosotros seguíamos con las manos en alto. Con los primeros disparos cundió el pánico y yo comencé a correr.

El testimonio del Oberschütze (Soldado de Primera) Wilhelm Metzger resulta no menos sobrecogedor:
Los rusos nos agarraron a todos y nos despojaron de anillos, relojes, distintivos del uniforme y luego la chaqueta, la camisa y las botas. A continuación el grupo fue atacado con granadas de mano y fuego de ametralladoras. Esto que digo no es ningun mito o leyenda; yo estuve allí y pude escapar en medio de la confusión y el revuelo.
El Schütze (Soldado) Hermann Heiss no huyó y abandonado en el lugar, dejado por muerto con graves heridas.  Fue rescatado más tarde por soldados alemanes y trasladado a un hospital. En su lecho de dolor ha contado lo que sigue:
Junto a otros camaradas yaciamos uno al lado del otro con las manos atadas a la espalda, yo estaba de espaldas cuando un ruso me asestó un bayonetazo en el pecho giré hacia un lado y recibí siete bayonetazos más en la espalda. Los rusos pensaron que estaba muerto y me dejaron en paz. A la mañana siguiente fui encontrado por soldados alemanes. Pude ver que quien se encontraba junto a mi tenía el cráneo destrozado y la mayor parte de mis compañeros habían sido masacrados.
Ahora ya sabe el mundo la clase de alimañas con la que nos estamos enfrentando y la clase de alimañas que Winston Churchill ha escogido como aliadas. ¡El Nacionalsocialismo evitará que esta maligna alianza asole Europa!
Kamaraden, die Rotfront und Reaktion erchossen, marschieren im Geist in unseren Reihen mit!Tod dem Bolschewismus!