La maternidad que merecemos en 20 pasos

Por 1maternidad_diferente
Después de mi sequía bloguera, me reestrené escribiendo para el blog de Elena este post que en principio iba sobre lactancia, contacto y porteo en niños hospitalizados y terminó siendo algo diferente.
Quería seguir profundizando en el tema y me dí cuenta que los niños "hospitalizados" en el fondo son casi todos los niños, pues van a nacer en un hospital y en el mejor de los casos en dos días estarán fuera. Pero ese inicio de la vida en una institución sanitaria marca el principio del camino, para ellos y para nosotras.
Y, pensando, pensando, me dio por pensar que se podría hacer para que estos días sean más "amigables" con las madres y con los bebés y con el inicio de la vida que se mercen y aquí va mi lista de requisitos para una "maternidad ideal", la maternidad que mereces, la maternidad que merecemos, unos principios que estaría bien que leyeran los gestores de muchos hospitales para ponerse las pilas de verdad y ofrecer un comienzo digno de la vida a nuestros bebés y de nuestra maternidad a las madres y a las familias. Muchas de ellas no requieren grandes inversiones de dinero ni instalaciones complejas, sino, simplemente, cambiar el enfoque y la mentalidad en la atención a las familias que nacen en ese entorno.
  1. En la mejor maternidad del mundo, al entrar no tendrías que pasar un triaje de urgencias y podrías entrar directamente a la maternidad. Las embarazadas no somos enfermas ni accidentadas y tenemos muy claro a donde vamos.
  2. En la mejor maternidad del mundo, en la sala donde te atendieran para valorar el estadio del parto, habría sillas cómodas, espacio de sobra para una embarazada con tripa y su pareja. En lugar de una pared alicatada y llena de hojas con turnos y notas internas, habría paredes más cálidas, luces menos agresivas y cuadros con imágenes bellas sobre el parto y la maternidad, que inspiren tranquilidad y confianza en lo que está por llegar. En esa misma sala (y entiendo que es un lugar de trabajo), el instrumental, sueros y medicamentos, estarían guardados en mobiliario rápidamente accesible, contribuyendo así a que la futura madre mantenga la tranquilidad y la confianza.
  3. En la mejor maternidad del mundo, todos los carteles de pelotas de pilates y de monitorización sin cables se corresponderían escrupulosamente con la experiencia  real de la embarazda, sin dejar al libre albedrío del personal de turno si lo ofrecen o no.  Alardear de algo que no es real tiende a poner de mala leche a la parturienta,  que además se ve en la tesitura de tener que exigirlo sin la sonrisa de oreja a oreja que tiene la señora del dibujito.
  4. En la mejor maternidad del mundo, nada más llegar lo primero sería revisar rápidamente el plan de parto y, en caso de que la mujer no lo haya preparado, ofrecerle una guía rápida donde pueda elegir entre los distintos métodos de alivio del dolor, preferencias de posición para el expulsivo, acompañamiento, etc.
  5. En la mejor maternidad del mundo, todo el personal estaría formado en técnicas de comunicación y calidad en la atención al cliente, desde ginecólogos, pasando por matronas y anestesistas y terminando en el personal de limpieza. No quiero saber cuándo te toca librar mientras me pones el monitor, no quiero que me llames bonita. Todo el mundo trata a las mujeres como a adultas capaces de tomar sus propias decisiones y eso pasa porque te molestes en leer mi nombre y no me llames señora, parturienta o puerpera y que tampoco hables de mi como si no estuviera delante.
  6. No voy a hablar de verticalidad, tiempos,  ni nada de eso que para eso ya está la estrategia de atención al parto normal.
  7. En la mejor maternidad del mundo entienden que mi dignidad como persona y como paciente está muy ligada a la vestimenta. En la maternidad perfecta me animarían a llevar ropa con la que esté cómoda. Me orientarían sobre las necesidades del personal que me va a atender en cuanto a vestimenta para que las tenga en cuenta, pero con libertad de elección para elegir mi propia ropa. En la maternidad ideal tienen claro que los pijamas de estampado de puntos o de color verde que rascan y exfolian son horribles y odiosos.
  8. En la mejor maternidad del mundo, olvidarían el engendro del márketing que son las bragas desechables, que solo sirven para engordar la cuenta de beneficios de algunas marcas. Son incómodas, pican y aprietan. Estoy acostumbrada a sangrar por mi vagina y prefiero mil veces hacerlo con una compresa y unas bragas de algodón que con lo mismo y unas desechables.
  9. En la mejor maternidad del mundo, después de nacer en un entorno tranquilo y cálido, todo el personal se retiraría discretamente después del nacimiento del pequeño para dejar que la madre y el niño disfruten de sus diez primeros minutos de intimidad juntos. No tendrían prisas por coser desgarros ni por traccionar placentas. El test de Apgar se haría sin invadir el espacio vital. Todo lo demás puede esperar, pero estos minutos nunca volverán.
  10. En la mejor maternidad del mundo, la madre, el padre y el bebé van a una habitación especial durante las seis primeras horas de vida del pequeño, sin acceso a visitas ni a familiares. Pero con acceso directo a una consejera de lactancia que está a total disposición de esa mujer para acompañarla en el correcto establecimiento de la lactancia.
  11. En la mejor maternidad del mundo, también se atiende de manera exquisita las pérdias gestacionales o perinatales. Las madres que han perdido a su bebé, cuentan con un espacio especial donde se enfrentan al proceso y a la elaboración de su duelo sin escuchar los sonidos de los monitores fetales de otras madres o los llantos de los bebés. Las madres que han perdido a sus bebés disponen de la misma intimidad y los mismos espacios acogedores que las madres de bebés vivos y sanos. Las familias que se enfrentan a la muerte de un hijo cuentan con el apoyo de personal especializado y disponen de todo el tiempo que necesiten para despedir a su bebé. Su duelo se anima y se valida.
  12. En la mejor maternidad del mundo, las únicas "ayuditas" que se recetan al bebé son sesiones de media hora con consultoras especializadas en lactancia que trabajarán en empoderar a la madre para conseguir la lactancia que ella quiera.
  13. En la mejor maternidad del mundo, nadie da consejos anticuados ni equívocos sobre temas tan importantes como la lactancia materna a demanda o el cuidado del bebé. De hecho, en esta maternidad hay carteles informativos y al alta la madre se lleva folletos y guías que le habrán explicado previamente para resolver cualquier duda que pueda tener.
  14. En la mejor maternidad del mundo, las madres son animadas a sostener a sus hijos en piel con piel todo el tiempo posible, poniendo a su alcance todos los medios necesarios para facilitar este contacto. Además, se las informa sobre las ventajas del contacto cercano para el bebé durante su primera infancia.
  15. En la mejor maternidad del mundo, las enfermeras y el resto del personal advierten a los padres sobre la necesidad de intimidad de la madre y el bebé y les ofrecen estrategias para limitar las visitas de familiares y amigos y hacer que sean lo menos molestas posibles para la madre y el bebé.
  16. En la mejor maternidad del mundo, se organizan grupos de apoyo para que las madres cuenten su experiencia y compartan dudas y temores entre iguales y se anima a participar tanto a las mujeres como a los hombres.
  17. En la mejor maternidad del mundo, ningún miembro del personal se ríe de la madre cuando expresa sus dudas sobre temas tan mundanos como la forma de las uñas del pie de su hijo. Se valora su duda y su preocupación y se la informa sin paternalismos ni condescendencias.
  18. En la mejor maternidad del mundo, no existe sala nido ni ningún lugar similar. Todas las técnicas y revisiones se le realizan al bebé encima de su madre. El baño del bebé lo realiza la madre o el padre, con ayuda del personal si la familia lo solicita. Tampoco hay salas de lactancia, ya que todas las madres tienen a su disposición sacaleches que poder llevar a su habitación para poder realizar la extracción sin prisas, sin esperas y de la manera más confortable posible.
  19.  En la mejor maternidad del mundo, el personal colaboraría con los grupos de apoyo a la lactancia y, además de las consultoras de lactancia entre el personal sanitario, contarían con la figura de la asesora de lactancia para cuando la madre lo requiera. Además, al alta, se la animaría a ponerse en contacto con los grupos de apoyo a la lactancia de su zona.
  20. En la mejor maternidad del mundo, la familia se iría de alta habiendo cambiado temores por confianza, con una lactancia bien establecida y enfrentándose con optimismo al camino que les espera por delante.