Por cierto, si sientes curiosidad y te gustaría saber dónde estás ahora mismo, puedes completar el sencillo test online (en inglés) que tienes disponible en: http://www.gtdiq.com/
La matriz está dividida en cuatro grandes áreas, cada una de la cuáles está dividida a su vez en otras cuatro partes. Para David Allen, cada una de las cuatro áreas principales está asociada a lo que él llama un “síndrome” diferente, que a su vez encierran aspectos positivos y negativos. Los cuatro síndromes son los siguientes:
- Bajo control + baja perspectiva:
- Negativo: Víctima
- Positivo: Capacidad de respuesta
- Alto control + baja perspectiva:
- Negativo: Micromanager
- Positivo: Implementador
- Bajo control + alta perspectiva:
- Negativo: Creador loco
- Positivo: Visionario
- Alto control + alta perspectiva:
- Negativo: Autocomplaciente
- Positivo: Comandante en jefe
Desde un punto de vista teórico, el estado óptimo sería contar con los niveles máximos de control y de perspectiva, es decir, “disfrutas” del síndrome del Comandante en jefe. En la práctica, encontrarte en un momento dado en cualquiera de los otros cuadrantes no tiene por qué ser negativo. Al fin y al cabo, las fluctuaciones son algo natural e inherente a la naturaleza humana.
Lo importante es detectar la tendencia a pasar “demasiado” tiempo en uno de los cuadrantes no óptimos. Cuando esto ocurre, lo más probable es que te merezcas alguna de las etiquetas negativas que van asociadas a esos cuadrantes: “víctima”, “micromanager” o “creador loco”. De todos modos, estas etiquetas no son más que indicadores de que debes corregir tu rumbo, de que te estás desviando de tu punto de destino.
En una próxima entrada veremos con más detalle los cuatro síndromes, y explicaré sus aspectos positivos y negativos, y también cómo funciona el modelo en la práctica.
Por otra parte, es importante destacar que la matriz de autogestión es relativa, situacional y en constante movimiento. Además, cada persona experimenta los cuatro cuadrantes de control y perspectiva de un modo diferente, entre otras cosas porque, en función de tu personalidad y de tu carácter, es probable que tiendas a encontrarte en un cuadrante determinado con más frecuencia que en los otros.
También influye mucho el horizonte de perspectiva (corto, medio o largo plazo) y el área vital de la que hablemos, así como el tipo de actividad que estás llevando a cabo en cada momento. Por ejemplo, puedes tener una perspectiva muy clara de cómo quieres decorar la vivienda que acabas de comprarte y no saber cómo abordar un problema que te ha surgido con una amiga. O puedes tener tu despacho perfectamente ordenado y organizado y que tu coche parezca un trastero con ruedas. O tener muy claro dónde quieres estar profesionalmente en cinco años y no tener ni idea de a qué tipo de restaurante quieres ir a cenar el próximo fin de semana.
Lo importante de todo esto es no olvidar que tu vida está llenas de infinitas y variadas situaciones y que en cada una de ellas puedes tener niveles distintos de control y de perspectiva. Una vez aceptada esta realidad, observarás que en ocasiones te vendría bien contar con más control, con más perspectiva o con ambas cosas, ya que lo que ocurre en cualquiera de esas situaciones afecta a todas las demás.
Esta toma de conciencia que te ofrece la matriz de la autogestión es el primer paso necesario para poder empezar a mejorar y en GTD encontrarás todas las estrategias que necesitas para ello.
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