La mayor inflación de la historia

Publicado el 19 diciembre 2011 por Yayo @eliaio
Una de las últimas entradas que he leído en Curistoria (blog altamente recomendable) hacia referencia a la terrible inflación (mejor dicho hiperinflación) que sufrió Alemania en el periodo de entreguerras. La entrada es muy interesante, con varias anécdotas que demuestran lo que la hiperinflación afecta a lal economía.  Pero leyendo esta entrada me vino a la mente algo que leí hace un montón de años en el famoso Libro Guinnes de los Records. Cuando hablaba de la mayor inflación de la historia no se refería a esta de Alemania, sino que hacia referencia, según creó recordar, a un país de la Europa central cuya moneda era el pengo. Ya tenia un nuevo desafió, que país era ese y como y cuando fue esa hiperinflación, y ademas de desafió tenia una posible excusa para una nueva entrada. El país en cuestión fue Hungría, y la época, el final de la Segunda Guerra Mundial y el principio de la posguerra. Concretamente el periodo hiperinflacionario duró desde julio de 1945 a julio de 1946. Los destrozos causados por la guerra y las reparaciones exigidas por la Unión Soviética obligaron al gobierno a imprimir billetes por encima de sus posibilidades lo que trajo un gran inflación que fue retroalimentandose hasta limites insospechados. Pero como no he puesto ninguna imagen vamos a colocar una de un billete un tanto especial. El billete con la mayor denominación jamas impreso.
La lastima es que no ponga todos los ceros que deberían, y simplemente dice Egy Milliard B-Pengo. ¿Y cuanto es esto? pues empecemos a leer de atrás para adelante: B-Pengo fue una abreviatura que ya se uso en muchos billetes anteriores y tendríamos que traducir por un billón de pengos (y digo billón en español, osease, un millón de millones); Milliard es el equivalente a nuestra reciente palabra millardo y significa mil millones; y finalmente Egy quiere decir uno. Recopilando tenemos que el valor facial del billete es: mil millones de billones de pengos, que en español seria mas correcto decir mil trillones de pengos. Poniéndolo con todos sus ceros seria: 1.000.000.000.000.000.000.000. ¿Y realmente era necesario este billetón?. Pues si, y mucho. Vayamos con algunos datos que nos den una idea de la brutalidad de la inflación: -La tasa de inflación mensual llego a alcanzar el 75.655%. -Esta tasa de inflación significaba que los precios se doblaban cada 15 horas. -Si le damos al nivel de precios de julio de 1945 el valor 1, en julio de 1946 este nivel de precios tendría un valor de 10'6 cuatrillones. Ya os podéis imaginar los trastornos que esto causaba para la economía. Las perdidas del poder adquisitivo de los salarios eran brutales, la gente se deshacía del dinero sabiendo que en unas horas no valdría nada. Los salarios se pagaban diariamente y llegaron a revisarse dos veces al mes, pero esto era insuficiente para parar el empobrecimiento de la población. Se probaron montones de medidas para atajar esta proceso y sus consecuencias. Se indexó la moneda con varias referencias, se obligó a los bancos a ampliar horarios, se inventaron un pengo que solo servia para pagar impuestos y tasas. Pero la mas curiosa de todas fue el intento de aplicar los "salarios calóricos". La idea era que los salarios se pagaran en especie, principalmente comida, y que para el calculo de los mismos se tuviesen en cuanta las calorías que se necesitaban para mantenerse con vida el trabajador y su familia. Es mas, si el esfuerzo físico que requería el trabajo era mucho se consideraba que quemaba mas calorías y por lo tanto tenia derecho a mas comida. Finalmente, después de muchas mediadas en una dirección y en otra se consiguió frenar el proceso en agosto de 1946. Para que los billetes tuvieran un valor razonable se creo una nueva moneda, el florin. Y la tasa de de cambio fue fijada en 400.000 cuatrillones de pengos por un florin. Poniéndolo con sus ceros, que siempre queda bonito tendríamos:  400.000.000.000.000.000.000.000.000.000. Conclusión: después de esta entrada voy a tener que cambiarme el teclado numérico de mi ordenador, ya que la tecla del cero ha dejado de funcionar.