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Si nos falla el corazón, nos falla el cuerpo. Si el corazón deja de latir, reanimarlo es crucial para seguir con vida.
Jack nace una noche fría en un Edimburgo helado. Desde el minuto uno de vida, corre peligro. Desde entonces, su pecho esconde un reloj que da vida a su débil corazón. Un reloj que le prohíbe tocar las agujas, enamorarse y enfadarse.
El ser humano vive de emociones y sentimientos, que afectan a su vida en mayor o menor medida. Desde niño, Jack ha estado al borde del colapso por no poder cumplir las premisas impuestas desde su nacimiento.
Durante toda la novela somos testigos de los cambios físicos y emocionales de Jack, que le llevan a perder lo que más quiere. Por obedecer a sus sentimientos, emprende un viaje desde Edimburgo hasta Granada, donde piensa encontrar a la mujer de la que se ha enamorado. Éste será el principio del fin de Jack.
Aunque el argumento pueda parecer un poco triste, encontraremos en él un trasfondo psicológico que nos hace pensar en cómo somos dueños de nuestros sentimientos; pero cómo, a la vez, éstos nos dominan.
¿Queréis conocer a Jack?