Pequeño film franco-belga de animación musical, basado en el cuento del mismo nombre del escritor Mathias Malzieu (también codirector de la película). Tenemos un producto en el que, en mi opinión, destacan por igual sus virtudes y sus defectos. En la primera mitad encontramos lo mejor de la película, con una buena presentación de personajes en su arranque y un planteamiento de la trama interesante. En la segunda mitad todo se vuelve más mediocre, y se introducen elementos y personajes intrascendentes (que alguien me explique lo de Jack el destripador) que tienen como única misión alargar el metraje para que tenga una duración de largometraje (todo el tramo que transcurre en Andalucía se hace eterno).
La animación es correcta para tratarse de un producto europeo, y poco tiene que envidiar a superproducciones americanas. El diseño de los personajes y decorados está muy logrado, siendo claramente deudores de las creaciones de Tim Burton. La imaginería visual que alcanzan algunos momentos, sobre todo durante los números musicales, es magnífica y sirve para ahondar en la poesía que desprende el cuento. Sin embargo volvemos a tener una de cal y una de arena, ya que las canciones creadas por el grupo Dionysos (del que el propie Malzieu es miembro) no terminan de cuajar, y para mí no empastan bien con las imágenes, lo cual unido a la falta de expresividad de los personajes en muchos momentos, hace que al espectador le cueste meterse en la película. Al menos, a mí me pasó.
Pese a sus evidentes virtudes, creo que La mecánica del corazón termina fracasando por ser demasiado adulta para el público infantil y demasiado inocente para el público adulto. Nunca es bueno quedarse a medias, y lamentablemente eso es lo que le pasa a esta película. Tal vez hubiera funcionado mejor como cortometraje, o incluso con otra banda sonora más adecuada. Aún así, le reconozco el mérito de un conmovedor desenlace muy diferente a lo que acostumbran las películas de animación.
Mi nota: 4