LA MEDIADORA - Jesús Sánchez Adalid

Publicado el 02 julio 2015 por De Lector A Lector @deLectorALector

Todos los años intento hacerme con el Premio Abogados de Novela, convocado conjuntamente por El Consejo General de la Abogacía Española, la Mutualidad de la Abogacía y Ediciones Martínez Roca (Grupo Planeta), y este año no iba a ser una excepción. Además en esta ocasión el autor ganador era Jesús Sánchez Adalid del que tenía muchas ganas de leer algún título.Así que la combinación de se me ofrecía no podía apetecerme más. Eso sin contar que la sinopsis del libro tampoco dejaba de "hacerme ojitos", y yo quería saber que era lo que había exactamente tras ese título: La mediadora.
Estaba claro iba a hacerme con este libro y ponerme con su lectura.

EL AUTOR

JESÚS SÁNCHEZ ADALID (Villanueva de la Serena, Badajoz, 1962) se licenció en Derecho por la Universidad de Extremadura y realizó los cursos de doctorado en la Universidad Complutense de Madrid. Ejerció de juez durante dos años, tras los cuales estudió Filosofía y Teología. Además se licenció en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca. 
Es profesor de ética en el Centro Universitario Santa Ana de Almendralejo. Es autor de novelas históricas de gran éxito y ha recibido como reconocimiento numerosos galardones: Premio Fernando Lara, Premio Alfonso X el Sabio, Premio Internacional de Novela Histórica de Zaragoza, Premio Diálogo de Culturas, Premio Hispanidad y Premio Troa de Literatura con Valores. Ha sido elegido académico de número de la Real Academia de las Letras y las Artes de Extremadura.

ARGUMENTO

"Es muy probable que la historia que se cuenta en esta novela, la de Mavi y Agustín, nos toque muy de cerca. Su divorcio engrosa esa estadística que dice que España es el quinto país del mundo por número de divorcios.
Por mucho que la suya sea una historia común, repetida miles de veces, tampoco en su caso, como en el de nadie, la estadística les había preparado para la sensación de fracaso, el rencor y la incertidumbre que acompañaron a su ruptura.
¿Cómo es posible, se preguntan, nos preguntamos todos, que dos personas que han compartido tanto --hijos, techo, ilusiones y sinsabores-- hayan roto sus puentes de una manera aparentemente irreparable?"

MIS IMPRESIONES

Las primeras páginas de esta novela ya nos dejan pegados a sus páginas.
Una pareja es observada cuando llega a un pantano. Los recién llegados parecen felices, se desnudan y se meten en el agua. El mirón, que no es otro que el marido de la mujer aprovecha, mientras disfrutan, recoge toda la ropa que han dejado tirada, se mete con ella en el coche y se marcha dejándolos tirados sin medio de locomoción y sin nada que ponerse encima, y lo peor es que el pueblo más cercano está a cierta distancia. ¿Celos, venganza?  ¿Se le ha ido la cabeza? ¿Por qué lo ha hecho?
No es algo novedoso, en principio, el tema de esta novela. Una pareja que se divorcia y que, como ocurre en la mayoría de los casos, esta separación da lugar a muchas discrepancias, desacuerdos que terminan en los tribunales.
Lo que sí resulta más novedoso es que en ella aparezca y termine siendo una pieza clave para el conjunto de la novela, la figura del mediador familiar. En este caso será mediadora. 
La mediación familiar, según una Ley del año 2001 es "un procedimiento voluntario que persigue la solución extrajudicial de los conflictos surgidos en su seno, en el cual uno o más profesionales cualificados,imparciales y sin capacidad para tomar decisiones por las partes asiste a los miembros de una familia en conflicto con la finalidad de posibilitar vías de diálogo y la búsqueda en común del acuerdo".

Mavi es una jueza que ha pedido una excedencia después de convertirse en escritora de éxito. Se casó con Agustín y, por lo que podemos saber, han sido felices durante 25 años. Ahora Mavi debido a su faceta de escritora vive 6 meses al año en Madrid, donde se enamora de un hombre más joven que ella. 
Agustín ya no es el joven ingenioso y atractivo del que Mavi se enamoró. En los últimos años, debido a la crisis, no tiene tanto trabajo como antes, motivo por el cual deciden que él se dedique más a la vida familiar y ella se pueda volcar primero en su ascendente carrera en la judicatura y después en su faceta de escritora de éxito.
Después de 30 años de matrimonio llega el divorcio, el enfrentamiento, los procesos judiciales por unas medidas que, pese a estar sujetas a ley, son del todo injustas para Agustín, que no sólo ha perdido a la mujer que quería, sino también su vivienda, el estudio donde ejercía el poco trabajo que tenía y, por si esto fuera poco, además no puede hacer frente a la pensión alimenticia decretada para su hija y subsistir con los pocos ingresos que en este momento se generan de su profesión.
En La mediadora vamos a encontrar una narración en la que se va entremezclando el tiempo y el espacio. Nos va relatando, alternativamente, como es y ha sido la relación de Mavi y Agustín que, pese a las diferencias que pudieran existir, se casaron totalmente enamorados, aunque luego la vida en común se fue complicando de esa forma que a veces pasa, sin darnos a penas cuenta, cuando se empieza a caer en la rutina, cuando ya no se habla como antes, cuando falla la comunicación y cuando, de pronto, algo hace estallar esa relación por los aires, sin entender muchas veces bien como se ha llegado a eso, disparándose sus caminos hacia dos puntos totalmente opuestos.
Tendrá que venir un tercero totalmente imparcial, que no trate de influenciar a ninguna de las dos partes, para que sean capaces de reflexionar sobre su pasado y su presente y ver en qué momento se apagó la luz en su relación.
En este caso esa mediadora será Marga, una amiga de Mavi y Agustín, que se toma como un reto personal la solución extrajudicial de este conflicto a cuya resolución no se ha sido capaz de llegar por medio de los Tribunales.
Sánchez Adalid ha creado unos personajes muy cercanos, puede ser cualquiera de los que está a nuestro alrededor, con sus defectos y sus virtudes, mostrándonos su psicología, sin tomar partido por ninguno de los dos miembros de la pareja, sin cargar la culpabilidad en ninguno de ellos. Los analiza desde fuera, nos muestra sus temores y sus aspiraciones, las razones por las que actúan de una u otra manera.
En el caso de la mediadora, Marga, el autor ha sabido crear un personaje en el que los lectores seamos capaz de ponernos en su piel, que no seamos simples testigos, que nos impliquemos, lo cual consigue por medio de una narración en la que nos muestra los puntos de vista de cada uno de los dos integrantes de la pareja, quiere que conozcamos la historia desde cada una de las partes. Con un relato a primera vista más sencillo de lo que es y con la capacidad de engancharnos rápidamente a su lectura, Sánchez Adalid nos acerca a un sistema para resolver conflictos, que en ningún momento ha de suplantar al sistema judicial, que puede resultar mucho menos traumático y que poco a poco se va imponiendo en nuestro país, a través de una historia que, además, nos hará reflexionar sobre muchas cosas.



FICHA DEL LIBRO