Mi tercera novela, "La medida de lo posible", se encuentra disponible para su descarga en el enlace que aparece al final de esta entrada. En realidad es la segunda de una especie de ciclo, que no sé adónde me llevará, y en el que de alguna manera trato sobre la violencia masculina y los limitados intentos del Derecho por enfrentarla. Si en "Una cuestión de prueba" se dirigía contra las mujeres, en "La medida de lo posible" lo es contra los animales. Habría, en teoría, un tercer libro en el que el objeto de esa violencia sería la infancia, y así se culminaría una serie que llevaría por título "Someted la tierra". Claro que hay otro proyecto raruno, de ciencia ficción-política-épica y no sé-qué-más, que se ha metido de por medio. Ya veremos.
Dejo un breve texto a modo de sinopsis, e invito al amable lector o lectora a pulsar en el enlace:
A veces el azar desencadena los peores mecanismos. Un vehículo impacta de noche contra un grupo de vacas. El accidente provoca lesiones medulares de gravedad a Yamara Winston, jugadora de baloncesto. Una de sus compañeras de equipo, Sabela, pone el asunto en conocimiento de su madre, Clara Arias, abogada de prestigio en la ciudad de Ventura. Y así arranca una historia que nos llevará a conocer la realidad que se esconde tras las paredes de los centros de producción ganadera y, sobre todo, de los despachos del poder local. Lo que en principio parece ceñirse a una mera reclamación de daños termina destapando una red de corrupción política que afecta a la protagonista, Clara, de una manera mucho más cercana e intensa de lo que habría imaginado. Esposa de uno de los altos cargos del gobierno autonómico, a medida que va conociendo la verdad debe enfrentarse a su propia posición moral sobre ella. Ayudada por su hija, y con la inesperada colaboración de dos jóvenes activistas en favor de los animales, la abogada descubre que las circunstancias del accidente se han falseado oficialmente para encubrir unos hechos que pondrían en jaque todo el sistema político. Durante su tarea pasa por diversos estados de ánimo, a medida que el mundo parece desmoronarse a su alrededor, que la llevan incluso a abandonar y mirar para otro lado; pero resulta ser demasiado tarde, y los implicados la obligan a actuar poniendo en riesgo su vida y la de Sabela.El libro, al igual que el anterior, podría incardinarse en la etiqueta descriptiva de “thriller jurídico”, aunque lo que más me interesa es el estudio psicológico de los personajes, en este caso de una mujer independiente que en apariencia ha podido construirse una vida segura y previsible, y que ve cómo toda ella se pone en cuestión por lo sucedido. El lector/a asistirá a su día a día, conocerá a sus compañeros/as de despacho, el trato con los clientes, la relación no siempre fácil con su hija, la confianza que le merece su marido… Sin embargo, con el transcurso de la investigación sobre el accidente, aquel mundo ordenado en el que creía vivir se revela ficticio, y debe decidir de qué manera lo afronta. La novela comienza con un capítulo en el que la protagonista recuerda un misterioso episodio que había vivido cuando era joven, y que interpreta como una suerte de vacuna frente al miedo. Porque la suya, finalmente, es una historia sobre la forma en que se puede encarar el temor a que el afán de justicia conlleve un coste personal demasiado alto.
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