Anoche vivimos un clásico más entre Atlético de Madrid y Real Madrid, y como viene siendo habitual en los últimos tiempos, los blancos se impusieron, aumentando ya a 21 los partidos en los que los colchoneros no ganan. La impotencia de los jugadores, técnicos y directivos es evidente, y echan la culpa al empedrado o al árbitro, aún siendo conscientes de que lo que ocurre es que al equipo le falta mucha calidad, aunque en la delantera tenga un jugador importante como Kun Agüero, que evidentemente, no es suficiente para tumbar a un equipo como el Madrid que sigue creciendo y haciéndose importante a marchas forzadas. Otra cosa es la afición, que siempre anima, siempre aplaude y siempre empuja a su equipo. Un ejemplo según muchos de lo que debe ser una afición. Son muchos los que la han alabado a lo largo de los años, y el propio José Mourinho lo decía anoche en la rueda de prensa. Pero también es una afición bastante maleducada con el rival. No es la primera vez que insultan al contrario con saña, y gritos como "Mourinho, muérete", "Ese portugués, hijo de puta es", "Marcelo es un mono", etc., son habituales en las gradas del Vicente Calderón. Y no pasa nada, el árbitro no considera importantes estos insultos y no los refleja en el acta. ¡En fin! Y me diréis que en todos lados cuecen habas, y que en el Bernabéu también se escuchan gritos de este tipo. Yo digo que sí, que es cierto, pero con una diferencia importante, y es que en el Bernabéu los cafres, los maleducados, son unos pocos cientos que se sientan en el fondo sur, mientras que en el Calderón es unánime, o al menos muy mayoritario, y son muchos más los que gritan e insultan que los que se comportan con educación y cortesía con el rival, y mucho más si es el Madrid el que los visita. Estos comportamientos no deben permitirse, y que conste que no son los únicos. En baloncesto, tenemos a la siempre "simpática" Demencia, la facción de seguidores más radicales de Estudiantes, a los que la prensa alaba por su sentido del humor y su ingenio. Pues resulta que estos señores también utilizan el insulto como arma arrojadiza hacia el rival, y a epítetos menos graves como llamar "pesetero" al jugador que cambia de club fichando por el Madrid, unen frases tan crueles como las que le dirigían al bueno de Antonio Martín tras el accidente mortal de Fernando Martín: "No tiene hermano, Antonio no tiene hermano...". Creo que se deben tomar medidas contra estas aficiones que incitan a la violencia y no declararlas tan alegremente como "la mejor afición del mundo".