Los goles fueron de dos defensores, Puyol y Abidal, mientras que el Real Madrid se había puesto en ventaja con gol de Ronaldo. El equipo de Guardiola mereció mucho más, y al de Mourinho le faltó audacia.
Contraste de fútbol.
En el primer tiempo el Real Madrid decidió jugarle al Barcelona tal y como le jugaron Espanyol y Betis en la liga, metiendo al mejor equipo del mundo en no pocos problemas. Una línea defensiva numerosa y cerrada con los volantes achicando hacia atrás impidiendo que el Barcelona ganara las espaldas con la facilidad habitual. Saliendo de contra cuando podía, Cristiano Ronaldo fue el jugador más importante para el Madrid porque en velocidad ganó siempre por el sector izquierdo la espalda de Alves que quedaba siempre a mitad de camino y dejando el espacio. De una contra en los pies de Ronaldo llegó el 1 a 0 y con un poco de ayuda de Pinto que tardó en reaccionar.Una de las figuras.
El Barcelona intentó lo de siempre, mover la pelota con paciencia hacia los costados, tocar hasta encontrar los espacios que fueron pocos. Cuando Iniesta se abrió hacia la punta izquierda y tuvo compañía, el Barcelona pudo haber empatado y hasta remontado el resultado, pero las manos del gran Iker y la mala resolución de Iniesta negaron el gol. Con una desconocido Xavi demasiado impreciso, con un Messi muy marcado que tuvo que retroceder hasta la mitad de la cancha para hacerse de la pelota, con un Aléxis demasiado metido en la pelea propuesta por el Real Madrid, y con un Fábregas sin movilidad, el Barcelona mereció al menos terminar el primer tiempo en empate.
Lo que mejor le sale al Madrid: Protestar.
El segundo tiempo empezó igual al final del primero. El Barcelona controlando la pelota y encontrándose en el área del Madrid con una v erdadera muralla defensiva que igualmente superó en dos oportunidades quedando Iniesta para definir pero sin eficacia. Los movimientos del Barcelona empezaron a ser más rápidos, los volantes con mayor movilidad que en el primer tiempo jugaban a un toque haciendo pasar de largo a los marcadores que apenas conseguían rechazar con un último esfuerzo en la línea final. De uno de esos rechazos nació el tiro de esquina que terminaría en gol de Puyol de cabeza anticipando en el área con la convicción de un goleador.Otra de las figuras.
El Barcelona ya merecía mucho más que un empate, y el Real Madrid sintió el gol de tal manera que todo lo que había ilusionado con el de Ronaldo había empezado a desmoronarse con el de Puyol. Entonces apareció toda la impotencia en los merengues que contagiados de la actitud irresponsable de su entrenador, volvieron a la brusquedad que ha caracterizado a este equipo en muchos partidos. Se llenaron de faltas y de amonestados, y tanto Coentrao como Pepe se habrían ido expulsados siempre que hubiera gozado el partido de un arbitraje serio. El Real Madrid ensuciaba el partido pero surgía el fútbol en su mayor expresión, en los pies de Iniesta, de Xavi que había mejorado el rendimiento, de Messi que en el segundo tiempo solamente podía ser detenido mediante el juego brusco de los marcadores locales. En ese fútbol magistral estaba la clave de la victoria, y en una jugada excepconal de los jugadores del Barcelona, con un pase genial de Messi, llegó Abidal para sellar un marcador que debió ser más abultado.Messi se fija si tiene todos los dedos después de haber sido pisado en la mano intencionalmente.
Con la derrota aumentó el enfado madridista, los ingresos de Özil y de Callejón llegaron demasiado tarde, el partido ya era del equipo catalán. De igual manera llegó tarde la regresión al juego de parte del Real Madrid en el único intento de acercamiento al área que tuvo en todo el segundo tiempo, mediante la velocidad de Cristiano Ronaldo quien jugó en absoluta soledad durante todo el partido. El Barcelona se guardó el partido bajo los botines de Iniesta, de Xavi, y de Messi, y a hablar de otra cosa, señores.
Festeja la merecida victoria.
Una de las razones por las que el Barcelona no hizo más goles: Iker.
Otra de las razones se llama Iniesta.
En la semana hablaremos más de este partido.