Observamos a nuestro alrededor y comprobamos que tal vez no tengamos todo lo que deseamos; pero en lo poco o mucho que poseemos, hayamos razones por las que estar agradecidos. Y en ese momento en el que la desesperación y la tristeza nos han abandonado, es cuando surge la pregunta: ¿habré estado todo este tiempo equivocado?
Y tras darle vueltas, al fin llegamos a la conclusión de que el error no estaba en soñar; estaba en no aceptar que la vida, es la mejor historia que jamás podamos contar.