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“La mejor manera de aprender a dibujar es dibujando”, Mireia Pérez autora de La muchacha salvaje

Publicado el 20 enero 2012 por Ruta42 @ruta42

“La mejor manera de aprender a dibujar es dibujando”, Mireia Pérez autora de La muchacha salvaje

Las dos caras de Mireia Pérez. Fotos de Doc Pastor.

Tuve la suerte de conocer a Mireia Pérez hace bastantes meses en los siempre recomendables Diálogos del señor Boliche, fue una de las invitadas y (igual que otros) repetió en las que se están convirtiendo en una cita indispensable para los amantes del tebeo.

Quedé con ella en el bar Beluga, y allí entre música de piano, aceitunas, una decoración interesante y otro cuantos dibujeros rondando y hablando al lado, charlamos sobre sus orígenes, su trayectoria y su obra La muchacha salvaje.

Empecemos por los inicios, ¿cómo comenzaste a dibujar?

Yo lo he hecho siempre, desde la escuela, luego se me ocurrió hacer tiras cómicas cuando terminaba la secundaria, para divertirme y hacer bromas.

¿De qué eran?

Sobre mí y mis compañeros de clase. Las he perdido, es una desgracia por que me hacían mucha gracia. Con ellas me ganaba un poco el respeto, yo siempre era la marginada y la rarita del cole. Más adelante empecé a publicar en Internet textos con ilustraciones, tendría unos 17 años. Los tebeos me han gustado de siempre y en un momento dado empecé a colaborar con El Estafador que es cuando se regularizó.

¿Y desde tu familia te han apoyado?

Siempre. Para que te hagas una idea yo siempre he ido de rollo artista audiovisual y literatura, mientras mi hermana era de oposiciones aunque no sabía si de bombero o de policía. A mis padres todo les parecía bien, si hubiéramos querido trabajar en circo les hubiera dado igual, nos han apoyado siempre en todo mientras estudiáramos y estuviéramos contentas con lo que hacíamos.

Además ahora están viendo que has elegido bien.

Sí, mi madre está super orgullosa. Mi hermano lo ve como un poco “Qué guay”.

A los 17 empezaste en Internet y luego con El Estafador.

Sí, es cuando Javi Royo y Juanjo Sáez me reclaman para que colabora con ellos en El Estafador y yo digo “Vale”, y me comprometo a publicar semanalmente algo. Como sabía que la revista tenía mucha visibilidad sabía que tendría lectores y una regularidad al ser semanal, es cuando me di cuenta que sí era capaz de hacerlo.

Parece que, a veces, a algunos autores os hace falta esta presión de tener que cumplir sí o sí.

Yo creo que hay varios recorridos. El de cómic de autor, las más íntimas que son para tí y luego está el humor gráfico que es para reírse y compartirlo. El Estafador es un poco para eso, para poder compartirlo con la gente.

También has pasado por El Manglar y por El Jueves.

Sí, para el primero fueron dos paginillas y en la otra habré colaborado tres o cuatro veces. Y también muy guay, la verdad es que mola.

¿Y te gustaría estar fija en El Jueves?

Lo cierto es que son ellos los que están esperando. Como pasó todo lo del premio y hasta ahora no he tenido tiempo de hablar con ellos… De momento me apetece más hacer esto, pero igual dentro de un año quiero hacer otra cosa.

¿Y la inspiración?

Depende de lo que haga. Para el humor gráfico es la vida cotidiana, pero también me tira mucho lo fantástico. De cualquier parte, del cine, de mi propia vida, la inspiración está por todos los sitios. Estás trabajando y de repente se te ocurre una idea.

Aunque lo has dicho muchas veces lo tengo que preguntar, ¿qué influencias tienes?

Esto es siempre muy impreciso. Yo creo que es algo que detectas cuando llevas trabajando un tiempo, muchas veces lo hace la gente de fuera, a mí siempre me relacionan con autores franceses pero yo creo que tengo mucho de Quino que es lo he leído desde pequeña. Manuel Bartual también mucho, y el arte en general, cualquier visita a un museo es siempre inspiradora. El cine y la literatura también.

¿Alguna vez revisas lo que has hecho antes?

Tampoco tengo demasiado material viejo y además pierdo las cosas. Pero en el propio tebeo te das cuenta de los cambios según avanzan las páginas.

¿Cómo está el panorama de tebeos en España?

Yo creo que tenemos una industria humilde pero que funciona bastante bien, estaría muy bien que cada vez tuviera más proyección pero se cuida mucho qué se publica y cómo se publica.

Además cada vez se va viendo más tebeo fuera de las tiendas especializadas.

Sí, es un poco ese fenómeno. La gente está tomando conciencia de que el cómic es algo respetable, estudiable y comercializable más allá del mundo friky.

“La mejor manera de aprender a dibujar es dibujando”, Mireia Pérez autora de La muchacha salvaje

Mireia justo después de la entrevista.

Y está el auge de la llamada novela gráfica, ¿qué ha cambiado?

Es muy buena pregunta, no tengo ni idea. Si pudiera pensarlo… Yo creo que hay un cambio de conciencia, igual tiene que ver con la misma revuelta que hay a nivel editorial. La gente quiere poseer objetos que perduren, que signifiquen algo más que una historia y el cómic ofrece esa plasticidad, ese grafismo y además ahora también se mete en la obra de autor.

También parece que cada vez hay más gente dispuesta a gastar más dinero por un mejor producto.

Sí, es eso. Hay determinado tipo de contenidos que puedes consumir de manera rápida, te da igual verlo o no en papel, pero la novela gráfica es algo más especial que puede perdurar, que la gente puede tenerlo como objeto de colección, regalarlo…

Según aumente esta tendencia también se está viendo a más autoras de tebeos.

Es una cuestión paralela. Las mujeres llevamos muy poco tiempo metidas en la cultura, menos en el cómic. Había pero muy pocas, tanto la profesional como el personaje, se trataba como un apéndice o una princesa y no es así.

Una de las más conocidas por el público sería Purita Campos.

Por ejemplo. Teóricamente hacía cómics que eran para chicas y luego los lectores podían ser también chicos. También está Marjane Satrapi y poco más.

Fisgando tu web he visto que dice que Chica y monstruo y Chico y monstrua son un cuento aleatorio, ¿qué es eso?

Son una colección de 10 postales, cada una es una viñeta, y el lector puede cambiar con el orden para crear su propia historia. Es un juego, a los nanos les mola mucho por eso.

¿En teoría es para los niños?

Lo hice solo porque era algo que me gustaba a mí, luego me di cuenta que era muy infantil.

Pasemos a La muchacha Salvaje, ¿de dónde sale la idea?

Hice una ilustración en la que aparecía una chica desnuda, muy despeinada, jugando con un pajarillo muerto en mitad de un bosque. Llamó mucho la atención así que hice dos páginas de una historia que se llamaba Las rocas, había una estatua destruida y la recomponía como si fuera un falo, era una sátira. Después empecé a pensar más en ella, en quién es, porqué vive sola y se me ocurrió que lo más cómodo sería en la prehistoria.

¿Y porqué esa historia?

Para mí el elemento central es ese viaje, un viaje iniciático, el punto de partida es que ella regresa. Su objetivo es buscar la superviviencia de su tribu, aunque ella no sea consciente de todo esto e igual puede cambiar luego.

Una tribu que es vegetariana y no matan animales, pero ella cuando ve cazar se excita.

Ellos respetan la vida de los seres vivos y no matan. No empezamos a cazar hasta muchos miles de años viviendo en la tierra, es algo que me llamó la atención y lo usé, ellos lo respetan casi de manera mística. Quise diferenciar entre tribus, las otras ya han empezado a cazar para alimentarse.

¿Eres tú la protagonista? Al leerlo pensé que podría ser así.

No, para nada. Aquí no he metido nada biográfico, es lo que quería contar simplemente.

Usas un estilo algo exagerado, que llega a deformarse si la viñeta lo requiere, ¿porqué no usar uno más realista?

Porque no habría hecho el tebeo. A mí me cuesta mucho dibujar, me es muy difícil y para mí era muy importante resolver la viñeta y pasar a la siguiente. Tenía que quitarme de encima muchos prejuicios autoimpuestos, la historia tiene que continuar y el dibujo está ahí.

Es cierto que según avanzan las páginas te vas soltando.

Sí. Mientras publicas vas cambiando, al principio te pareces mucho a una cosa y luego a otra, sigues siendo el mismo autor pero descubres tu estilo. La mejor manera de aprender a dibujar es dibujando.

Usas un 3×3 en casi toda la obra.

Es por comodidad pero la verdad que me gustaría complicarlo. Con esta plantilla podía como ir rellenando, cuando empiezo hago las viñetas aunque luego las cambie y no sean tantas. No hay un guión, la narración va surgiendo y me es más fácil hacerlo así.

Entonces vas un poco sobre la marcha.

Hay una escaleta, está muy pensado, he estado dos meses con ello pero nunca he escrito un guión. Por eso lo he estructurado en capítulos y en esas viñetas.

¿Seguiste lo pensando o fue cambiando?

Mientras lo estaba dibujando la historia cambió muchas veces. Nunca supe realmente el final o el número de páginas, tenía una esperanza de que iba a salir bien. Te das cuenta que funcionas, eres casi un robot, hay algo que quieres contar, tienes cosas claras, algunas situaciones y elementos. Por ejemplo la escena de la lanza que se termina convirtiendo en un símbolo y no es algo intencionado, decidí recuperarla.

¿Para ti de qué es un símbolo?

Para mí no, tampoco cuando lo dibujaba pero he leído interperetaciones que dicen que es algo fálico con toques feministas pero no va por ahí. Ella recupera el arma y toma la decisión de querer cazar, va decidida a algo pero no sabemos a qué. Es el viaje, ella regresa y cambia, también cambia mi estilo y la manera de dibujarlo, hay bastante simbolismo en algunas imágenes.

Por Internet se puede ver que mucha gente ha encontrado un sentido feminista, ¿qué intentas contar?

Cuando yo digo que es femenista es por el final, por las relaciones humanas. Esperas que se quede y no, ella pasa y va a lo suyo, quiere recuperar su tribu y a su hermana, ese es el gancho.

Es un viaje de encontrarse a sí misma.

Sí pero no del todo. Ella persigue la supervivencia, lo demás no le importa.

¿Y qué pasará?

Otros personajes toman protagonismo, ella va a cambiar un poco. Aparecen nuevas tribus, es más duro y con más violencia.

¿Qué hay a partir de aquí?

Tengo tres proyectos apalabrados, hasta mediados de año voy a estar liada solo con cómic pero no puedo adelantar nada.

No lo adelantes entonces. Muchas gracias Mireia.

“La mejor manera de aprender a dibujar es dibujando”, Mireia Pérez autora de La muchacha salvaje

Firmando en los últimos Boliche.

“La mejor manera de aprender a dibujar es dibujando”, Mireia Pérez autora de La muchacha salvaje

Doc Pastor

Hace tiempo inicié Ruta 42 (@ruta42 en Twitter), una gaceta para la que dedico la mayor parte de mis escritos y fotografías. También colaboro actualmente con el periódico AQUÍ en Valladolid y en la revista LaRAÑA de Sevilla. Cuando no estoy por aquí es que estoy jugando con mi perrito (se llama Loki).


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