En cuanto a los errores que se producen cuando se transfiere la información de la memoria a corto plazo a la memoria de largo plazo, en el proceso de reconstrucción de ese recuerdo, posterior a la percepción, intervienen los esquemas semánticos que tiene cada persona entre los que se incluyen los estereotipos y los prejuicios que dispogamos. Nuestro cerebro, en vez de percibir y recordar los detalles de una persona, un objeto o acontecimiento se sirve de unos esquemas semánticos previos ya almacenados en nuestra memoria. Eso significa que ese recuerdo concreto es fragmentario, cuando quisiéramos recuperarlo, estaremos obligados a rellenar los huecos que faltan de acuerdo con las expectativas y conocimientos previos que tengamos respeto a esa persona, a ese objeto y a ese acontecimiento. Este proceso estará condicionado por los estereotipos y/o prejuicios que tengamos. El grado de incidencia del estereotipo y/o prejuicio dependerá del si somos nosotros o bien es el esteriotipo y/o prejuicio quien prevalece. También, la información que se nos presente después de un suceso puede alterar o distorcionar un recuerdo de este.
Loftus, estudioso de la memoria humana, analizo la fiabilidad de los recuerdos. Según sus estudios dar a la gente detalles erróneos puede alterar lo que recuerda de eventos pasados. Este fenómeno se conoce como "efecto desinformación." Existen además otros dos fenómenos más sobre el falseamiento de recuerdos: parece ser que la gente tiende a recordarse mejor de lo que era y cuando no hay una sugestión externa que plantee esos recuerdos, lo hacemos solos.