La milagrosa medicina llamada trasplante de cacas

Por Ireneu @ireneuc

¿Un posible centro de salud?

Pocas cosas hay más repelentes que ver los excrementos acabados de hacer de un perro en medio de la calle, aunque ya llega al paroxismo de la repelencia si dichas "alegrías" son humanas. Por suerte, estas últimas son menos usuales de ver, pero imagínese que ese mismo "adabelardo" humano, lo licua con suero fisiológico, lo mete en una jeringuilla de medio litro  y que, mediante una sonda que lleve desde la nariz a los intestinos, descarga su contenido directamente en el duodeno. ¿Asqueroso, verdad? Pues bien, esto, que pudiera parecer sacado de una película gore, resulta que se ha definido en los últimos tiempos como una medicina más eficaz que los antibióticos. Se trata del trasplante de heces.

Crohn: diarreas y dolores de estómago

Tomarse un jarabe que tenga mal gusto no es un trago fácil de pasar, pero los beneficios que nos reporta valen la pena el mal rato pasado. Justamente el mismo pensamiento puede tener quien, debido a padecer la enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa o incluso esclerosis múltiple, le toca tragar con una medicina poco grata, pero que en vez de ser un jarabe al uso, resulta que son los excrementos de otra persona. Pero... ¿excrementos humanos como medicina? ¿Nos hemos vuelto locos? Pues no, el asunto por más repulsivo que le pueda parecer tiene su lógica... y, lo que resulta más sorprendente, da unos resultados apabullantes.

Imagen de flora intestinal

Hasta hace poco tiempo, a la flora intestinal no se la tenía en demasiada estima. El hecho de tener las tripas llenas de hasta dos kilos de bacterias de todo tipo -con los efectos gaseosos consecuentes- era poco menos que un foco de infección sin límite. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, los estudios científicos detallados de esta particular comunidad que habita en nuestro interior, han sacado a la luz que estos microbios, lejos de ser los agentes nocivos que se creía, en realidad son un factor vital para la salud del individuo (ver El no tan inútil apéndice humano). Y hasta tal punto es cierto que algunos científicos ya llegan a considerar a esta comunidad microbiana como un órgano más del cuerpo humano. Ahí es nada.

Clostridium, el malo de la película

En el caso de los afectados de enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa, enfermedades que provocan diarreas y deshidratación continuas, los intestinos están colonizados por Clostridium difficile, una bacteria dañina que provoca la inflamación de la membrana intestinal, impidiendo la absorción de nutrientes y pudiendo llevar al afectado a la muerte. En los casos más benignos, un antibiótico es suficiente para superar la infección, pero entre el 20 y el 30% de los casos, los antibióticos no hacen ningún efecto y sufren continuas recaídas, con el riesgo de sufrir complicaciones graves por ello. Y no estamos hablando ni de uno ni de dos afectados graves, sino más de 3.000 afectados anuales tan sólo por el hospital Gregorio Marañón o más de 500.000 afectados en todo Estados Unidos, con el resultado de más de 14.000 muertos por efecto de estas enfermedades. Para tenerlo en cuenta.

Crohn y Colitis ulcerosa

En esta situación, los científicos decidieron estudiar las diferencias microbióticas entre la flora intestinal de un paciente afectado de Crohn y uno sano y vieron que, en realidad, el Clostridium era una de las más de 2.000 tipos de bacteria que viven en nuestro interior. No obstante, mientras que en un intestino enfermo los Clostridium se habían hecho los reyes, en el caso de gente sana, el equilibrio existente entre los distintos tipos de microbios mantenía a raya los microorganismos dañinos como el Clostridium. La solución, por tanto, se presentaba evidente: se tenía que restaurar el "equilibrio ecológico" de la flora intestinal del afectado. ¿Y qué mejor forma de restaurarla que "trasplantar" la flora bacteriológica de un paciente sano a uno enfermo?

Trasplante de heces en acción

Efectivamente, la introducción mediante cánulas nasogástricas de las heces (la caca, vamos) de una persona sana directamente en el duodeno o mediante enemas por el ano, obraban el milagro. La flora intestinal trasplantada comenzaba a reproducirse como quien repuebla un bosque tirando semillas, restableciendo el equilibrio microbiano de las tripas y metiendo en vereda a los Clostridium, que dejaban de dar por saco, curando en más del 94% a los pacientes de Crohn resistentes a los antibióticos. Pero los beneficios del trasplante fecal no paraban aquí.

Exceso de "fofisalud"

Los estudios de las interacciones de la flora bacteriana con el cuerpo dieron como resultado que la microbiota (la comunidad microbiana, dicho en fino) interactúa con la mucosa intestinal, segregando una hormona, el péptido YY, que, absorbida por los intestinos, regulaba la sensación de saciedad ante la comida. Ello significaba, por tanto, que desequilibrios en la flora intestinal podían estar detrás de episodios de obesidad mórbida; particular que fue demostrado en estudios por la Universidad de Washington en ratones normales, a los cuales se les trasplantó heces de ratones delgados y de ratones obesos y, sometidos al mismo régimen alimentario, los sometidos a heces de ratones obesos aumentaron notablemente de peso.

Trasplante fecal en esquema

Sea como sea, y aunque se vean los beneficios inmediatamente (se está usando con éxito en casos de esclerosis múltiple y síndrome de colon irritable) y resulta muy barata -al contrario de los caros tratamientos con antibióticos-, aún resulta repulsiva para gran número de pacientes y facultativos, por lo que no se está implementando con la rapidez que debiera.
El ser humano, por mucho que nos entestemos, forma parte de un equilibrio precario entre todos los seres que viven en la Tierra y la Tierra mismo. Nuestros intestinos, no dejan de ser una parte más del todo que es este planeta y, una vez superada la lucha contra los patógenos a base de cañonazos, hemos de darnos cuenta que ese equilibrio medioambiental también tiene lugar sobre (ver El insólito peligro de extinción de las ladillas y el vello púbico) y dentro (ver Una medicina llamada porquería) de nuestro cuerpo, demostrando una vez más que sólo conociendo y respetando nuestro entorno, nos conoceremos y nos respetaremos a nosotros mismos.
Nos va la salud en ello.

Heces humanas como medicina


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