LA MINA DE S. DOMINGOS EN EL BAJO ALENTEJO: COLONIALISMO INGLÉS EN UN PAÍS COLONIALhttps://aviagemdosargonautas.net/2018/06/06/diaspora-la-mina-de-s-domingos-en-el-bajo-alentejo-colonialismo-ingles-en-un-pais-colonial-por-moises-cayetano-rosado/
En la cantera de la mina
Moisés Cayetano RosadoLa Mina de São Domingos es una aldea situada en el distrito de Beja, municipio de Mértola y freguesía de Corte do Pinto. Aldea minera creada a partir de la exploración moderna del depósito mineral que tuvo lugar entre 1858 y 1966.Anteriormente, el depósito pirítico de São Domingos fue explorado al menos durante la época romana, extrayéndose cobre, plata y, probablemente, oro. Durante el milenio anterior a esa ocupación se exploraron los mismos depósitos, pero probablemente sólo para la extracción de plata. Durante el período islámico continuaría esta actividad minera. Ahora bien, la exploración moderna se centró en la masa de pirita inalterada, buscando, esencialmente, el cobre y el azufre.Este período de exploración moderna es el que dicta la importancia histórica del legado de la Mina de S. Domingos. Con una intensa actividad minera que desarrolló la firma británica Mason & Barry, extrayendo más de 20 millones de toneladas de mineral (cobre, azufre, zinc y plomo).
Casas de los mineros
Al tiempo, en el espacio urbano de la Mina de S. Domingos hubo una fuerte separación social de las comunidades existentes. Por un lado, los mineros y sus familias vivían en barrios obreros construidos “en banda”, con casitas muy pequeñas (de 14 a 20 metros cuadros, para familiares generalmente bastante numerosas), sin ningún tipo de condiciones de confort, con horno, aseos y letrinas comunes; por el otro lado, los “ingleses” y altos directivos vivían en amplias mansiones con electricidad, lujosos aseos en sus casas y agua corriente, jardines, arbolados, pista de tenis y hasta un cementerio con el suelo importado de Inglaterra.Cantera y agua
Curiosamente, esta concesión de explotación minera dentro de suelo portugués peninsular coincide en el tiempo con la etapa álgida de la explotación colonial portuguesa en los territorios africanos de Angola, Mozambique, Guinea y Cabo Verde, dándose la paradoja de “colonizaje extranjero”, en tanto se “colonizaba en el extranjero”. Hablamos de los años que van de mediados del siglo XIX a mediados del siglo XX, en que África era una “despensa” bien surtida para los colonizadores europeos: ingleses, franceses, belgas, alemanes, portugueses… De vida relajada, cómoda, muy provechosa generalmente para el colonizador y, sobre todo, para los grandes inversores europeos -tranquilamente asentados en las metrópolis-, y de dificultades, sacrificios, explotación, miseria, para la inmensa mayoría de los nativos, aunque no faltaban los “colaboracionistas interiores”.La compañía británica Mason & Barry no tenía otro objetivo en esta mina alentejana que el que Portugal tenía en las tierras africanas ocupadas: el máximo beneficio de sus recursos, con capital propio, pero mano de obra autóctona sometida a las más duras condiciones de explotación.