A veces me doy cuenta de que tengo deseos imposibles. Y es que pienso que sería muy deseable que nuestros políticos mostraran una talla, algo más consistente, de la que normalmente muestran.
Esta reflexión viene al caso a razón de las palabras pronunciadas por la Ministra Jiménez en su reciente viaje a Egipto. Palabras dichas a un grupo de periodistas, en un templo tan sagrado, literariamente hablando, como es el café El-Fishawy, dentro del zoco Jan el-Jalili, de El Cairo.
La ministra, en un momento de gran creatividad y profundidad, supongo que afectada por la magnificencia del entorno, dijo "El paseo es muy bonito, pero está todo muy vacío...".
Seguramente, el que "esté vacío", estimada Ministra, se deberá a la situación política vivida recientemente en el país y que por cierto, con gran esfuerzo, intentan los egipcios superar ya que tienen en el turismo su primera fuente de riqueza.
Que es "bonito". Discúlpeme, señora Jiménez pero a buen seguro habría muchos adjetivos más acertados para definir uno de los zocos de mayor belleza de todo el norte de África, como es el zoco Jan el-Jalili. Bellísimo laberinto que alberga algunos lugares tan mágicos como el café donde usted se hallaba cuando hizo "tamaño comentario". El famoso café El-Fishawy.
En fin, señora Ministra que estaba usted en un auténtico templo en el que se fraguo parte de la obra de este gran literato . Novelas como "Jan el-Jalili", la "Trilogía de El Cairo", o la ya mencionada "Callejón de los milagros", por poner tan sólo algunos ejemplos, le hubieran dado a usted material suficiente para hacer un comentario con algo más de sustento.
En fin, me preocupa que la jefa de la diplomacia española vaya dejando "esas píldoras" tan poco consistentes y que queden ahí grabadas como una de sus grandes aportaciones a la historia de la humanidad.
Ay! cuántos disgustos nos dan "nuestros dirigentes".