La ministra Jiménez y Naguib Mahfuz

Publicado el 17 marzo 2011 por Ciberculturalia

A veces me doy cuenta de que tengo deseos imposibles. Y es que pienso que sería muy deseable que nuestros políticos mostraran una talla, algo más consistente, de la que normalmente muestran.
Esta reflexión viene al caso a razón de las palabras pronunciadas por la Ministra Jiménez en su reciente viaje a Egipto. Palabras dichas a un grupo de periodistas, en un templo tan sagrado, literariamente hablando, como es el café El-Fishawy, dentro del zoco Jan el-Jalili, de El Cairo.
La ministra, en un momento de gran creatividad y profundidad, supongo que afectada por la magnificencia del entorno, dijo "El paseo es muy bonito, pero está todo muy vacío...". 
Seguramente, el que "esté vacío", estimada Ministra,  se deberá a la situación política vivida recientemente en el país y que por cierto, con gran esfuerzo, intentan los egipcios superar ya que tienen en el turismo su primera fuente de riqueza.
Que es "bonito". Discúlpeme, señora Jiménez pero a buen seguro habría muchos adjetivos más acertados para definir uno de los zocos de mayor belleza de todo el norte de África, como es el zoco Jan el-Jalili. Bellísimo laberinto que alberga  algunos lugares tan mágicos como el café donde usted se hallaba cuando hizo "tamaño comentario". El famoso café El-Fishawy.
Este conocido café era frecuentado casi a diario por  Naguib Mahfuz, que como usted sabe, señora Ministra, es premio nobel desde 1988. Es allí donde mantenía una famosa  tertulia literaria. También en ese zoco está el famoso callejón Midaq, donde se desarrolla una de las más afamadas novelas del citado autor: "El callejón de los milagros".
En fin, señora Ministra que estaba usted en un auténtico templo en el que se fraguo parte de la obra de este gran literato . Novelas como "Jan el-Jalili", la "Trilogía de El Cairo", o la ya mencionada "Callejón de los milagros", por poner tan sólo algunos ejemplos,  le hubieran dado a usted material suficiente para hacer un comentario con algo más de sustento.
En fin, me preocupa que la jefa de la diplomacia española vaya dejando "esas píldoras" tan poco consistentes y que queden ahí grabadas como una de sus  grandes aportaciones a la historia de la humanidad.
Ay! cuántos disgustos nos dan "nuestros dirigentes".