La Mira Norte del Meridiano de París

Por Angelrequena

Un lugar muy evocador de París es la colina de Montmartre. Los pinceles de Renoir y Van Gogh muestran su gusto por el lugar, uno por la gente que acude al Baile del Molino de la Galette y el otro por los majestuosos molinos de viento.

Hubo que hacer varios intentos para comprobar si el obelisco de la Mira del Norte del Meridiano de París seguía en su sitio y se podía visitar. Jacques  Cassini consiguió instalar la marca en 1736: una pirámide apoyada sobre un paralelepípedo de tres metros de altura.

La Mira está en unos jardines privados pero amables vecinos que salían del portal nos dejaron pasar y nos indicaron como se accedía al lugar. Solo perviven dos molinos, Radet y la Galette, el primero está en la Rue Lepic, al lado del restaurante que tiene el nombre del otro, y el famoso se encuentra más alto y puede verse majestuoso tanto desde la Rue Junot como desde la Lepic. La Mira solo se ve entrando.

Las medidas de los meridianos, y de la figura de la Tierra, fueron durante siglos un gran estímulo para el desarrollo de la ciencia. Incluso sirvieron de comprobación de que la física de Newton era la correcta y no la de Descartes.

La ciencia no esta al margen de los conflictos sociales: la Mira estaba coronada por una flor de lis, los revolucionarios la sustituyeron por una bola, y la restauración colocó la más neutral lanza que se observa hoy.

Las viejas postales muestran la Mira que ha asistido hierática y altiva a los bulliciosos bailes parisinos.